Polémica por el desvío del arroyo Las Tunas

Polémica por el desvío del arroyo Las Tunas NordeltaEl desvío del arroyo Las Tunas dentro de la Ciudad Pueblo genera polémica. Los vecinos reclaman que sea entubado. Nordelta SA dice que lo hará, pero aseguran que no pueden comprometer los plazos. En tanto, el curso de agua cruzará por el costado de Los Castaños y el Centro Cívico con su carga de contaminación y mal olor.

En nuestra edición de marzo adelantamos que el arroyo sería desviado. Es algo que está previsto en el masterplan original de Nordelta. Hoy el arroyo cruza la Ciudad Pueblo por la mitad, y para poder unificar todo el lago central, hoy divido en dos, el curso de agua se desviará por un nuevo cauce, paralelo a la Avenida de los Lagos (ver plano de Nordelta en la pág.8). Así, se eliminará el puente de madera de la Troncal. Y, en cambio, deben hacerse dos puentes paralelos frente al Centro de Informes, que hoy ya están en ejecución. Toda esa obra, según un compromiso firmado por Nordelta SA y la provincia de Buenos Aires, debe estar concluida para el año próximo.

Pero el desvío originalmente previsto era una obra más compleja. La idea que había desarrollado hace más de una década Nordelta SA es que el arroyo Las Tunas pasara dentro de la Ciudad Pueblo bajo tierra. Es un arroyo con un grado de contaminación alto, sobre todo con materia orgánica, lo que genera muy mal olor. Pero como el caudal de agua que arrastra no es grande (alrededor de 1 m3/segundo), podía ser entubado para evitar el impacto ambiental, señalaban entonces los técnicos de la desarrolladora.

Pero el caudal del arroyo crece mucho cuando llueve, y en esos días no podría ser encauzado en un tubo, añadían los mismos especialistas: en esas ocasiones puede llegar a alcanzar los 180m3/seg. Sin embargo, al crecer el caudal, también la contaminación se licúa, y el agua que corre en esos momentos es de más calidad. Así, paralelamente al entubamiento, habría un cauce abierto, más amplio, para hacer correr esos grandes volúmenes de agua más limpia.

El criterio era: cuando el caudal fuera escaso y el agua estuviera muy contaminada, el arroyo correría por tubos; cuando el caudal creciera, y el agua fuera mejor, pasaría por el cauce a cielo abierto.

Eso debía complementarse con una tercera obra: una compuerta que evitara que el agua del Canal Aliviador ingresara al cauce nordelteño del arroyo. Es que el Canal también tiene mucha contaminación. Por caso, residuos de los frigoríficos, con muy mal olor. Por el flujo y reflujo de las mareas, que afectan al Río de la Plata y sus afluentes, el agua del Canal entrará en algunos momentos al cauce del arroyo. Para evitarlo se había pensado en esas compuertas.

Pero tanto las compuertas como el entubamiento ahora están demorados, y en el corto plazo sólo habrá un cauce a cielo abierto. Por eso el tema genera hoy quejas y consultas. Las primeras, de algunos compradores de los terrenos de Los Castaños, que aseguran que en las inmobiliarias les dijeron que el arroyo sería entubado ya, y que no sufrirían impacto. Hay unos 70 lotes del barrio cuyo fondo da al arroyo.

Pero también en las redes sociales el tema empezó a ser debatido. Allí, vecinos que son memoriosos rescataron el balance 2013 de Nordelta SA, donde se asegura: “Se continuaron las gestiones, tanto en el Municipio como en la Provincia de Buenos Aires, para obtener las autorizaciones necesarias para construir el sistema de saneamiento del Arroyo Las Tunas en el tramo que atraviesa Nordelta. También se comenzó a trabajar en el proyecto ejecutivo de su entubamiento y las compuertas que componen la solución del saneamiento no pudiéndose determinar aún la fecha de inicio de las obras”. Así, hasta hace dos años, queda claro que el proyecto era entubar y hacer la represa.

En Nordelta SA aseguran que ese sigue siendo el proyecto, pero reconocen que las obras tendrán diferentes velocidades. Para 2016 el arroyo será desviado a su nuevo cauce, que tendrá 50 metros de ancho, para permitir una rápida evacuación del agua. Y ya están comprando los 1.500 metros de caños de 1,40 metro de diámetro para hacer el entubamiento en todo el perímetro de Los Castaños. Pero hay cuestiones regulatorias que, añaden, frenan la concreción de toda la obra.

Es que la provincia aprobó el desvío del arroyo, pero sólo dio una prefactibilidad al entubamiento. Y este requiere una obra cuyo impacto debe ser medido: en la entrada del arroyo a Nordelta, a la altura de las canchas de fútbol, debe hacerse una pequeña represa de 1,20 metro de altura para captar allí el agua e introducirla en el tubo por medio de bombas. Eso aún no fue aprobado.
“Pondremos ahora el tubo todo alrededor de Los Castaños, que es un tercio del recorrido, para no tener que tocar luego esa zona; pero por el momento el agua correrá a cielo abierto”, reconocen en la desarrolladora.

El costo total del entubamiento rondaría los $ 100 millones. Y las compuertas que eviten que el agua del Canal Aliviador entren al arroyo, otros $ 40 millones.

Por Marcelo Canton

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