El amor y el poder

ABADI-WEBEl poder es la posibilidad de convertirse en verbo creativo: puedo.

Y el “puedo” está asociado a iniciativa, a apertura, a posibilidad, a innovación, a registro. Cuando digo registro me refiero a lo que está fuera de mí, al otro.

Registrar al otro es darle consistencia y entidad, en términos valorativos. Es una manera de ampliar el mundo interno de uno y ampliar el universo en el que uno se mueve, por lo tanto es un poder generativo. Habitualmente el poder se manifiesta en su forma más distorsionada que es la arbitraria, la autoritaria.

¿Cuál es el rasgo, aspecto autoritario, del sujeto en cuestión? Es un individuo que pretende dominar, someter, oprimir, crear dependencia, ser único. Que busca no tener otros pares que estén al lado. Que no puede escuchar palabras diferentes que lleven a decisiones diferentes… ¿Puede un individuo así amar?

No olvidemos que pusimos como un equivalente del amor la idea del encuentro, porque el encuentro es registro del otro, es presencia de algo más allá de uno.

Es un universo poblado por otros.

Es decir, al ser poblado de lo que solamente es mío, también marca mis límites. Limite que desde lo saludable seria apertura y creatividad, trascendencia en términos simbólicos, pero desde lo patológico, puede tener que ver con algo que es muy importante dentro de lo que llamamos el poder arbitrario y autoritario que es la omnipotencia.

Por lo tanto cuando digo límites, y digo posibilidad, y digo amor humano genuino, estoy hablando también del sujeto y su transitoriedad, del sujeto en su finitud, en este ser un sujeto entre los sujetos, un par entre pares.

Sujeto que va en la búsqueda del encuentro con ese otro para trascender dentro de lo humano y para conformar esa arquitectura que es la construcción del amor, saliendo de un mundo donde sólo existo yo. Cuando salimos de la omnipotencia y nos ponemos en un mundo poblado, estamos desafiando al egoísmo, al narcisismo y a las estructuras donde el manejo del poder autoritario se manifiesta claramente por lo tanto no hay permiso no solamente del desafío de un otro, sino de la existencia de otro.

Ambas formas de poder no sólo descalifican, sino que someten y oprimen y, lo que es más grave, anula; en sentido figurativo, mata al otro. O en todo caso, no lo ha dejado nunca ser.

Tiene que ver con un sentimiento apropiativo, de dominio y de conquista, pero en término militar, es decir, de la anulación del conquistado.

El amor entonces, y es importante que quede en claro no es una representación vacía sino el resultado de un trabajo constante, compartido, que reconoce el conflicto inherente al ser humano pero también asume su capacidad de promover la identidad, la autonomía y el cambio. En un cierto plano es aquello que más se emparenta y articula con el instinto de vida.

Dr. José Eduardo Abadi

Medico-Psiquiatra-Psicoanalista

jeabadi@gmail.com

www.joseeduardoabadi.com.ar

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