“Juani”, “El Mago”, el “10”… Son algunos de los apodos de un notable jugador que ha demostrado estar siempre al servicio del equipo en cualquier posición en la que juegue. Con una larga y exitosa carrera en el rugby internacional y la garra intacta, sigue siendo uno de los deportistas más reconocidos en el mundo.
Con 35 años, Juan Martín Hernández, integrante del seleccionado argentino disfruta del rugby como deporte, como estilo de vida. Comenzó en su club, el Deportiva Francesa, donde compartió toda su infancia con su familia y amigos. El deporte lo palpa desde chico al igual que todos en su familia. Lo lleva en la sangre por venir de un hogar de deportistas. Desde su abuelo que jugaba al fútbol, su padre que empezó con la pelota redonda para luego pasar al óvalo y fue quien llevó el rugby a San Nicolás. Su tío, Patricio Hernández, formó parte del seleccionado de fútbol en el país durante el Mundial de 1982. Su hermana, María de la Paz, fue tres veces medallista olímpica de hockey y campeona mundial en 2002 con Las Leonas.
A los cuatro años empezó a jugar en su club. “No sé por qué no me gustaba mucho en ese momento y a los dos años dejé. No sé si porque era tímido o qué. Pero igual nunca dejé de ir al club porque mi hermano jugaba y mi hermana jugaba al hockey. Y luego sí retomé a los siete ya con otras ganas y nunca más abandoné el rugby”, cuenta Juani, quien prefiere que así lo llamen.
-¿Qué es el rugby para vos?
-Un juego. En principio siempre un juego. Es ir al club. Compartir con la familia y amigos un fin de semana. Así arrancó todo. Luego, un estilo de vida. Mi trabajo. Es de lo que vivo. Mi prioridad es la familia, y el rugby me dio un montón de cosas para crecer como familia, como persona. En el club acá es donde uno más aprende los valores, donde crecí. Afuera ya como profesional no es lo mismo.
-¿Qué fue lo mejor que te dio el rugby para tu vida más allá de los triunfos?
-La posibilidad de crecer. Hacer lo que me gusta. Es un trabajo. Pero sigue siendo un juego. Vivo de lo que me gusta. Es estar viviendo un sueño hecho realidad.
-¿Qué creés que hace que hoy sigas con la misma entrega, la misma pasión, el mismo amor por la camiseta?
-La pasión que uno le pone. Es un juego que luego se transforma en algo que lo querés hacer todo el tiempo. Una linda pasión. Desde muy chico que lo disfruto y me divierto muchísimo. Por supuesto que también hay entrenamientos duros y mucha dedicación, pero luego jugar los partidos los fines de semana es la recompensa de ese esfuerzo. Es el amor al deporte.
-¿Cómo ves al seleccionado argentino y al rugby en nuestro país?
-El país creció mucho. Acompañado por los resultados de Los Pumas. A Los Pumas les va bien y más importancia se le da a todo. Acá creció muchísimo el deporte. El jugador individual en general creció mucho. Sabe patear mejor. El deporte en Argentina está muy bien. Al seleccionado lo veo bien. Jugamos con los mejores del mundo. Eso no es menor. Cuando uno comete errores los paga más caros porque justamente nuestros rivales son los mejores del mundo. Nos faltan años de experiencia. Ellos (por Sudáfrica, Nueva Zelandia) hace 20 años juegan en ese nivel. Nosotros hace sólo 5. Como estructura, tenemos aún más para crecer. La UAR (Unión Argentina de Rugby) participa tanto del deporte amateur como del profesional. Y hoy acá aún competimos con el fútbol que tiene otra estructura, otra relevancia en el país. Pero estamos haciendo un muy buen trabajo. Hay que darle tiempo a que se vayan dando los resultados.
-¿Qué cambiarías de la estructura del rugby hoy en el país?
-Nada. Somos nuevos. En unos años, en 20 o 30 años, quizás veamos para atrás y encontramos errores. Hoy vamos aprendiendo y continuamos yendo para adelante. Semana tras semana.
-¿Qué le aconsejarías a tantos niños y jóvenes de esta zona que practican el deporte?
-A todos lo mismo: jugar para vivir experiencias con amigos y familia. Que el deporte los vaya atrapando hasta que llegue la pasión. El mejor camino es jugar en los clubes amateurs. Todos empezamos así. Es ahí donde me enseñaron los valores del rugby: la pasión, disciplina, garra, camaradería, lealtad, respeto, coraje… y sobre todo la solidaridad.
-¿Qué proyectos tenés más allá del rugby o como jugador?
-Hace un año que empecé con un socio armando una agencia de marketing. Me divierte. Hoy no estoy presente en la gestión diaria pero sí acompaño desde mi lugar.
-¿Te interesaría participar en política?
-No. La verdad que no me veo. Podría ser parte de algo si hay algún lindo proyecto que requiera mi asistencia, mi consejo. Pero no me veo arrancando yo un proyecto político. Sí acompañar para ayudar. Eso seguro.
-¿Otra pasión además del rugby?
-Me gustan los autos. Tengo un auto clásico. Podría ser lindo a futuro participar, por ejemplo, de unas Mil Millas con alguien que sepa. Ya veremos. Por ahora sigo enfocado en el rugby gracias a todos los que me apoyan como Volvo Argentina con quien comparto también los valores de la marca y su espíritu sobrio y familiar.
-¿Qué temas te preocupan de nuestro país luego de haber vivido tantos años afuera?
-Viví 12 años en París. Son culturas distintas. Los latinos somos parecidos en cuanto a lo emocional. Me gustaría que haya más respeto en Argentina. En la calle, en el trabajo. En todos los niveles, los políticos, las instituciones, la sociedad. El respeto en todo sentido. Con educación se mejoran un montón de cosas. Y el respeto para empezar.
Por último, como consejo para padres y madres, Juani destaca la importancia de que estén al lado de la cancha, que los hijos vean que están apoyándolos, que se preocupan y que siempre están acompañándolos. “Ese apoyo es fundamental para los que juegan”, cierra Juani.
BIO
Juan Martín Hernández nació el 7 de agosto de 1982 en Buenos Aires. Juani, padre de 3 varones, vive en San Isidro. Desarrolló toda su carrera juvenil jugando de fullback y sorprendió en Los Pumas jugando muy bien en la posición de apertura. Según él, la que más disfruta por su responsabilidad y visión del juego.
Luego de comenzar su carrera en la Asociación Deportiva Francesa en nuestro país, en 2003 se mudó a París para jugar profesionalmente en el Stade Francais, uno de los clubes más importantes de Europa, donde obtuvo grandes éxitos. También pasó por el Natal Sharks de Sudáfrica, en el Racing Métro de París y luego en el Toulon francés.
Ganó además del reconocimiento internacional, premios como Revelación Clarín (2005), Consagración Clarín (2006), Mejor Full-Back del Mundo (por el Diario L´Equipe de Francia en 2006), Premio Leyendas del Rugby al Mejor Jugador Argentino del Año (2006), Olimpia de Plata (2006), Premio Konex y estuvo entre los nominados a mejor jugador por la World Rugby.
Fue considerado el mejor Full Back del mundo con una destacada participación tanto en Los Pumas como en los Jaguares y actualmente se encuentra desempeñándose de apertura en el seleccionado argentino y, sin dudas, es uno de los mejores jugadores del mundo.
Por Carolina Álvarez Eguileta
