Pasión por la fotografía

Cuando conocés una persona que le sonríe a la vida, que tiene plena predisposición, que ama lo que hace, que lo hace con una gran sonrisa en los ojos y que te hace las cosas fáciles, es un enorme placer. Y si además empezas a conocer su historia de vida y encontras que estuvo al borde de la muerte, que luchó, se aferró a la vida y que hoy disfruta cada minuto que le regala el destino, es digna de admiración, además de un vivo recordatorio de valorar lo importante. Eso me transmite Mariano Hotto. Lo conocí haciendo fotoperiodismo pero su carrera es amplia y versátil. En esta nota además de conocer su historia vamos a ir paso a paso para descubrir qué lo llevó a ser hoy fotógrafo de casamientos en el exterior.

Pasión por la fotografía¿Cómo surge la fotografía en tu vida?

Un domingo a la tarde (en 1985) cuando el cine proyectaba dos películas en una misma función (para que dejemos a nuestros padres dormir la siesta) con 10 años de edad fui a ver Cocoon, D.A.R.Y.L. y Variedades al cine Unión de Bahía Blanca. Ese día, después de la función de casi 5 horas se sorteó una cámara fotográfica, que con el número 011 gané. Desde ese día comencé a hacer fotos y nunca más paré. Compraba los cartuchos de 10 fotos en una casa de fotografía a 200 metros de mi casa. Nunca voy a olvidar la cara de Aldo cuando le dije “yo quiero ser fotógrafo” con una Kodak EK 160-EF instantánea (que aún conservo). Ni te cuento el día que tuve mi primer cámara con rollo de 110 mm, me la trajeron mis viejos de un viaje a Brasil, ahí ya me creía todo un artista. Lo único que me importaba en la vida era terminar un rollo, llevárselo a Aldo y Juan para revelar y empezar uno nuevo.

¿Cómo se desarrolló tu carrera?

En el año 95, después de ahorrar durante un año y un crédito personal en un negocio de electrodomésticos de una Cooperativa local pude comprar mi primer cámara fotográfica réflex y 10 rollos de 36 fotos, con los que me fui a Monte Hermoso a retratar gente en la playa, una semana después volví a Bahía Blanca a revelar y copiar las 360 fotos, me acuerdo que las puse en el suelo de un monoambiente de de 3 x 4 metros que alquilaba y en la parte de atrás de cada foto con un sello de goma con tinta “ópalo” puse lo siguiente “FOTO MARIANO HOTTO 068-422717” (era mi número de celular en ese momento) y me fui de nuevo a Monte Hermoso. Con las fotos en la mano como si fuesen estampitas caminé por la playa buscando a cada persona que fotografié y uno por uno les fui regalando las fotos, por supuesto que me llevó casi 5 días y me quedé con más de 100 fotos sin ubicar a sus dueños. Entonces como la mayoría era gente joven, hablé con el DJ del boliche más frecuentado del lugar y me dejó poner las fotos en una vitrina para que el que se encuentre se la pueda llevar. Así fue como empecé de a poco a convertirme en “el fotógrafo del boliche” con una Minolta 3000i y sin flash.

Pasión por la fotografíaHaciendo malabares para encontrar “situaciones de luz” estudiando los momentos en los que destellaba el flash del iluminador de cabina, ahora lo recuerdo y no puedo creer que hacía eso para poder exponer y que se vean las caras. Así terminó el verano, entregué algunas fotos más y me volví a Bahía Blanca, ya era el fotógrafo oficial del boliche en Monte Hermoso y su dueño tenía uno más grande e importante en Bahía, así que ahí estaba yo, todos los sábados haciendo fotos en Chocolate Disco, desde las 9 de la noche antes que empiece la matineé hasta las 6 de la mañana que terminaba “la noche”. Mi primer evento fue el 15 años de la hija del dueño del local bailable, el me preguntó “¿Podés hacerlo?” por supuesto que le dije que sí y le pedí si por favor podía adelantarme $327 para “gastos”. Ese era el monto exacto que costaba el flash para mi cámara, por suerte me los pagó y así pude ir “tranquilo” a la fiesta. Esa fiesta fue un viernes a la noche y terminó a la mañana siguiente, yo estaba eufórico, necesitaba ver todo ya, así que aprovechando que era sábado y el laboratorio estaba abierto me fui a revelar, copié todo el material en papel 9×13 y lo metí en mi mochila, ya eran las 12 cuando pasé por un café de camino a casa donde veo que estaban desayunando el papá y la quinceañera en una mesa en la vereda, así que frené de golpe en la bici, bajé y dije “¡Hola Raúl! Acá están las fotos de la fiesta”.

Pasión por la fotografíaEso quizás hoy no le sorprendería a nadie, claro, la era digital cambió mucho el concepto de la inmediatez, pero en 1995 tener las fotos a unas horas de haber ocurrido la fiesta era todo un shock. Y tanto lo fue que a partir de ese día empecé a trabajar en bodas y eventos de una forma impensada. Incluso ahora que lo pienso, era más inmediato que ahora, no había posproducción ni edición, había que revelar y copiar, y eso no llevaba más que un día. En 1997 cuando aún no existía Google tuve mi primer página web y cuando hacía una boda revelaba, escaneaba y publicaba las fotos ahí, esto también me posicionó de manera llamativa en una ciudad que en ese momento no tenía más de 300.000 habitantes. En 2009 el amor me llevó a Tigre donde me casé con quien hoy es mi socia en el estudio, Mara, y con quien empezamos este proyecto de ofrecer nuestro trabajo documental de una boda en todo el mundo.

Pasión por la fotografía¿Cómo surgen los casamientos en el exterior?

Un día una pareja nos cuenta el plan que tenía para su boda, y no lo podíamos creer, nos contrataron y el itinerario fue así: día 1, fiesta en Puerto Madero con ingreso al salón por una alfombra roja al mejor estilo Hollywood con cámaras y luces por todos lados y música y cena hasta las 12 de la noche, en un momento del evento los invitados recibieron una caja cada uno con un set de toallas blancas, gorra para lo hombres y para ellas una capelina, remera oficial de la boda con una leyenda que decía “yo sobreviví a la boda del siglo”, ojotas personalizadas para cada uno, una copa de champagne y algunas cosas más para luego salir con destino al aeropuerto internacional de Ezeiza en dos micros exclusivamente preparados para seguir de fiesta.

Pasión por la fotografíaEl destino final era nada menos que Río de Janeiro. Día 2, instalarse en Angra Dos Reis en un hotel cerrado exclusivamente para los invitados y tres días más de actividades culminando con una ceremonia en la playa donde todos los invitados vestían de blanco. La agenda de eventos estaba planificada desde la hora que todos se levantaran hasta la noche. Fue una boda de 5 días increíbles. Eso nos impulsó a promover nuestro trabajo fuera de Argentina y mostrando el material que teníamos fue muy fácil empezar a recibir propuestas para destinos tropicales. Es muy común para los norteamericanos por ejemplo hacer bodas en República Dominicana, Puerto Rico, México, Colombia, Jamaica o las Islas Turcas y Caicos.

¿En qué difiere de hacer el clásico trabajo de fotografía social acá?

Creo que a la mayoría nos pasa que cuando conocemos otros países estamos muy receptivos y atentos a lo que vemos, sentimos y respiramos. Bueno, eso es en principio lo que “automáticamente” siento y disfruto, el cambio, la ambigüedad de venir de un lugar completamente distinto para un ritual común que es “la celebración del amor”. En Estados Unidos por ejemplo el día previo a la boda se celebra el “Rehearsal dinner” (cena de ensayo) el propósito es que los familiares y amigos de los novios se reúnan y se diviertan. La pareja generalmente aprovecha esta oportunidad para agradecer a todos los que han ayudado con los preparativos. Las actividades generalmente incluyen la presentación de pequeños obsequios para aquellos que han colaborado con la planificación de la boda. En Argentina la costumbre es que los novios se preparen, según su religión realizan diferentes ceremonias, pero lo que es común a todos es que luego la fiesta suele ser intensa, cargada de momentos diagramados y hasta 12 horas de duración según en que mes del año se haga, en verano las fiestas duran más. Esto es una diferencia sustancial con las bodas en casi todas las partes del mundo.

Pasión por la fotografíaNingún casamiento en el Caribe, Estados Unidos dura más de 6 horas, mientras que en Europa y Asia pueden durar hasta 3 días. Estas diferencias hacen que nuestro trabajo sea distinto, no solo en lo creativo sino hasta en lo técnico, usamos diferentes recursos tecnológicos y contamos con diferentes situaciones propias de las locaciones y el timming. En Italia es una tradición que el novio sea quien se encargue del ramo de novia, y es considerado como un último regalo de su período de noviazgo, antes de contraer matrimonio. Y debe ser entregado en la casa de la novia la mañana de la boda. Pero los italianos son los más parecidos a los argentinos en la duración del evento, la intensidad y la elección de los horarios, las bodas son mayormente de noche.

Pasión por la fotografía¿Cuáles fueron las experiencias que más recordás y por qué?

Sin duda una boda hindú en la Riviera Maya fue una de las experiencias más enriquecedoras que tuve en términos de desafío y aprendizaje. Tuve la suerte de trabajar con el gran fotógrafo mexicano Juan Euan en este casamiento que se desarrolló en la playa privada de un lujoso hotel en Cancún. Los invitados llegaron mayormente desde India y Estados Unidos y lo maravilloso fueron los colores y los momentos sagrados que tuvo propios de la cultura Hindú. Uno de los mayores atractivos de las bodas hindúes son las vestimentas de los novios e invitados a la ceremonia. El novio suele vestir un traje repleto de coloridos bordados, y la novia acostumbra a lucir un vestido rojo con adornos de oro, conocido como sari, aunque durante la boda es normal que se cambie varias veces de vestido. Además, las mujeres cercanas a la novia pintan con henna sus manos y pies creando símbolos y mosaicos que incluyen las iniciales del novio.

Pasión por la fotografíaEl vestido y los adornos se complementan con decenas de joyas que dan un toque de grandiosidad y lujo a la celebración. Otra experiencia bastante particular fue en Estados Unidos, el novio y todos sus “bestmen” eran integrantes de las fuerzas Elite de los Navy Seals y en los preparativos cuando se cambiaban en lugar de haber relojes o perfumes (como habitualmente vemos en las previas de los novios) había cuchillos y armas. Fue por momentos intimidante, de hecho cuando llegamos con Rodrigo (mi gran amigo y compañero de equipo quien documenta cinematográficamente todo) el novio nos dijo “hagan su trabajo sin decirme que hacer”, si bien es lo que hacemos habitualmente, nunca nos lo habían aclarado con una Glock 9mm en la cintura. Al final de la boda el mismo nos dijo “vengan con nosotros a un bar que quiero agradecerle a mis amigos y a ustedes por haber estado hoy acá”.

Su detallismo para responder, su pasión en las palabras es sólo una muestra de lo que es su personalidad. Y así encara su trabajo, ya sea cubriendo un evento periodístico en un barco pesquero en Tierra del fuego, recorriendo barrio a barrio en una campaña política o bien documentando el casamiento más exótico del mundo, Mariano encuentra esa sonrisa, esa mirada, esa emoción, ese detalle que sólo su ojo entrenado es capaz de congelar y que habla por si sólo.

Textos: @Mercedes Cordeyro
Fotos Mariano Hotto
Instagram: @marianohotto

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