Adolescencia restringida

Adolescencia restringida

Por Lic. Constanza Bonelli

Las restricciones asociadas a la pandemia afectan negativamente a todas las edades pero sobretodo a los niños y adolescentes que necesitan la socialización para construir su identidad y para transitar adecuadamente las etapas del desarrollo que deben atravesar.

Adolescencia restringida
Adolescencia restringida

La adolescencia es una etapa en la que se dan múltiples cambios, físicos, psíquicos, emocionales, sociales, cognitivos y conductuales, lo que conlleva cierto estrés que en ocasiones puede ser intenso. Para asimilar estos cambios los adolescentes necesitan estar en contacto con sus pares que sirven de espejo y compañía en esta difícil transición.

En el contacto diario con sus amigos y compañeros encuentran la socialización necesaria para crecer, separándose de sus padres y de los niños que eran hace poco tiempo atrás. Pero el aislamiento, ya excesivamente prolongado, limita considerablemente la socialización, que si bien se mantiene en modo online en ellos que son nativos digitales, no llega a ser suficiente. 

Tanto los más chicos como los que ya llegaron a la adolescencia necesitan el contacto físico, los encuentros personales, la mirada de sus pares y poder mirarlos a los demás para identificarlos mientras descubren y construyen quienes quieren ser. Los cambios físicos que se dan en los primeros años de la secundaria son muy importantes y es necesario que experimenten que no es sólo algo individual sino que también sus compañeros están en pleno cambio al igual que ellos. Observar que el grupo entero está cambiando suaviza el impacto negativo que en algunos jóvenes puede generar la transición. 

Como los cambios no sólo son físicos, algo similar sucede con las conductas. Los jóvenes que están creciendo deben separarse de sus padres y eso incluye comportamientos, pensamientos, emociones, visiones de la vida, que tomarán como base lo aprendido en sus hogares pero que deberán terminar de construir al encontrarse con el mundo exterior. Y si este contacto con el mundo exterior se ve tan limitado es un problema serio que los adolescentes están sufriendo como consecuencia de esta pandemia. Para ellos el daño es enorme más allá del contagio de Covid-19.

Los adolescentes no salen, no se encuentran, tienen cerradas todas las alternativas de encuentro con sus pares, colegios, deportes, bailes, ir al cine, festejar cumpleaños, las “previas”, etc. Más allá de las conocidas “fiestas clandestinas” en las que un número menor o mayor de jóvenes se encontrará, esto no cubre a la mayoría de ellos y al número que comprende lo hace de un modo inapropiado, “clandestino” cuando debería ser lo natural. 

Consecuencias negativas:

Las limitaciones que impone el aislamiento generan diversos malestares en los adolescentes. Sentimientos de soledad, de frustración, apatía, desgano, depresiones de distinto grado con sus consecuentes síntomas. 

Quienes ya presentaban algún tipo de síntoma muy probablemente habrán empeorado y otros incurrirán en nuevos malestares. Esta situación es de considerable importancia ya que se trata de la salud mental de nuestros hijos. 

Posibles síntomas: 

Para ayudarlos es importante que estemos atentos a sus posibles cambios negativos como conductas impulsivas, consumo de sustancias, ansiedad, tristeza excesiva, desconección de sus actividades de rutina de estudios y actividades deportivas, dificultad para conectar emocionalmente con los demás, excesivo miedo al mundo exterior e incluso a la situación de la pandemia, alteraciones en el sueño y en las conductas de alimentación. Hasta conductas más graves como autoinflingirse lesiones o tener ideas suicidas, situaciones que necesitarán atención urgente.

Los recursos psicológicos y el entorno en el que se encuentra cada joven serán indispensables para que ellos puedan atravesar mejor o peor esta situación. Quienes cuenten con mejores posibilidades podrán utilizar esta situación crítica para crecer adecuadamente aunque con un esfuerzo mayor al que hubieran necesitado sin pandemia. Toda crisis es oportunidad de crecimiento pero también un riesgo para quienes no están capacitados para atravesarla sin dificultades serias.

Como adultos debemos estar atentos a lo que los adolescentes pudieran necesitar, acompañarlos y ofrecer ayuda profesional a quienes la necesiten.  

Consultorios en Nordelta y Belgrano: 4871-6634 / 156-272-2973
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licbonelli@gmail.com / Ig: lic.constanzabonelli

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