5 estrategias para maximizar el crecimiento muscular

Para lograr un crecimiento muscular efectivo, es fundamental comprender que no se trata solo de entrenar intensamente. Si bien el ejercicio es esencial, otros factores como una nutrición adecuada, un descanso adecuado y un enfoque personalizado juegan un papel crucial en alcanzar los resultados deseados. Cada uno de estos elementos trabaja en conjunto para maximizar el potencial del cuerpo, ayudando a optimizar el rendimiento y acelerar el proceso de desarrollo muscular. En este sentido, es necesario adoptar un enfoque integral que considere todos estos factores para obtener el mejor rendimiento posible y resultados sostenibles a largo plazo.

Estrategia crecimiento muscular

La Lic. Mariela Pacho, nutricionista de DIM Centros de Salud, comparte cinco estrategias fundamentales:

1) El papel clave de los macronutrientes:

La alimentación es un pilar fundamental para el crecimiento muscular. Una alimentación variada que incluya proteínas, carbohidratos y grasas, ayudará a alcanzar los objetivos de manera más efectiva. En general, una distribución habitual para alguien que busca ganar masa muscular podría ser alrededor de 30% de proteínas, 50% de carbohidratos y 20% de grasas, pero esto puede variar según las necesidades individuales y preferencias de cada paciente.

→ Proteínas: Son esenciales porque están compuestas por aminoácidos, que son los bloques de construcción de los músculos. Después de un entrenamiento, los músculos necesitan proteínas para reparar y crecer. Sin suficiente proteína, el proceso de recuperación se ve afectado, lo que puede limitar las ganancias musculares. Se recomienda consumir entre 1.6 y 2.2 gramos de proteína por kilogramo de peso corporal al día, dependiendo del nivel de actividad y objetivos de cada paciente.

→ Carbohidratos: Son la principal fuente de energía para el cuerpo, especialmente durante el ejercicio. Los carbohidratos se convierten en glucógeno, que es lo que los músculos utilizan como combustible. Si no se consume suficientes carbohidratos, la persona se puede sentir fatigada y su rendimiento en el entrenamiento puede disminuir, lo que a su vez afecta el crecimiento muscular. Se sugiere que los carbohidratos representen entre el 45% y el 65% de tu ingesta calórica total.

→ Grasas saludables: Son importantes para la salud general y el funcionamiento del cuerpo. Ayudan en la producción de hormonas, incluida la testosterona, que juega un papel clave en el crecimiento muscular. Además, las grasas saludables son necesarias para la absorción de vitaminas liposolubles (A, D, E y K). Las grasas saludables deben representar entre el 20% y el 35% de tu ingesta calórica total.

2) Frecuencia y tipo de entrenamiento:

Para estimular el crecimiento muscular, se recomienda entrenar cada grupo muscular entre 2 y 4 veces por semana. Alternar ejercicios de pocas repeticiones con peso elevado (fuerza) y más repeticiones con menor carga (resistencia) optimiza los resultados.

3) La importancia del descanso y el sueño:

El crecimiento muscular ocurre durante la recuperación, y el sueño juega un rol fundamental en la reparación de los tejidos. Durante el descanso, se liberan hormonas anabólicas como la testosterona y la hormona del crecimiento.

Además, un sueño de calidad reduce el cortisol, la hormona del estrés, y mejora el rendimiento. Un buen descanso aumenta la energía, concentración y capacidad para levantar más peso, lo que estimula el crecimiento muscular y regula el metabolismo.

4) Errores comunes que pueden frenar el crecimiento muscular:

A pesar de entrenar y alimentarse correctamente, algunos errores pueden impedir los resultados esperados. Entre los más frecuentes se encuentran:

→ Entrenamiento ineficaz: Realizar siempre los mismos ejercicios o rutinas puede llevar a estancamientos. Es importante variar los entrenamientos y desafiar constantemente al cuerpo.

→ No consumir suficientes calorías: Aunque se coma saludablemente, si no se ingieren suficientes calorías para soportar el gasto energético del entrenamiento, el crecimiento muscular puede verse afectado.

 → Desbalance en macronutrientes: Una ingesta inadecuada de proteínas, carbohidratos o grasas puede afectar la recuperación y el crecimiento muscular. Las proteínas son especialmente cruciales para la reparación y construcción muscular.

 → Estrés elevado: El estrés crónico puede aumentar los niveles de cortisol, una hormona que puede interferir con el crecimiento muscular y la recuperación.

→ Deshidratación: La falta de agua puede afectar el rendimiento y la recuperación, lo que a su vez impacta en el crecimiento muscular.

 → No prestar atención a la técnica: Realizar ejercicios con mala forma puede llevar a lesiones y limitar la efectividad del entrenamiento.

 →  Expectativas poco realistas: A veces, los pacientes esperan resultados rápidos y se desmotivan si no ven cambios inmediatos, lo que puede llevar a abandonar el entrenamiento y plan alimentario antes de tiempo.

 → Falta de descanso adecuado: El músculo crece durante el descanso, no solo durante el entrenamiento. No permitir suficiente tiempo de recuperación puede limitar el crecimiento.

5) Factores genéticos y edad: 

La genética influye en la composición muscular y la respuesta hormonal al entrenamiento. A partir de los 30 años, el cuerpo experimenta cambios hormonales, como una disminución en los niveles de testosterona y hormona del crecimiento, que son importantes para el desarrollo muscular. Sin embargo, gracias a los estudios de composición corporal como medición de bioimpedancia y antropometría se puede conocer la composición corporal del paciente y ajustar su entrenamiento y nutrición para lograr que aumente su masa muscular a cualquier edad.

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