Dolor persistente en todo el cuerpo, cansancio extremo, problemas para dormir y dificultades de concentración, sin una causa orgánica aparente. Estos son algunos de los signos más comunes de la fibromialgia, una condición crónica que, junto con el Síndrome de la Fatiga Crónica, es protagonista cada 12 de mayo en el calendario de la salud. Ambas patologías comparten síntomas complejos y representan un verdadero desafío para el diagnóstico médico. La Dra. Lucía Zárate, reumatóloga de DIM Centros de Salud, explica en detalle en qué consisten estas enfermedades, cómo identificarlas y qué estrategias pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de quienes las padecen.
Aunque fue reconocida como enfermedad por la Organización Mundial de la Salud en 1992, sigue siendo subdiagnosticada y, en muchos casos, mal comprendida. Se estima que afecta del 2% al 7% de la población mundial, y que las mujeres representan entre el 80% y el 90% de los casos, especialmente entre los 30 y los 50 años.
¿Qué es el síndrome de fibromialgia?
La fibromialgia es un trastorno de dolor crónico difuso que suele acompañarse de otros síntomas como alteraciones del sueño, ansiedad, depresión, sensación de hormigueo y fatiga persistente. No existen marcadores de laboratorio específicos, pero hay patrones clínicos que nos orientan al diagnóstico?, explica la Dra. Lucía Zárate, especialista en reumatología.
¿Por qué es tan difícil de diagnosticar?
El diagnóstico suele ser un proceso de descarte, ya que muchos síntomas se solapan con otras patologías como hipotiroidismo, artritis reumatoidea o síndrome de fatiga crónica.En el consultorio, el aumento de las consultas en los últimos años puede deberse a una mayor conciencia social y profesional sobre la enfermedad, aunque sigue siendo necesario generar más espacios de validación para quienes la padecen?, indica la especialista.
¿Qué la causa?
Si bien la causa exacta se desconoce, diversos factores pueden desencadenarla o agravarla:
- Estrés emocional o físico prolongado
- Traumas físicos o psicológicos
- Infecciones virales
- Predisposición genética
- Trastornos del sueño
En muchos casos, la enfermedad puede aparecer después de un evento desencadenante como una cirugía, una infección, o un accidente? o desarrollarse de forma gradual.
¿El estilo de vida moderno influye?
Definitivamente. El multitasking, el estrés crónico y la falta de descanso adecuado pueden actuar como factores gatillo o agravar los síntomas existentes?, señala la Dra. Zárate. Por eso, es importante pensar en estrategias integrales para el manejo de la enfermedad.
¿Se puede prevenir?
No existe una forma específica de prevenir la fibromialgia, pero adoptar hábitos saludables puede ayudar a reducir la frecuencia e intensidad de los brotes:
- Dormir bien y mantener una rutina de sueño
- Reducir el estrés con técnicas de relajación o terapia psicológica
- Realizar actividad física moderada, como caminatas, yoga o tai chi
- Mantener una dieta equilibrada
- Llevar un registro de los síntomas para identificar desencadenantes
¿Cómo se trata?
No existe una cura definitiva, pero el tratamiento multidisciplinario mejora notablemente la calidad de vida. Las opciones incluyen:
- Medicamentos: analgésicos, antidepresivos, pregabalina o duloxetina, según el caso.
- Terapias complementarias: acupuntura, masajes, fisioterapia, tai chi, meditación.
- Psicoterapia: en especial, la terapia cognitivo-conductual para abordar el impacto emocional.
- Educación del paciente: entender la enfermedad es clave para su manejo diario.
La clave es un enfoque personalizado y la participación de un equipo de profesionales que incluya reumatólogos, fisiatras, psicólogos, kinesiólogos y nutricionistas?, remarca la especialista.
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