El verano fomenta la realización de más actividades al aire libre, perfectas para cuidar nuestra salud física y mental. Sin embargo, también incrementa el riesgo de lesiones debido a superficies irregulares y la práctica ocasional de deportes. El Dr. Víctor Cairoli, coordinador de Ortopedia y Traumatología de DIM Centros de Salud, alerta sobre las lesiones más frecuentes en esta época, como golpes y lesiones musculares o articulares en hombros, pies, tobillos y rodillas.
«En estos meses de verano algunas personas suelen practicar deportes y actividades de forma ocasional y sin experiencia previa, lo que podría generar una combinación que derive en algún tipo de lesión. Las actividades en la playa, los juegos en la pileta, salir a correr en cualquier superficie, deportes de contacto, y realizar largos recorridos en bicicleta están entre aquellas actividades en las que se producen mayor número de lesiones», explica el doctor. «Los hombros, pies, tobillos, columna vertebral o rodillas, suelen ser las regiones más afectadas. Con prevención y cuidados, es posible disfrutar de unas vacaciones activas y saludables».
¿Cuáles son las lesiones más frecuentes durante el verano?
– Fracturas: Suceden cuando hay una lesión fuerte y directa o cuando se aplica una fuerza extrema en un hueso. Esto puede ocurrir durante actividades individuales o deportes de contacto.
– Esguinces: Ocurren cuando los ligamentos se estiran más allá de su rango de movimiento normal. Esto puede suceder durante cualquier actividad física, pero es especialmente común durante deportes que requieren movimientos rápidos y repentinos, como el fútbol y el tenis. Los esguinces de tobillo se encuentran entre las más comunes y no solo en los deportistas. Es frecuente encontrarlas en la población en general debido a que en verano no siempre usamos un calzado adecuado para hacer deporte.
– Fascitis plantar: Está asociada a los corredores. La práctica continuada de running produce un dolor en la parte más interna de la planta del pie. Las personas que practican senderismo o el uso inadecuado del calzado también causa este tipo de lesión. De igual modo, la práctica del atletismo puede provocar también una metatarsalgia, afección que produce dolor e inflamación en el metatarso.
– Tendinitis: Puede ocurrir tanto en las articulaciones de miembros superiores o inferiores, generalmente ocurre por sobre esfuerzos o actividades a repetición. Realizar ejercicio de manera más intensa o dedicar más tiempo del que estamos habituados suelen ser las causas.
– Lesiones musculares: Las lesiones musculares pueden incluir desgarros y distensiones. Estas lesiones ocurren cuando los músculos se estiran más allá de su rango normal de movimiento, lo que puede causar dolor e inflamación, hematomas.
– Dolor lumbar: El dolor lumbar es relativamente común en deportistas. Su etiología es variada y está determinada por múltiples factores que incluyen la edad, nivel y cargas de entrenamiento y condición física. Incluyen una gama amplia de posibles lesiones; desde aquellas que resultan de un traumatismo directo o indirecto, lesiones por sobrecarga, o las que afectan un segmento que presenta cambios degenerativos previos.
– Lesiones en Hombros: Lo más frecuente es la lesión de los tendones del Manguito rotador. Estas lesiones pueden ser causadas por una variedad de factores, como el sobreesfuerzo repetitivo, la falta de calentamiento adecuado, la mala técnica de juego, una caída o la degeneración natural del hombro con el tiempo.
– Rodillas: son una de las articulaciones más propensas a lesionarse durante la actividad física al aire libre. Esto se debe a que soportan una gran cantidad de peso y estrés, especialmente durante actividades como correr, saltar y escalar. Las lesiones comunes en las rodillas incluyen esguinces, desgarros de meniscos, ligamentos y daño en el cartílago.
La pisada perfecta
Un aspecto clave que a menudo se pasa por alto es conocer nuestra pisada. El estudio biomecánico Pie Scan, realizado en DIM Centros de Salud, analiza cada paso mediante una plataforma con sensores, identificando deficiencias y detectando si somos pronadores, supinadores o neutros. Según el resultado, se pueden recomendar plantillas para mejorar el apoyo. Este análisis ayuda en la prevención, diagnóstico y tratamiento de patologías del pie relacionadas con la vida diaria y el deporte.
Existen modelos de zapatillas especiales para pisada pronadora y otros para pisada supinadora. Por lo general, no se aconseja comprar zapatillas que ya vienen con correcciones (Pronadoras-supinadoras). Lo ideal es que las zapatillas sean neutras y la corrección sea determinada a la medida de cada persona con el estudio biomecánico de la marcha, con el cual se confeccionan las plantillas a medida y con los materiales adecuados para cada deportista.
Un factor clave: el calentamiento previo
«El calentamiento es una actividad básica y obligatoria antes de realizar cualquier tipo de actividad física y deportiva. Nunca debemos iniciar una actividad de manera brusca, ya que podría ser perjudicial para nuestro cuerpo, estado físico y rendimiento deportivo», aconseja el profesional. Se trata de un proceso activo previo que ayuda a preparar al individuo de manera física, mental y fisiológica, ayudándolo a alcanzar un estado óptimo de su cuerpo y mente para poder afrontar la actividad a desarrollar.
«Es clave porque nuestro organismo suministra más sangre y oxígeno al cuerpo, la temperatura aumenta y los procesos metabólicos se estimulan. Las fibras musculares se sensibilizan y sus impulsos nerviosos pueden controlarse mejor, al tiempo que decrece la resistencia músculo-esquelética. Los ejercicios de movilidad articular mejoran, igualmente, la movilidad y estabilidad. La finalidad del calentamiento es conseguir que nuestro cuerpo alcance un nivel óptimo de forma paulatina. De ese modo al iniciar una actividad podremos rendir al máximo y además prevenir posibles lesiones», completa el doctor Cairoli.
«Todas las disciplinas deportivas requieren un período de activación antes de la competición. El calentamiento es deporte-específico, depende mucho del nivel deportivo del atleta, así como de las condiciones ambientales, edad, etc. No existe un modelo de calentamiento óptimo universal, y cada deportista va fraguando el mejor en base a la experiencia en la competición», declara el médico. «Reconocemos, por un lado, actividades para aumentar la frecuencia cardiaca como caminar, correr, saltar, andar en bicicleta etc. que permiten estimular adecuadamente la circulación. Y, por el otro, calentamientos específicos de natación, como estiramientos dinámicos, rotación articular, etc.»
¿Es necesaria la consulta médica?
La detección temprana de las lesiones deportivas es clave para iniciar un tratamiento adecuado y evitar complicaciones a largo plazo. Reconocer los primeros signos y síntomas permite intervenir rápidamente y prevenir el agravamiento de la lesión. Estas lesiones pueden afectar músculos, tendones, ligamentos, huesos y articulaciones, y ocurrir tanto en atletas profesionales como en personas que practican deportes recreativos. Un diagnóstico preciso es esencial para un tratamiento efectivo y una pronta recuperación.
Es importante consultar a un médico si se presentan ciertos síntomas, como dolor que no mejora con el tiempo o el reposo, hinchazón (edema) o hematomas en la zona afectada, y dificultad para soportar peso o apoyo en el área lesionada. También se debe buscar atención médica si hay una deformidad visible en el miembro o articulación lesionada, sangrado, dificultad para mover la articulación o debilidad en la zona afectada.
5 claves para prevenir las lesiones:
- Preparación física: Realizar un chequeo médico previo y un calentamiento adecuado es fundamental para reducir el riesgo de lesiones. Incrementar la intensidad del ejercicio de manera progresiva permite que el cuerpo se adapte.
- Hidratación y protección solar: Beber suficiente agua antes, durante y después de las actividades ayuda a prevenir golpes de calor. También es esencial usar protector solar, gorros y lentes que bloqueen rayos UVA y UVB.
- Equipamiento adecuado: Elegir ropa cómoda y calzado adecuado para cada actividad mejora el soporte y estabilidad, disminuyendo el riesgo de lesiones. En terrenos irregulares, el uso de zapatillas de trail running es altamente recomendado.
- Evitar las horas de mayor calor: Programar actividades al aire libre en horarios de menor radiación solar, como temprano en la mañana o al atardecer.
- Estiramiento y descanso: Terminar las actividades con ejercicios de elongación reduce la acumulación de ácido láctico y previene calambres. También es importante permitir que el cuerpo descanse y se recupere.
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