En la tradición hebrea, el Panim, que significa rostro, es lo más propio e importante de una persona. No es simplemente la piel, la mirada, la gesticulación, sino también lo que hace visible la realidad de cada uno.
En la noche del 26 de abril, un grupo de alrededor de 40 mujeres se reunió en Judaica Norte para disfrutar de un evento en el que el tema central y principal fue la piel.
“A veces la gente no quiere recurrir a eventos sociales por la piel”, mencionó Johanna Gleiser, dermatóloga y nutricionista, al iniciar la charla. La piel es el órgano más extenso del cuerpo y cumple muchísimas funciones las cuales la gran mayoría desconoce. En el día a día, el rostro está expuesto al sol, a la contaminación, a las pantallas y muchos otros factores que lastiman la piel sin que uno siquiera se de cuenta.
La gente comenzó a llegar y, como en toda reunión de mujeres, las voces recorrían todo el salón. Las mesas estaban dispuestas alrededor de una gran mesa con productos para cuidar la piel, productos y brochas para maquillaje. Al momento de sentarse, un grupo de mujeres, que vestían un delantal celeste, comenzaron a repartir sushi y champagne dando así inicio a la noche.
El Rabino se encontraba en la mesa del fondo y era el único hombre del lugar. Les dio una cálida bienvenida y dispuso a las participantes a escuchar con atención. “Lo superficial es mucho más profundo de lo que parece” mencionó en la apertura del evento. Luego de una breve introducción sobre el panim (cara) y el penim (interior), dos palabras que en hebreo se escriben igual pero se pronuncian distinto cedió el lugar a Gleiser.
Con la atención puesta en el centro del salón, todas las personas dejaron de hablar para escuchar a la dermatóloga. “Nuestra piel es nuestra carta de presentación”, dijo Gleiser. La especialista en pieles explicó que no solo es importante limpiarse la cara luego de maquillarse, sino que también es indispensable hacerlo antes. De esta manera se potencia mucho el maquillaje y le da un acabado más uniforme. “Para quienes tienen piel grasa, oleosa o con tendencia al acné, un gel de limpieza va a ser la mejor opción para limpiar la cara y si tengo una piel seca puedo usar una emulsión o una crema de limpieza” recomendó.
Melody Scher, modelo y actualmente maquilladora y dueña de una marca de brochas, continuó con la exposición. Su pasión por el maquillaje nació a los 14 años, cuando incursionó por primera vez en el modelaje. A medida que pasaba el tiempo, comenzó a notar que su piel estaba diferente, que los productos que usaba no le hacían bien. Ahí fue cuando se dio cuenta de que quería cambiar esta situación, que quería enseñar y capacitar a la gente para que esto no le sucediera a nadie más.
“El maquillaje enaltece a una mujer, es hora de salir y comernos al mundo”, aseguró. Luego de mucho tiempo tomó la decisión de crear su propia marca. Según explicó, la Argentina es un país en el que emprender se hace más cuesta arriba de lo que uno cree. Por eso, decidió viajar afuera del continente para intentar meterse de lleno en el rubro del maquillaje: “Llegue a China con una valija llena de sueños, pero una cartera con poca plata”, comentó. Al volver al país, decidió vender su casa y, de a poco, comenzó a construir lo que hoy se llama “Melody Scher”, su propia marca.
Tras una hora y media aproximadamente de comenzado el evento, llegó el momento de la exposición sobre maquillaje, el momento más esperado. Una mujer, que aparentaba tener 50 años, se sentó en la silla del centro del salón y todas las miradas se concentraron en ella. Los chistes y comentarios que hacía mostraban que no se trataba de una persona tímida: “Presten atención que les voy a tomar examen”, bromeó. Sofia Jordan es maquilladora y explicó los pasos que hay que seguir para lograr un buen maquillaje. Así, fue explicando de forma muy detallada y clara todo lo que hay que hacer, para que cada una de las invitadas puedan entender el proceso y aprender a lograr el maquillaje que buscan. Al terminar, Jordan preguntó si había alguna duda, pero todas las mujeres estaban hipnotizadas viendo desfilar a la mujer maquillada por ella, quien resultó ser su mamá.
Mientras que las invitadas le hacían consultas a la experta, comenzó un sorteo. Inmediatamente se dieron cuenta de que no tenían números. No podían hacer el sorteo. Hasta que surgió una maravillosa idea: las que organizaban el evento agarraron la lista de invitados y le pusieron un número a cada una de las personas allí anotadas. Con eso, armaron papelitos, los pusieron en una bolsa y, así, solucionaron el problema para dar comienzo al sorteo. Todas muy expectantes, y con muchas ganas de obtener algún premio, se ubicaron alrededor de la mesa principal. Se entregaron 5 premios: un bolso con productos, un serum, una crema hidratante, un agua de rosas y, por último, un tónico facial. Llenas de felicidad, las ganadoras se retiraron del lugar con sus regalos.
La noche llegó a su fin y, de a poco, el salón fue quedando vacío pero los ecos de un momento agradable compartido, parecían seguir resonando entre las paredes del templo.
Los afters de mujeres de Judaica Norte se realizan una vez por mes. Para más información, hacé click acá https://www.instagram.com/judaica_norte/?hl=es
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