A partir del viernes 12 de julio, Malba presenta dos potentes exposiciones individuales que recorren universos artísticos muy distintos pero igual de desafiantes: “Travesía” de Liliana Porter y “El desentierro del diablo” de Carrie Bencardino. Ambas muestras podrán visitarse hasta el 13 de octubre.
La propuesta incluye visitas guiadas a cargo de los propios artistas y curadores, ofreciendo al público una experiencia más profunda y cercana a las obras.
Liliana Porter: una travesía visual entre la gráfica, la literatura y la teatralidad
Radicada en Nueva York desde hace décadas, Liliana Porter regresa a la Argentina para presentar una gran retrospectiva que recorre su vasta producción desde los años 60. Curada por Agustín Pérez Rubio, la muestra Travesía reúne desde sus primeras obras gráficas y colaboraciones con el mítico The New York Graphic Workshop (1964-1970) hasta sus instalaciones, videos y creaciones teatrales más recientes.
La exposición, ubicada en la Sala 5 del Nivel 2 del museo, da cuenta de la evolución de Porter desde la abstracción geométrica hacia un lenguaje cargado de narrativas y personajes. A partir de los años 90, comenzó a construir relatos visuales protagonizados por figuras encontradas en mercados de pulgas. Estos «actores» —muñecos, figuritas, objetos— aparecen una y otra vez en sus obras como metáforas de lo humano, abordando temas como la memoria, el trabajo, el poder, el tiempo o la fragilidad.
La curaduría propone una mirada sobre la gráfica como una dimensión expandida que derivó en lo escénico, lo performativo y lo teatral. Por eso, la exposición también incluye piezas escénicas que formarán parte de un programa específico dentro de la sala.
Visitas guiadas: miércoles y sábados a las 17 h, incluidas con la entrada.
Carrie Bencardino: imaginar otros mundos desde los márgenes
En la Sala 1 del Nivel -1 del museo, Carrie Bencardino (Buenos Aires, 1993) inaugura su primera exposición institucional, bajo la curaduría de Carlos Gutiérrez. El desentierro del diablo es un proyecto que combina pinturas inéditas y una pieza de video, y que indaga en la conexión entre imaginación y política en tiempos de crisis.
Con una estética ligada al underground y a espacios de contracultura, Bencardino construye una narrativa visual donde todo parece estar en proceso: desde la identidad fluida del artista hasta su trazo pictórico ligero y gestual. Las escenas que plasma en sus obras podrían estar sucediendo en un bar, un club o un espacio ficticio, sin fronteras claras entre lo real y lo fantástico.
La muestra se presenta como una reflexión ante lo que la artista percibe como una crisis de la imaginación, en un contexto social atravesado por el desencanto y la desconexión. La pieza audiovisual —un monólogo íntimo— profundiza sobre sus influencias, desde el pensamiento mágico al surrealismo, como herramientas para imaginar otros futuros posibles.
Visitas guiadas: lunes a las 17 h, incluidas con la entrada.
Estas dos exposiciones, que dialogan desde lenguajes y generaciones diferentes, invitan a sumergirse en universos donde el arte es tanto una herramienta de memoria como una posibilidad de invención.
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