Bullying en pospandemia

Bullying en pospandemia 

Por Lic.Constanza Bonelli

El maltrato escolar ha existido desde siempre, al igual que el resto de los distintos tipos de violencia. Lamentablemente esta situación no encuentra una fácil solución cuando se instala en las aulas de las escuelas. Frecuentemente se viralizan situaciones de violencia escolar que son grabadas por quienes son espectadores de esas escenas. Es un tema muy grave que daña tanto a las víctimas del bullying como a los grupos en los que esa situación sucede. En los últimos días se viralizó la reacción a golpes de un adolescente sobre su agresor, un compañero de su misma clase, frente a la docente que intentaba separarlos.  

Bullying y ciberbullying:

Con el nombre de “bullying” se conoce a la conducta de hostigamiento reiterado entre pares, más específicamente de uno o varios sobre  otro, en presencia de espectadores de la situación. Y se llama “ciberbullying” al mismo fenómeno pero en las redes sociales. Estas conductas son altamente negativas ya que producen en quienes son violentados gran sufrimiento psíquico, en ocasiones con desenlaces en extremo lamentables. 

Bullying en pospandemia
Bullying en pospandemia

El sufrimiento que este hostigamiento produce sumado a las grandes dificultades que los adolescentes están atravesando por las consecuencias que dejó la pandemia, puede desencadenar situaciones realmente muy graves.

Adolescencia:

La adolescencia es una etapa en la cual se transitan una serie de cambios físicos, psíquicos, químicos y sociales, que transforman el cuerpo de la niñez en un cuerpo adulto, mientras se desarrolla la identidad. Se trata de un momento de duelos por lo abandonado y de ansiedades por el encuentro con lo nuevo.

Para la conformación de la identidad se utilizarán las identificaciones realizadas sobre las personas de los padres, pero a medida que se van distanciando de ellos, proceso necesario para poder ser uno mismo, se tomarán en cuenta las identificaciones con el entorno social.  

Los cambios físicos y psíquicos en esta etapa generan incomodidad e inseguridad. Son frecuentes las burlas, el rechazo por lo distinto, la intolerancia y la sobrevaloración del “¿Qué dirán?”.

Las características de estos tipos de hostigamientos muestran claramente que las agresiones no son casuales sino planificadas y la meta es sentirse más poderoso que el acosado y obtener mayor popularidad, infundir miedo en el otro y sentirse exitoso. Quien agrede elige muy bien a su “presa” que suele ser alguien que no sabe defenderse bien y “le pega donde más le duele”. Ésto sucede a la vista de los demás que funcionan como espectadores (necesarios), que no incentivan la agresión pero tampoco la detienen, quedando presos de la situación de un modo similar al del acosado. 

Secuelas de la pandemia:

Las secuelas de la pospandemia en la salud mental de los adolescentes han sido varias y, en muchos casos, de consideración. Si bien fue y sigue siendo difícil para todas las edades recuperarse de las dificultades que el encierro y el temor a enfermar nos dejó, para los adolescentes ha sido peor. 

La identidad se construye en el contacto social que permite la salida del entorno familiar hacia el mundo exterior, y ese contacto se detuvo en la forma presencial, física, si bien se mantuvo vía online. Ahora que hace unos meses “volvimos a la normalidad”, podemos ver que el tiempo de encierro dañó habilidades sociales, generando en muchos casos síntomas claros de sufrimiento. Observamos depresiones, incremento de temores, aislamiento y retracción social, dificultades para relacionarse, ansiedades por el reencuentro, problemas de consumo de drogas y alcohol, trastornos de alimentación, entre otras sintomatologías. Cada vez recibimos más cantidad de adolescentes en los consultorios que están atravesando dificultades de gravedad. 

Ellos, además, en estos años de la vida en los que experimentan tantos cambios, y que cuentan con el reflejo de sus pares para entenderse y entender, no han tenido la posibilidad de atravesar este proceso en cercanía de sus amigos, viendo los cuerpos crecer y las conductas e ideas cambiar. Lo han tenido que hacer en sus habitaciones y a través de las pantallas que los conectan con el mundo. 

En este período de reencuentro dificultoso, las experiencias violentas como las del bullying o cualquier otro tipo de acoso escolar,  pueden provocar daños de altísima gravedad. La debilidad emocional en la que se encuentran los jóvenes como consecuencia de la pandemia, los pone en un riesgo mucho mayor al que corrían antes del encierro prolongado que atravesamos.

Los adultos y las instituciones tenemos que estar muy atentos a estas situaciones y brindar una ayuda adecuada a quienes la estén necesitando, tanto por situaciones de violencia como frente a cualquier otra dificultad emocional. No dudar en consultar con especialistas de salud para brindar la ayuda más adecuada.

Lic. en Psicología UBA
Psicoanalista APA
Mat.: 31906                                              
licbonelli@gmail.com / Ig: lic.constanzabonelli
Cel.:156-272-2973

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