Por Lic. Constanza Bonelli
El desasimiento de la autoridad parental es una de las operaciones en el desarrollo del individuo. Se trata de una operación dolorosa pero necesaria que todo ser humano debe realizar en el camino de su crecimiento como parte de la construcción de su propia identidad. No sólo es necesario como ejercicio individual, el progreso de toda sociedad depende de ello, de la oposición entre generaciones.
Los padres representan al comienzo de la vida la única autoridad sobre los niños. No sólo la autoridad sino también la fuente de las identificaciones sobre las que se edifica la construcción de quienes vayan a ser en el futuro. Pero parte del desarrollo implica la caída de esa autoridad al comienzo indiscutida. El niño conoce a otros padres, a otros referentes con quienes también se identifica, y además, sin dudas ha atravesado situaciones en las que los padres lo han desilusionado, aún funcionando muy adecuadamente. No es posible atravesar los años de vida sin frustraciones y desilusiones de diversos tipos. Seguramente, no han faltado sucesos que le provocaran malestar seguidos de críticas hacia sus padres. Oportunidades en las que han sido llamados la atención de modo negativo, o la llegada de hermanos, desamores por lo menos desde la percepción por parte de los hijos aunque sus padres hayan sido amorosos y buenos cuidadores.
La evolución dentro de la familia
La rivalidad edípica se une a esta nueva mirada desaprobatoria hacia los padres. Momentos en los que el niño se ha sentido excluido de la pareja paterna, en los que ha sentido celos y envidia, entre otros. Los varones rivalizan principalmente con los padres mientras que las niñas lo hacen con las madres.
Luego de esta etapa evolutiva de distanciamiento respecto de sus padres, comienza la etapa que toda neurosis atraviesa que S. Freud denomina “La novela familiar del neurótico”. Se trata de una fantasía que pertenece a la época de la pubertad, que comienza previamente en los juegos infantiles, acerca de las relaciones familiares. “Novela” sobre la que se trabajará en el análisis del adulto. Se manifiesta sobre todo como sueños diurnos que sirven al cumplimiento de deseos, cuyas metas son eróticas y de ambición. Son fantasías que, en una primera etapa, exaltan las características de los padres, que pasan a ser imaginados como pertenecientes a una clase más alta y más poderosos de lo que en realidad son. Mientras que en una segunda, ya de carácter sexual, y sobre la suprema curiosidad acerca de la sexualidad de la madre, la ubica a ésta en la posición de infiel con secretos enredos amorosos. Dentro de esta novela el fantaseador puede incluso eliminar a los hermanos del vínculo familiar.
Pero todas estas ideas que en apariencia son hostiles, en realidad solo disfrazan la ternura imaginaria que el niño experimentaba en la más tierna infancia hacia sus padres. Se trata de fantasías que reflejan lo que ellos veían en esa edad, recuerdos de lo que sentían hacia los padres.
La novela no es otra cosa que el lamento por haber perdido los ideales de la niñez. Una manera de conservarlos. Cuando en sueños aparecen figuras de importancia como emperadores y emperatrices, u otras figuras similares, representan a los padres de la primera infancia que la fantasía logra mantener.
La importancia de la Novela Familiar
La importancia de la Novela Familiar en el análisis es que el lenguaje del inconsciente es el de los años de la infancia. El inconsciente es atemporal y sus manifestaciones hablan de la totalidad de la vida del sujeto, cuya historia se crea desde las primeras experiencias. Es por eso que en la sesión del adulto que habla se escucha al niño que evoca sus vivencias. La historia es el pasado historizado en el presente, una reconstrucción actual de lo ya vivido, una reescritura de lo que pasó.
El trabajo de análisis es el camino de la reconstrucción de la historia. Que el sujeto reviva, rememore, los acontecimientos pero con la intención de reconstruirlos. Y no solo como recuerdo de algo pasado sino como una nueva vivencia que se despliega sobre la transferencia con el analista, en el aquí y ahora de la sesión.
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