Amor fraterno

Amor fraterno

Por Lic. Constanza Bonelli

El vínculo fraterno se refiere al amor horizontal, entre hermanos. En psicoanálisis no ha sido tan considerado pero tiene gran relevancia en la construcción del psiquismo.

AMOR FRATERNOEn la actualidad observamos una devaluación en ciertas instituciones como la familia tradicional y nos vemos empujados a la consideración de nuevos modelos familiares. En este escenario se manifiesta la caída de la autoridad paterna y el surgimiento de los lazos horizontales, lo fraterno, construyendo nuevas legalidades, nuevas subjetividades.

La devaluación de la autoridad junto con el desmoronamiento de los ideales tradicionales de la civilización actual, al poner en evidencia el debilitamiento de la autoridad paterna, de la ley, dan lugar al reforzamiento de los lazos de alianza, horizontales, entre pares. Pero la característica diferencial de este tipo de vínculos en relación a los de sangre, es que sean temporarios en lugar de permanentes. Se generan nuevos lazos organizados al margen de las jerarquías establecidas por la familia conyugal clásica. Del mismo modo se amplían o modifican las referencias identificatorias clásicas. Como ejemplo podemos pensar los grupos de adolescentes en torno a ciertas elecciones, en las cuales encuentran y desarrollan su identidad.

De este modo lo fraterno plantea nuevos escenarios posibles nutriendo al tejido social. Y hasta podemos considerarlos como suplementación o como complemento de lo edípico.

El paradigma de la familia tipo parece haber perdido su funcionalidad y la “hermandad” parece haber perdido su carácter transitivo. Tener el mismo procreador ya no es condición original de hermandad ya que se abren nuevas lógicas para los lazos horizontales en las nuevas configuraciones.

En el sistema paterno la equivalencia entre hermanos es ante un tercero, padre, madre, Dios, Ley, que distribuye roles y vínculos en virtud de aquel; mientras que la hermandad es algo aleatorio, no tiene estatuto de un vínculo precedente.

El complejo fraterno es un conjunto de deseos hostiles y amorosos que el niño experimenta en el vínculo con sus hermanos. No se refiere a la existencia concreta de hermanos ya que los hijos únicos también deberán atravesar este complejo como parte de la constitución psíquica de la mano de la cultura.

Tiene distintas funciones que se relacionan a lo que acontece en el complejo de Edipo.

La función sustitutiva que se presenta como una alternativa para compensar funciones parentales fallidas. Puede operar como función elaborativa del narcisismo y del complejo de Edipo. Puede hacerlo también como función defensiva frente a angustias y sentimientos hostiles relacionados con los progenitores. Y también puede tener una función estructurante en la organización de la vida anímica del individuo.

Cada ser humano es portador de una irrepetible combinación de múltiples identificaciones resultantes de la trama que se crea entre el narcisismo, el complejo de Edipo y el complejo fraterno.

Los lazos fraternos son la salida de la endogamia, la posibilidad de la exogamia, de la creación de identificaciones por fuera de los vínculos paternos. A la vez pueden resultar en el reforzamiento de la dependencia edípica, en un movimiento de vuelta hacia atrás, fijando al sujeto a sus progenitores. Que este complejo beneficie o perjudique al individuo dependerá del modo en que se dé, de la trama familiar singular de la que se trate. Será indispensable en la conformación de esta novela familiar el orden de llegada a la familia que cada hermano tenga, en cuanto a identificaciones con los progenitores.

Suele ser el primer hijo el que lleva sobre sí el peso de cumplir los ideales paternos mientras que los que siguen tendrán una vivencia más liviana en este punto, que suele manifestarse en la construcción de personalidades más creativas. Otro tanto sucederá con las características particulares de los lazos fraternos, podrán ser de apoyo, de rivalidad, de celos, de competencia desde ciertas heridas narcisistas, y esto se verá plasmado luego en el modo en que el individuo se relacione con los demás, en los lazos sociales no sanguíneos.

Sin dudas el amor fraterno es sustancial en la construcción de nuestro psiquismo y de nuestra identidad. Los hermanos y los amigos son una parte esencial en nuestra vida desde la estructuración misma de nuestra personalidad. En ellos nos apoyamos, de ellos aprendemos, con ellos experimentamos y recorremos la vida, sentimos y pensamos. También en estas relaciones aparecen sentimientos hostiles, de celos, envidia y rivalidad que se relacionan directamente al amor esperado de los padres desde el complejo de edipo singular.

Amor fraterno

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Candidata de la Asociación Psicoanalítica Argentina
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