Un post en facebook que me reenvió una vecina (Gracias Sandra!) fue el disparador de esta nota que inspira. Hace más de 20 años se jugaba al hockey en el más alto nivel y sólo por la camiseta. Así eran las leonas de antaño. No había tanto marketing, ni sponsors ni nada que se le parezca, era pasión en estado puro. Marcela Budnik es una vecina de Villa Nueva, que además hoy está a cargo de las relaciones públicas de OM, el restó de Bahía Grande. Pero detrás de esa cara sonriente de “la vecina de al lado” se esconde una gran historia. En los 90 fue una Leona y este año se animó y fué parte del equipo +40 años que representó a la Argentina en el Mundial de Masters de Hockey, un mundial de veteranos que se llevó a cabo en Julio en España.

Hace unos años se reencontró con su deporte del alma en el Club San Andrés y así empezó a entrenar equipos, armó la primera C y luego la primera B. Pero el año pasado sus ex entrenadores Pacho Keenan y Nacho Fernández la tentaron con la idea de armar un grupo e ir a participar del mundial de veteranos. Lo que inicialmente parecía un delirio fue tomando forma y el equipo se fue formando casi en forma virtual ya que dos viven actualmente en Holanda, 2 en Barcelona, 3 en Italia y otras en Buenos Aires y el interior del país. En junio de este año partieron 15 mujeres sin haber entrenado ni un día juntas, y con muy poco apoyo económico más que sus ganas y su garra, a representar al país.

“Mucha voluntad, eso es lo que había. Tiene que ver con la esencia del hockey con la que crecimos todas las de mi generación. Nosotras pagamos todo, alojamiento, la ropa lo único que teníamos era un espíritu de equipo, ese ad honoren que siempre vivimos. Todas valoramos mucho estar allá. Era puro corazón” cuenta Marcela.
Y con ese puro corazón y amor por la camiseta 27 años después de haber ganado una medalla, vinieron con la medalla de oro colgando de su cuello. Holanda salió segunda e Italia obtuvo el tercer puesto. “A esta edad uno lo vive desde otro lugar. Fue un orgullo mostrarles lo que hicimos a nuestros hijos”.

Un testimonio de ayer y de hoy que nos deja pensando con todas las posibilidades que tenemos en esta zona, de cómo colegios y clubes tienen la oportunidad de ayudar a mejorar la comunidad también a través del deporte. Que es algo que se lleva de por vida.




