Gerónimo Rauch

Gerónimo Rauch  En pocos días Gerónimo Rauch volverá a Argentina para presentar su última producción discográfica. Y todo volverá a tomar sentido para él, nada mejor que sentirse reconocido en su propia tierra. Porque desde hace años Gerónimo arranca aplausos en las plateas de Madrid y Londres en roles protagónicos en musicales como Los miserables o El fantasma de la ópera. Lejos quedaron las épocas en que cantaba con el grupo Mambrú, pasado del que no reniega. Para colmar este presente de consagración, el año pasado, además, obtuvo el reconocimiento como «Vocalista del Año» en los Lukas Awards, entrega de premios que celebra a las mejores expresiones de talento latino en el Reino Unido.
Los próximos días 2, 3 y 4 de diciembre, Gerónimo presentará en el Teatro Maipo (Esmeralda 443) “Un concierto sin fronteras”, un recital en el que dará a conocer su primera producción discográfica “Here, there and everywhere”, en la cual interpreta temas que hicieran famosos los cuatro grandes de Liverpool, a quienes de esta manera rinde un emotivo homenaje. Anticipando su arribo al país, compartimos una charla, donde cuenta acerca de su vida, sueños y proyectos por realizar.

-Por un momento cerrá los ojos. Imaginate a vos cuando eras chico, alguien llegaba y te preguntaba: ¿qué querés ser cuando seas grande? ¿Qué contestabas?
-Cuando era chico decía que quería ser bombero y después arquitecto, pero cantante no. Entre los 9 y 10 años canté por primera vez frente a todo el mundo en una clase, se rieron y nunca más quise cantar en toda mi vida. Hasta los 16 que empecé a escuchar chicos de mi edad que cantaban como yo y empecé animarme.

-Con todo lo que ya lograste, ¿cuánto de cerca sentís que estás de eso que soñabas?
-La verdad que no me animaba a soñar tanto, entonces nunca soñé con llegar a donde estoy ahora. Quizá me anime a soñar objetivos más grandes una vez logrados los objetivos más chicos. Nunca me imaginé estar en el West End siendo El Fantasma. Bah, recién cuando trabajé en Los Miserables me lo permití soñar. Y este disco que presento es un sueño cumplido también, siempre lo tuve en mente.

-Algunos dicen que sos el único latino que protagonizó en el West End: ¿realidad o mito?
-Es una estadística que creo que hizo mi padre (se ríe) pero hay otros latinos que hicieron grandes trabajos.

-Dentro de los sueños pendientes, ¿hay algún personaje que soñás interpretar o alguna obra para la que te encantaría que te convoquen?
-Sueños siempre hay. Estoy empezando algo de cero y quiero que la vida me sorprenda. En musicales me gustaría que me llamen para una obra nueva, crear un rol nuevo que nunca se haya hecho. Ser intérprete original. Y si no, la crearemos nosotros, con el equipo creativo que tenemos entre amigos. Me gusta la hoja en blanco y que la vida me sorprenda.

-¿Qué disfrutás más: tu carrera de solista, pertenecer al elenco de un gran musical, a una banda, al mundo de la lírica?
-Disfruto todo lo que sea estar arriba del escenario y expresarme a través de la música. Me gusta comunicar ya sea con una master class o cantar lírico, y hasta ponerme en el cuerpo de un personaje para transmitir algo.

-Algunos medios del mundo hablan de vos como el «ex líder de una banda juvenil de enorme éxito en la Argentina». ¿Qué balance hacés de Mambrú?
-Mambrú fue un éxito masivo, lo veo como un gran aprendizaje. Me divertí mucho. Y también aprendí mucho. Fue una etapa de siembra. Gracias a eso, hoy tengo la oportunidad de sacar el disco.

-¿Por qué pensás que en Argentina los musicales no funcionan tan bien como en Nueva York, Londres o Madrid? Te lo pregunto más desde una óptica de productor, que de actor o cantante.
-Creo que tiene que ver con algo económico. La moneda devaluada, porque en general las producciones cuestan mucha plata y no se sostienen con una moneda débil, incluso en México que es un país muy poderoso duran sólo un año. Creo que en general la oferta cultural en Argentina es más grande que en Madrid, hay más opciones.

-Te imaginás en el futuro viviendo y trabajando en Argentina? ¿O creés que te vas a quedar en Europa para siempre?
-Luego de vivir en tantos lugares, creo que sentaría la base en Madrid, que también es donde está la familia de mi mujer. Sentimos que es nuestra casa, pero como dice mi disco «Here, there and everywhere», viajaré a donde tenga que estar para llevar mi música.

-Contanos de tu nueva «obra de arte»: tu DVD. ¿Por qué elegiste esos temas de Los Beatles y no otros?
-Cuando me llega la oferta de Sony Music para hacer un disco, coincidimos con Afo Verde, el CEO de Sony, que crooner era el concepto que más encajaba, un crooner latino. Pero, como estaba viviendo en Londres, quise hacer un homenaje a las bandas británicas de los 60/70/80s que me marcaron a mí. En la selección de esos temas para buscar mi identidad, mi sonido, de ahí surgió hacer “Something” que fue lo que marcó el camino de hacer el homenaje a Los Beatles.

-¿Cómo será la presentación del disco en el Maipo?
-El disco se presenta con 8 canciones en vivo en DVD, que es un adelanto de lo que va a ser el Maipo el show con 11 músicos en vivo dirigidos por Tomas Mayer Wolf, parecido a lo que presenté a fines de noviembre en el teatro de La Zarzuela en Madrid que fue espectacular. Va a ser un show especial, porque también voy a recorrer los musicales que me marcaron a mí. En cada show va a haber 2 invitados sorpresa, o sea que cada presentación va a ser distinta.

-Esta vez estás trabajando con tu hermano Marcos, ¿cómo vivís la experiencia?
-Para mí es todo un descubrimiento como director y como artista, estos últimos años empecé a ver sus trabajos que antes no podía por las distancias. Lo que estamos planteando es algo muy teatral, pero priorizando la música y la banda. Es muy personal este show, porque me muestro totalmente al desnudo y no hay ningún personaje que me ampare, que me proteja. El espectáculo habla de sueños de mantener al niño vivo. Habla de que no hay fronteras en la vida ni en la música. Por eso se llama, “Un concierto sin fronteras”.

-Por último: ¿sentís algo especial cuando estás frente al público argentino?
-Yo siempre dije que por más que logre un montón de cosas, si no tengo el reconocimiento en mi casa siento que todo este trabajo es en vano. La emoción que sentí hace dos años en el Maipo es inigualable, se siente un calor, una energía, un agradecimiento y un reconocimiento. El placer de llegar a casa. Un montón de emociones. Y todo vuelve a tomar sentido, todo el esfuerzo, el sacrificio y la distancia, cuando canto en mi país.

Por Nazarena Bredeston

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