Desde sus humildes inicios en 1996, con dos simples juegos para la consola Gameboy, la empresa de videojuegos japonesa Nintendo ha hecho de Pokémon un fenómeno imparable, acumulando fans alrededor del mundo en cantidades que crecen exponencialmente. ¿Quién iba a pensar que 20 años después Pokémon tendría más de 20 películas y temporadas de su serie animadade tv, juegos para 10 tipos de consolas, variadas versiones de su mega-famoso juego de cartas intercambiables y hasta campeonatos mundiales de Pokémon en vivo? Ciertamente,la cereza del postre la obtiene hoy en día la empresa de desarrollo de software estadounidense Niantic con la nueva App de realidad aumentada: PokémonGo.
Continuando el legado de un juego popularizado hace dos décadas con el que diversas generaciones tuvieron la oportunidad de crecer a la par de su éxito, este monstruo mundial llamado Pokémon logró cautivar a varias generaciones de fanáticos que persiguen su ambición de convertirse en cazadores de Pokemones. Es por eso que por las calles se pueden ver desde niños pequeños de tan sólo 5 o 6 años hasta hombres adultos, que en su tiempo fueron niños entusiasmados por jugar al videojuego de gráficos japoneses en sus asombrosas consolas Gameboy.
Sin embargo, ¿cuál es el motivo real que hace que este juego se vuelva cada vez más exitoso alrededor del planeta? En muchos países ha incluso superado el número de descargas de grandes como Instagram y Twitter. A simple vista podría parecer una App más del celular, pero tiene un plus que vuelve locos a todos: la posibilidad de mezclar la realidad en la que uno se encuentra con la famosa tierra mágica donde viven las místicas criaturas. Esto brinda la emoción de realizar un seguimiento en tiempo y espacio real con el juego, situación que fuerza a los jugadores a moverse de sus lugares para capturar estos seres, por lo que la actividad física se ve promovida. La línea divisoria entre lo concreto y lo imaginario es cada vez menor. En un mundo donde el celular se incorpora cada vez más a nuestras tareas diarias, siendo prácticamente una extensión de nuestro cuerpo, se crea la posibilidad de tener literalmente al alcance de nuestras manos un contacto global a través de aplicaciones como ésta que envía alertas constantemente.
El juego consiste también en competiciones entre buscadores de Pokemones, las cuales se llevan a cabo en los denominados «Gimnasios», representados en el mundo real por monumentos. A esto se le agregan las «Pokeparadas», las cuales -al igual que los gimnasios- se encuentran distribuidas por las ciudades donde está habilitado el juego. Mientras más poblado sea el sitio donde se juega, es más probable encontrar una mayor cantidad de Pokeparadas, en las cuales la persona podrá buscar «Pokebolas» (utilizadas para la captura de personajes) y monedas (ficticias, que se utilizan para adquirir diversos objetos que mejoran la experiencia de juego). En Nordelta, hay unas tres paradas distribuidas en las zonas más urbanizadas, una de ellas se encuentra en Puerto Canoas, lugar frecuentado por grupos de jóvenes en sus tiempos libres.
Se podría decir que estos lugares, al fin y al cabo, cumplen la función de puntos de encuentro entre personas. Si bien este es un claro aspecto positivo (fomenta la socialización entre personas); por otro lado se presenta como un peligro inminente: convierte al jugador en un blanco fácil para criminales. Se han presentado numerosa cantidad de denuncias de robo al jugar PokémonGo, ya que el juego requiere toda la atención del jugador, que termina siendo abstraído del contacto exterior y corre el peligro de ser abordado o atropellado en la calle. Al inicio del juego se presentan pequeños avisos que aconsejan a la persona no jugar mientras conduce o no ingresar en zonas peligrosas, no obstante, esto no garantiza la seguridad del jugador. Basta como prueba concreta el accidente de tránsito ocurrido el día 8 de agosto, en el que un joven de tan sólo 19 años murió atropellado por un tren en la localidad bonaerense de Grand Bourg.
Un aspecto que populariza el juego es que los personajes que se capturan son coleccionables, aumentando así la competencia entre jugadores, paralelamente incrementando el nivel de dependencia de los usuarios, obnubilados por la meta de conseguir la mayor cantidad de puntos para subir de nivel. Al poder acumular los Pokemones, el jugador puede hacerlos evolucionar, es decir, crecer y aumentar en poder y tamaño, con la ayuda de «pócimas especiales» que se obtienen al jugar. El Pokémon más conocido es Pikachu, aunque si bien hay otros seres pequeños como este, existen diversos tipos (de agua, tierra, fuego, aire), con distintas habilidades y poderes especiales, y de variados colores y tamaños.Un aspecto negativo para los celulares: el juego consume bastante batería del dispositivo móvil en el que se utilice, por lo que no es recomendable jugar mientras se está en un lugar lejos del cargador.
Como último factor a tener en cuenta, antes de preparar la ropa cómoda y la botella de agua para ir de cacería, es cuestionarse hasta qué punto uno es capaz de exponerse por un juego electrónico.¿Cuáles son los límites?¿Termina siendo lo virtual nuestra realidad más fehaciente?
Por Victoria Ariagno
