Juliana López May, abanderada de la cocina orgánica y natural

juliana4Simple, fresca y natural, así es Juliana López May, como la cocina con la que se identifica. Una cocina en la que usa siempre productos de estación, con recetas fáciles de lograr y que busca  transmitir enseñanzas e inspiración. Recibe a Gallaretas en su estudio de Tigre, ubicado en Boulevard Sáenz Peña al 1300, una antigua casa italiana, reciclada con un toque vintage, en donde ningún detalle queda librado al azar. Comedor y living en un espacio abierto e integrado. Una cocina con mucha luz y grandes mesas en donde trabajar y, afuera, la encantadora huerta, casi escondida, entre paredes de verdes enredaderas. Todo el lugar invita a detenerse y a disfrutar de los ricos sabores que están por venir. En la actualidad, este es uno de los centros de operaciones de Juliana, en donde da sus clases de cocina, organiza eventos y proyecta sus libros y programas de televisión.

Amante de lo sano y natural, como ya mencionamos, su plato preferido es una colorida ensalada, acompañada por con una rica vinagreta, con alguna fruta seca o unos croutons. Por eso, no es casual que para las fiestas ella recomiende volver a las fuentes de nuestro hemisferio. Volver a lo natural, a la comida rica pero fría. “Es importante organizarse y dividir las tareas. Si nos juntamos muchos, todos tienen que traer algo. Es preferible que haya variedad para elegir, que mucha cantidad de lo mismo. Si hacemos huevos rellenos o tomates rellenos, pensemos en uno por persona. Pensemos en unidad, pensemos en comer liviano.  Dejemos de lado la típica pavita o lechón”.

Acá van algunas de sus propuestas navideñas: ensalada de rúcula con queso de cabra y una buena vinagreta con miel; pollo al Tonato, pollo de campo fileteado con la misma salsa del Vithel Thone; terrina de queso de cabra con chutney de tomate; pollo frío con chutney de mango; jamón crudo con higos. De postre: un bowl lleno de cerezas heladas. Para después, muchos turrones, garrapiñadas y un buen pan dulce.

Cocina simple y saludable

Pero no es casual que este amor por la cocina le venga de muy chica, de su abuela y de su mamá, que hacían de la cocina un lugar de encuentro agradable, lleno de aromas y sabores. A los 19 años empezó su carrera de la mano de Francis Mallmann, con quién trabajó durante 9 años y ella lo reconoce como su principal referente. Fue jefa de cocina de los reconocidos restaurantes Patagonia Sur, en Buenos Aires y Los Negros, en Uruguay. Viajó por el mundo para ampliar su cultura gastronómica, realizando trabajos en Londres, Francia, Italia, Canadá, Chile y Uruguay. Puso su propio restaurante “Círculo” con un grupo de amigos en la zona del CASI, en pleno San Isidro. Sin embargo, de a poco sus gustos y sus tiempos fueron otros. “Con el nacimiento de mis hijos quise cambiar mis tiempos y hacer una vida más tranquila”, cuenta Juliana. “Menos horas de trabajo y una rutina más saludable. Ahí fue cuando me asocié con las hermanas Lekerman y creamos un emprendimiento que se llamó COCINA. De ellas aprendí mucho y sobre todo el manejo de una cocina más sana y natural”.

 “Empecé a conectarme con materias primas y modos de preparación más saludables, a desarrollar la necesidad de cuidarme y de enseñar a otros a comer en forma más sana. La importancia de comprar buenos productos o la preferencia por los productos orgánicos empezaron a ser mis prioridades”, explica Juliana. Para ella comer bien, es sinónimo de comer productos de estación, con platos que tengan muchos colores, ya sea en verduras o frutas. “Comer despacio, comer tranquilos, darse un tiempo para la pausa en todas las comidas, disfrutar de los sabores sin apuro, eso es realmente saludable”.

Juliana es una de las cocineras más mediáticas de su generación, muchas veces se ríe, ya que con solo 40 años y trabajando desde los 19 años, ya tiene más horas de trabajo que de vida. Por eso apuesta a la calidad en todo lo que hace. Sus programas en el canal Gourmet y  sus libros, son un ejemplo de esto. Dos modos de expresión que transmiten su gusto por cocinar, por servir, por explicar las formas de presentar los platos, por la posibilidad de recrear infinidad de sabores y de colores. Su último libro, “Juliana, en Italia”, fue un gran desafío para ella, ya que tenía que mostrar una cocina que tuviera que ver con las raíces del lugar, con lo autóctono. Reflejar una cultura a través de las formas de comer. “Nada más y nada menos que la cocina italiana, a la que todos los argentinos estamos tan ligados”, señala. “Me di cuenta que es una cocina que hice desde siempre. Una cocina fácil, espontánea y rica”. El viaje fue posteado como un diario, una bitácora a través de las redes sociales, dando detalles de mercados, de fábricas de quesos, de cultivos de olivos, de antiguos restós expertos en pastas, rodeados de los paisajes de Roma, Módena y Siena, entre otras ciudades del recorrido.

Durante el año, Juliana dicta clases de cocina en su estudio de Tigre y también en la magnífica casa que la Bodega “Nieto Senetiner” tiene en Recoleta. “Las clases son demostrativas e interactivas, no participativas, ya que es imposible hacerlas de esa forma con un menú de 5 pasos”, explica. “Son clases en las que se aprende, se observa, se tocan los alimentos. Se ve detalladamente todo el proceso de la preparación. Las clases incluyen la degustación de todas las recetas y la explicación con su paso a paso. No hay que traer nada  y la duración es de aproximadamente dos horas y media. El objetivo de las clases es hacer recetas simples, con buenos productos, para que todos puedan repetirlas fácilmente en su casa”. Pero más allá de las clases, su compromiso por transmitir una forma de comer más saludable, la lleva a sumarse año a año a distintas ONG con charlas o asesoramiento. Para el 2016 tiene previsto realizar algunos viajes al interior de nuestro país, con la gente de Huerta Niño, para ayudarlos en el desarrollo de sus huertas y cocinar con ellos.

Así es Juliana López May, multifacética e inquieta, pero en forma asombrosamente tranquila, no para de emprender. Otros productos que llevan su nombre son un juego de vajilla que sacó con Falabella, una línea de conservas y una línea de cuadernos, blocks e individuales de papel. Todo para que no haya excusas a la hora de cocinar o  de poner una linda mesa.

Por informes de clases y productos: info@julianalopezmay.com

Por Pauline Walker

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