El arte de diseñar jardines sobre los lineamientos del Feng Shui es muy antiguo y su uso nace en China. En él se aplican los principios de la filosofía taoísta del Yin (calma) y el Yang (actividad). Estos opuestos trabajan juntos, creando un conjunto equilibrado. Patricia Traversa, directora del Centro Oficial de Feng Shui, explica los elementos que hay que tener en cuenta para lograr un jardín con buena armonía: “Los jardines diseñados sobre esta línea buscan generar experiencias no solamente estéticas, sino también sensoriales, espirituales y energéticas”, afirma. “La composición del jardín debe ajustarse al principio de equilibrio entre las energías: Yin y Yang, lo lleno y lo vacío, lo curvo y lo rectilíneo, lo abierto y lo cerrado, lo oscuro y lo luminoso. Por ejemplo, los jardines en donde las plantas están excesivamente crecidas, generan una fuerza Yang, descontrolada. Por el contrario, los jardines oscuros y húmedos o con vegetación rala, sugieren un exceso de energía Yin. En ambos casos, el uso estratégico de pérgolas, cercos de cañas, caminos de piedra, toldos, flores de colores y luces, irán dando más armonía al lugar”.
Según explica la especialista, todo jardín debe activar la energía positiva de quien lo contemple o transite. Para ello es importante incluir colores y aromas agradables. También, fuentes o cascadas de agua, que generen sonidos apacibles y terapéuticos. Usar diferentes tipos de plantas al armar los canteros, da dinamismo visual al espacio. Por ejemplo, combinar alturas, texturas y colores; usando herbáceas, arbustivas y trepadoras que vayan floreciendo alternativamente en cada estación. Es importante buscar las asimetrías y evitar las líneas rectas, planificar senderos levemente serpenteantes, ya que las formas curvilíneas conducen a un Qi (energía) favorable y envolvente. Otra buena idea es armar dentro del jardín un sector más íntimo o privado para la contemplación, para relajarse o descansar y meditar.
¿Lo que se debe evitar? “Todo lo que emita energía corrupta, agresiva u amenazante debe ser neutralizado. Para ello, hay que procurar que la vegetación este sana y vigorosa”, cuenta Patricia. Más allá de las preferencias, se deben priorizar las especies que se adapten mejor a las condiciones ambientales del lugar y al espacio disponible, para favorecer un crecimiento saludable. El control de plagas y enfermedades se debe hacer con productos orgánicos. También se deben evitar la acumulación de objetos, troncos o malezas, ya que estancan la energía y la corrompen. Con respecto a la poda, el Feng Shui no aprueba privar a las plantas y los árboles de sus formas naturales y forzarlos a crecer en línea recta. Para finalizar, el entorno que rodea al jardín tampoco hay que dejarlo de lado y hay que neutralizar las distintas amenazas. “Cuando lo que afecta es el exceso de agua, porque en Nordelta algunas casas están rodeadas de lagunas, se debe contrarrestar con la energía de tierra presente en las piedras del jardín, en adornos de arcilla y en flores amarillas. Un espejo Pakua del lado de afuera de la puerta de entrada también ayudará a desviar las energías desfavorables”, asegura Patricia
Los guardianes mitológicos
Como último consejo, la especialista recomienda que la pared del fondo tenga representada la presencia de la Tortuga Negra, el animal celestial que en la mitología china protege nuestras espaldas y evita la fuga de la buena energía. Una hilera de árboles o un cerco vivo alto y frondoso puede desempeñar esta función. Los laterales también deben estar perimetrados con cercos divisorios y protectores que representen a los otros dos guardianes: el Dragón Verde a la derecha de la tortuga, y el Tigre Blanco, un poco más bajo que el dragón, a la izquierda. Para no olvidar, una buena iluminación nocturna en algunos sectores evitará la acumulación de la energía Yin de la noche. Además, si el jardín posee un cerco importante se deben colocar también luces entre las plantas para activar la energía Yang, logrando de esta forma el ansiado equilibrio entre el Yin y el Yang.
Por Pauline Walker