Los vecinos reclaman una sede definitiva para la AVN

Los vecinos reclaman una sede definitiva para la AVNLa mudanza de las oficinas de la Asociación Vecinal Nordelta (AVN) a Bahía Grande provocó polémica entre los directores de los barrios, aquellos que representan a los propietarios. Argumentan que la decisión fue inconsulta y reclaman por una solución definitiva, en la cual ese organismo tenga una sede propia.

Hace poco más de un mes, la AVN mudó algunas de sus áreas operativas de su antiguo edificio del Acceso Benavídez a Bahía Grande. Los que se trasladaron a fines de junio fueron los sectores de Administración, Obras Particulares, Servicio de Atención al Vecino y Empadronamiento. Esa mudanza, sin embargo, no fue avalada por todos los integrantes del Consejo Vecinal de la AVN, allí donde están representados los vecinos.

La AVN  ha tenido distintas sedes desde sus orígenes, aunque siempre fueron edificios en la zona del Acceso Benavídez. Ahora estaba en un complejo que siempre fue provisorio, que antes fuera sede de un colegio y de la Fundación Nordelta. Son construcciones precarias, y pequeñas. Una parte, incluso, es un container adaptado como oficina. Por ese edificio, además, se paga un alquiler.

“Además de la precariedad del edificio, los empleados ya estaban hacinados”, señalaron los directores que participaron de este debate. La mudanza era necesaria. La polémica viene por los términos en que se concretó.

“No puede ser que la desarrolladora, Nordelta SA, prevea el funcionamiento de un órgano como la AVN sin establecer cuál será su sede, dónde funcionará, sin construir el edificio para sus oficinas”, fue uno de los planteos de los vecinos, según supo Gallaretas.

Cuando Nordelta construyó años atrás sus actuales oficinas en el Acceso Benavídez, la AVN ocupó una parte del edificio. Pero luego la desarrolladora precisó más lugar y desplazó a la Asociación Vecinal, argumentando que ese espacio era propio. Ahora, señalan los directores, “nos dicen que hay un nuevo terreno cedido a la AVN  para la construcción de la sede de la Asociación, pero tenemos que ver cómo se construye el edificio”.

En esa línea, las nuevas oficinas de Bahía Grande también son una sede temporaria.

“Pero haber aceptado un nuevo alquiler oficinas es establecer un antecedente negativo, porque eso implica de alguna manera ceder en el reclamo de las oficinas definitivas, construidas por la desarrolladora”, reclamaron algunos de los representantes barriales. “No es así, se dejó constancia de que el reclamo de una sede para la AVN seguía vigente, que no es un antecedente para que Nordelta SA no cumpla con su compromiso”, retrucaron otros.

El tema había sido ya discutido entre los directores de los barrios en una reunión informal que se hizo en Los Castores, antes de que se tomara la decisión. Y se había expresado un rechazo mayoritario. Luego fue aprobado por el Directorio de la AVN, señalan quienes participaron de la discusión, sin pasar por el Consejo Vecinal. La diferencia es sustancial. En el Directorio, Nordelta SA tiene el control; en el Consejo Vecinal pesan más los vecinos.

“Al menos debería haber quedado asentado el voto negativo de los vecinos –se quejó uno de los directores barriales-. O el reclamo de que el tema pasara por el Consejo Vecinal. Pero forzaron la situación”.

El planteo, añaden, no es que la AVN no debía mudarse ni si debía o no alquilarse una oficina. Sino dejar sentado que la obligación de la desarrolladora, según los vecinos, es construir la sede de la AVN. Y que, si no lo hace, la obligación de pagar los alquileres es suya.

Otro punto que se puso sobre la mesa fue que el primer planteo había sido alquilar una oficina mayor, y que los representantes de los vecinos en el Directorio de la AVN se opusieron. Esto se relaciona con otro tema que se debatió: “una oficina más grande no tiene que implicar más empleados, no podemos tener otra Municipalidad aquí adentro”, señaló uno de los directores.

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