La obra de Inés Repetto

Nota Publicada originalmente en Octubre de 2013

Mujeres de ojos grandes

Hermosas mujeres de grandes y profundos ojos observan curiosas desde todos los rincones del atelier. Esbeltas, rodeadas de color y naturaleza, cubiertas por diferentes géneros, desde vestidos floreados hasta ajustados kimonos. Todas ellas son pinturas que nacieron del pincel de Inés Repetto, una reconocida artista de Maschwitz que pinta y vende sus obras en su atelier del Paseo Mendoza.
Desde chica, Inés se interesó en la pintura y la escultura, y recuerda que a los diecisiete años quería dejar el colegio para ingresar en un conservatorio de arte, pero su madre no estuvo de acuerdo. Durante dos años participó en un taller, y llegó a cambiar las clases por su trabajo como asistente. Después del colegio estudió Bellas Artes, y para los veinte años ya vendía sus obras: muebles, sillas y sillones. Por mucho tiempo se dedicó a reutilizar objetos a través de su arte y a ambientar espacios. Algunas casas de Castores y la de Gabriela Iglesias y Adriana Medan llevan su marca. Pintó sobre maderas, chapas, telas, hasta una hamaca paraguaya rota fue lienzo de una de sus pinturas. Muchas de sus mujeres fueron creadas sobre un tipo de papel enmarcado con madera y descubrió un papel dorado que es fondo de varias de sus obras.

 

En los últimos años su dedicación se centró por completo en el “arte por el arte” y fue cuando aparecieron las mujeres. Cuenta que regresó de un viaje con la idea de pintar solo un rostro sobre un gran lienzo y así surgió la primera. Se inspiró en caras que vio por Bolivia y Perú, luego aparecieron las figuras y colores asiáticos y continuó recreando etnias y estilos diversos.

Muchas mujeres, cada una con sus colores, su mirada y su historia que contar fueron pintadas por Inés en los últimos cuatro años. Cuenta que cada vez que quiere pintar algo diferente la brocha vuelve a contornear esos ojos grandes y expresivos.
No tiene muy definido por qué sus protagonistas son todas femeninas, pero sospecha que es por la influencia de mujeres que tiene su vida. Personas muy fuertes y de carácter, como su madre o amigas. Cree que para cualquier rol la mujer tiene mucha fortaleza y “todo lo puede”. Ella misma se incluye, su pintura es su trabajo pero también es su pasión. Artista, madre, esposa, atiende en su propio atelier y da clases de pintura dos veces por semana. Después de dejar a sus hijos en el colegio llega a su taller y se pone a trabajar, no pasa un día en que no pinte. Además recibe a quienes vayan a ver sus pinturas, y cuenta que le encanta que se lleven sus cuadros porque le da la necesidad de seguir creando, de tener que agarrar el pincel todos los días. Por eso siempre le gustó “dejarlas ir”, explica.

Hace unas semanas la obra de Inés viajó a New York, por tercera vez. Este fue el turno de la Ward-Nasse Gallery, en el Soho. Hasta el 18 de septiembre también estuvieron presentes algunos cuadros en el Espacio Darwin del Hipódromo de San Isidro. En noviembre se los podrá ver en Pasearte, Paseo del Arte, Mendoza 1578, Ing. Maschwitz. Donde, además de la muestra, se escuchará música de la banda de su sobrino, Nicolás Repetto (hijo). La agenda se completa con la muestra Mujeres Apasionadas en La Apasionada, Ayacucho 1383, Florida desde el 12 de noviembre al 2 de diciembre.
El atelier de Inés se encuentra en el Paseo Mendoza, un refugio de naturaleza y entretenimiento en Maschwitz (Mendoza y Las Heras) que, hace siete años, ella junto a su marido, el arquitecto Nicolás Salado Castro, y cuatro familias amigas desarrollaron con la idea de tener un espacio agradable, donde poder pasear y disfrutar, que estuviera cerca.
Por Agustina Schiffelbein

 

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