Estreñimiento: qué hacer cuando ir al baño es un desafío

El estreñimiento es un problema silencioso que afecta hasta a 1 de cada 3 adultos. Aunque a menudo se lo minimiza o se convierte en motivo de burla, se trata de una afección médica real, frecuente y potencialmente perjudicial para la salud. En Argentina, alcanza al 2%–27% de la población general y al 33,5% de los adultos mayores, según datos de la revista Acta Gastroenterológica Latinoamericana. Para derribar mitos, entender sus causas y aprender cómo prevenirlo, consultamos al Dr. Juan Cruz Codd, gastroenterólogo (MN 145709 / MP 339125) de DIM Centros de Salud, quien ofrece una guía clara, práctica y preventiva sobre este trastorno digestivo.

Estreñimiento

Quien padece estreñimiento crónico sabe y conoce lo mal que lo puede pasar. Molestia, dolor, sangrado, pastillas y laxantes, todo lo que se pueda para lograr que pase. De hecho, se estima que, a nivel mundial, 1 de cada 6 personas padece estreñimiento crónico, una condición que puede reducir la calidad de vida, generar complicaciones digestivas y hasta convertirse en señal de alarma para enfermedades más graves.

¿Qué es exactamente el estreñimiento?

Se habla de estreñimiento cuando hay menos de tres evacuaciones por semana durante al menos 12 semanas en el último año. Pero no es solo una cuestión de frecuencia: también incluye dificultad para evacuar, esfuerzo excesivo o sensación de evacuación incompleta. “Es una condición subestimada”, advierte el Dr. Codd.

Las causas más comunes

En la mayoría de los casos, el estreñimiento está vinculado a hábitos de vida y alimentación. Las principales causas incluyen:

  • Dieta pobre en fibra (frutas, verduras, legumbres y cereales integrales).
  • Ingesta insuficiente de líquidos.
  • Vida sedentaria.
  • Consumo excesivo de ultraprocesados.

Otras causas menos frecuentes son el uso de ciertos medicamentos (analgésicos opioides, antidepresivos, suplementos de hierro), trastornos hormonales (como el embarazo o el hipotiroidismo), enfermedades neurológicas (como Parkinson) o disfunciones del suelo pélvico.

La alimentación, clave en la prevención y el tratamiento

«La alimentación es el pilar número uno para tratar y prevenir el estreñimiento», afirma el especialista. Una dieta adecuada puede marcar la diferencia. Las recomendaciones incluyen:

  • 25 a 30 gramos de fibra por día, incorporar frutas (con cáscara), verduras, legumbres, semillas y cereales integrales.
  • Beber suficiente agua (al menos 2 litros diarios).
  • Incorporar prebióticos y probióticos naturales como yogur o kéfir.
  • Evitar el exceso de carnes rojas, harinas refinadas y ultraprocesados.
¿Y si no alcanza con la dieta?

Cuando los cambios en el estilo de vida no alcanzan, existen opciones farmacológicas:

  • Laxantes formadores de masa: como el psyllium (seguros para uso crónico).
  • Laxantes osmóticos: lactulosa o polietilenglicol.
  • Laxantes estimulantes: para uso ocasional (bisacodilo, picosulfato).
  • Agentes más específicos: linaclotida o prucaloprida, bajo indicación médica.
  • Enemas y supositorios: solo en casos puntuales, no como tratamiento crónico.
Señales de alarma

Cuando las medidas en la dieta, ejercicio y otros ayudantes farmacéuticos no funcionan, es fundamental consultar a un médico si se presenta:

  • Sangrado rectal.
  • Dolor abdominal intenso.
  • Pérdida de peso inexplicable.
  • Cambios drásticos en los hábitos intestinales.
  • Antecedentes familiares de cáncer de colon.
  • Un llamado a perderle el tabú… y prestarle atención

El estreñimiento crónico no debe normalizarse ni minimizarse. Es una señal de que el cuerpo necesita cambios, atención o incluso intervención médica. Alimentación, hidratación, movimiento y consulta profesional: la clave está en escucharse, y actuar.

Con el asesoramiento del Dr. Juan Cruz Codd, gastroenterólogo (MN 145709 / MP 339125) de DIM Centros de Salud.

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