Por Lucila Bustos @oda_al_verde
Diciembre es tiempo de cerrar el año y hacer balances. El comienzo del nuevo año trae consigo también cambio de década:¡Qué buen momento para desafiarnos a nosotros mismos, poner la vara más alto e ir por más acciones sustentables, ecológicamente amigables!

Desde el proyecto: en el momento de diseñar una nueva casa y su jardín, conservemos la mayor cantidad de superficie drenante. Nos referimos al área donde el agua de lluvia pueda infiltrarse, es decir penetrar en la tierra en profundidad e ir a abastecer las napas. Cuando minimizamos superficies de pavimentos y pisos impermeables, también reducimos el caudal de agua en superficie y potenciales inundaciones. Podemos lograrlo sin resignar funcionalidad. Ya existen en el mercado productos adecuados como baldosones de hormigón permeable y pisos porosos de piedra partida aglomerados por resinas, con los que pueden construirse superficies continuas y resistentes drenando agua.


Praderas naturales o rough con especies que se adapten a vivir con el agua de lluvia y que se desarrollarán adecuadamente con otro manejo o cortes mucho más espaciados
Cubresuelos. Recordemos que es necesario que la tierra quede cubierta, ya que desnuda se erosiona y no permite el desarrollo de comunidades de fauna que viven al reparo de esa cobertura.
Granza o corteza pueden resultar soluciones adecuadas en algunos casos, sin demandar mantenimiento.

Compostemos los residuos domiciliarios en nuestro propio jardín: Esto es muy sencillo. Si el jardín es grande se puede armar un sector con un cajón con 4 pallets y en el frente le dejás móbiles las 3 maderas de abajo. y allí tirar: El pasto recién cortado, hojas secas, diarios, hueveras, cascaras de huevo, cafe, mate, te, verduras crudas. Un consejo: En la cocina armá un basurero aparte para ir juntando esto y cada 3 o 4 días lo llevas a la compostera. No lo toques, no le tires agua ni lo remuevas, En cada cambio de estación, sacas desde abajo, donde dejaste las maderas móviles el compost casero y lo llevas a tu huerta o a rellenar tus canteros.

Incluir nativas: mayor sanidad, menor consumo de agua, brindan alimento y refugio a fauna autóctona.
Aportar diversidad a nuestra plantación, así correremos menos riesgo en caso de enfermedad, y potenciaremos la capacidad de asociación y resguardo entre las especies
Cultivemos en forma orgánica: insecticidas y herbicidas químicos resultan nocivos para el ambiente, insectos benéficos, animales e incluso humanos
Proveer flores a la población de abejas que año a año viene decreciendo por insuficiente flora, el cambio climático y los insecticidas mencionados. Insecto decisivo para la polinización de cantidad de especies, incluido un gran porcentaje de nuestros alimentos, necesita que hagamos un pequeño aporte para su supervivencia, que en definitiva, es también la nuestra.
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