Emilia y la biblioteca mágica: los vínculos y el poder de la lectura

Emilia y la biblioteca mágica: los vínculos y el poder de la lectura

Constanza Munrabá es vecina de Nordelta, y recientemente publicó su primer libro «Emilia y la biblioteca mágica«, el cual narra la historia de una pequeña llamada Emilia, y su abuela con la que tiene una conexión muy especial. Un día la misma le regala un libro, y a través de él, descubre que la magia es más poderosa y maravillosa de lo que imaginaba. A través de este cuento, la autora indaga sobre el valor de los vínculos y el poder de la lectura en la vida de una persona, particularmente de los niños.

Emilia y la biblioteca mágica: los vínculos y el poder de la lectura
Emilia y la biblioteca mágica: los vínculos y el poder de la lectura

Revista Locally entrevistó a Munrabá para adentrarse un poco más en las páginas de esta historia, y conocer en detalle la visión y los ideales de quien se esconde detrás de la pluma.

¿Cuándo empezaste a escribir? 

Creo que empecé a escribir en el secundario… tenía miles de cuadernos gloria naranjas escritos… ¡jaja que vejestorio! Al finalizar el secundario hice un taller literario en el centro cultural rojas y luego seguí con ese profesor en su casa por dos años más… pero después la carrera y el trabajo hicieron que lo dejara de lado (te estoy hablando de los noventas). Hace unos cinco/seis años retomé el hábito y hace dos volví a buscar alguien que me corrigiera, con la idea de perfeccionarme, profesionalizarme. Quien me corrige (profesora de Letras y de varios talleres literarios, poeta y especialista en símbolos en cuentos infantiles: Ana Guillot) me entusiasmó a publicar y así fue como emprendí este camino de llegar al libro. Es el primero y espero que a partir de ahora pueda publicar más. Tengo ya varios escritos… será cuestión de tiempo que aparezcan en las librerías.

¿En qué te inspiraste para empezar a escribir «Emilia y la biblioteca mágica»?

Emilia y la biblioteca mágica: los vínculos y el poder de la lectura
Constanza Munrabá, autora de «Emilia y la biblioteca mágica»

La verdad es que no lo sé. La magia es algo que siempre estuvo muy presente en mí y más de chica. Donde escribo, tengo una foto mía de 4 o 5 años, una edad muy llena de ilusión y la tengo ahí para recordarme eso. Los chicos creen que todo es posible y trato de no perder eso de vista. Además, creo que me quedó dando vueltas en la cabeza algo de un libro de Carlos Ruiz Zafón que habla de un Cementerio de Libros Olvidados y, si bien no es lo mismo, el concepto de miles de libros dentro de un lugar gigante y mágico sí tuvo influencia. Alguien me preguntó si «Matilda» de Roal Dahl tuvo influencia: puede ser… habrá quedado en mi inconsciente.

¿Qué enseñanza te gustaría dejarle a los más pequeños?

No me lo planteé al empezar a escribir, pero creo que fue tomando forma solo. La idea de que los libros tienen mucho para darnos, experiencias, sensaciones, imágenes… que pueden ser un refugio, maestros… que los vínculos nos forman, nos hacen quienes somos… Ahí está la enseñanza: en el poder de la lectura y de los vínculos.

¿Cuáles son los valores que más destacas de «Emilia y la biblioteca mágica»?

Creo que vuelvo un poco al tema de la enseñanza… los valores están justamente en el poder de la lectura y de los vínculos. La relación de Emilia con su abuela y luego la construcción del vínculo con Don Federico, un hombre que se transforma en su abuelo prácticamente, más allá de no tener relación sanguínea. Vínculos que se construyen, que no se dan por sentados. En el caso de Emilia y su abuela, la complicidad se da en el compartir la pasión por la lectura, pero si miramos bien nuestras relaciones (y más la que tuvimos de chicos con nuestros abuelos), todas tienen el compartir en común. Qué se comparte, dependerá de cada historia. Yo recuerdo a mi abuelo paterno como el que me enseñó a jugar al dominó y a hacer barquitos de papel. Nos pasábamos horas (al menos a mí me parecía así) jugando. La construcción del vínculo como algo en lo que tenemos que poner de nosotros mismos, ese es un valor. Las alas que te da la lectura, ese es otro.

¿Que lugar deberían ocupar los cuentos en la vida de un niño?

¡Un rol preponderante! Cuentos inventados, cuentos hablados, cuentos actuados, cuentos leídos, cuentos escritos, cuentos pintados… todas las formas que existen de acercarse a un cuento valen para meterse en temas donde no es tan fácil encarar. Sirven para trabajar emociones, para sacar afuera lo que está angustiando, trabado… soltar la imaginación y crear, es liberador y mágico. Los chicos, naturalmente, son mágicos y su visión de la vida es maravillosa. Con los cuentos los ayudamos a procesar emociones y a potenciar su imaginación y creatividad. A mí me gustaba hacer una cosa con mis chicos cuando leíamos: frenábamos la lectura y yo les preguntaba: y ahora, ¿qué creen que pasa? y ellos inventaban. Después leíamos y conversábamos sobre lo que ocurría… ellos siempre tenían ideas enormes, a veces inimaginables para un adulto. Y creo que en eso son nuestros grandes maestros. Siempre tienen una mirada interesante sobre las cosas. La mirada «out of the box» que tanto se pide en los trabajos hoy, está presente en TODO niño, pero la vamos olvidando a medida que crecemos.

Creo que empecé a escribir para chicos justamente por eso: porque en su mundo todo es posible. Eso me parece maravilloso, increíble y quiero no perderlo de vista. La vida nos va apurando a tener logros, objetos, relaciones, cosas… y a veces perdemos de foco lo esencial que es conectarnos con nuestro verdadero yo, que muchas veces es el niño interior. A mí escribir para chicos me permite eso, conectarme y volar como vuelvan ellos.

Facebook: Constanza Munraba

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