El peligro del monóxido de carbono

Nota Publicada originalmente en Julio de 2013

En lo que va del año, según las estadísticas de Red Solidaria, la intoxicación por monóxido de carbono causó la muerte a más de treinta personas. Una de ellas, una nena de Talar del Lago. Imperceptible, este gas mortal se cobra la vida de decenas de personas en accidentes que, en muchos casos, se podrían evitar.

A principios de mes pasado, Nuevo Delta se vio sacudido por el caso terrible de una nena de 5 años que falleció por una intoxicación de monóxido. El resto de la familia, los padres y tres hermanos, también fueron muy afectados por el gas que escapó, aparentemente, desde la caldera. GasNatural Fenosa, la proveedora de gas en la zona, revisó las instalaciones y distribuyó folletería en el barrio sobre cómo evitar estos accidentes. Pero la pérdida ya era irreparable.
Dos años atrás, otra familia de la zona, los Van Gelderen, de La Escondida, pasaron una situación similar. Una noche de junio, las hermanas María e Inés cenaban junto a sus novios, Sebastián y Raúl y a su hermano Juan en su casa. Ya empezaban los primeros fríos, entonces esa tarde Inés cerró todas las puertas y ventanas de la casa para mantener el calor.
También subió la temperatura de la caldera, mientras la estufa a leña estaba encendida. Era sábado, luego de comer sushi se acomodaron en el estar a mirar la televisión. Después de un rato, los cinco se sentían cansados, como abrumados, explica María. Tres de ellos se fueron a acostar al piso superior mientras los otros dos permanecieron en el sillón, donde luego se quedaron dormidos. Alrededor de las doce de la noche Sebastián fue a sacarse los lentes de contacto y notó que no podía agarrar el frasco del líquido de los lentes, de pronto sintió todos sus músculos acalambrados y cayó al piso casi sin poder moverse. Con el cuerpo paralizado de la cintura hacia abajo se arrastró al dormitorio y vio a María, su novia, inconsciente en el piso convulsionando con espuma en la boca. Era una intoxicación con monóxido.
La médica Margarita Marchan, toxicóloga del Hospital de Niños R. Gutiérrez y vecina de Barrancas del Lago, señala que el monóxido de carbono es un gas “sin color ni olor producido por una combustión incompleta del carbono, que está presente en materiales como leña, carbón, gas natural, de garrafa, kerosene, alcohol, gasoil y nafta. Puede causar la muerte en minutos u horas, según su concentración”.
El monóxido de carbono –precisa Margarita- es 120 veces más compatible que el oxígeno con la hemoglobina, proteína presente en la sangre que traslada el oxígeno a todos los tejidos. Y es más liviano que el aire, por lo que los ambientes ubicados a mayor altura tienen mayor concentración. Eso es lo que lo hace especialmente peligros. 
El cerebro, el corazón y los riñones, órganos nobles, son los primeros en lesionarse. Y, los animales no son capaces de detectar el monóxido: de hecho, las mascotas suelen morir antes, por su menor masa muscular, precisa la médica especialista.
Aquella noche de junio, hace dos años, en la casa de los Van Gelderen, Sebastián logró llegar al dormitorio más cercano, donde estaba Inés, pero también la halló inconsciente y no pudo despertarla. Siguió avanzando hasta la habitación siguiente y al entrar, la puerta se golpeó y el ruido despertó a Raúl. Sebastián cayó inconsciente y Raúl no podía despertarlo cuando escuchó las convulsiones de María. Fue a su cuarto e intentó reanimarla pero ella tampoco reaccionó. A punto de perder la conciencia cruzó el estar para llegar al cuarto de Juan -que dormía con la ventana un poco abierta- alcanzó a despertar a su cuñado antes de desplomarse. Juan llevó a Raúl al estar y después de despertarlo le dijo que llamara al 911 mientras iba a tratar de reanimar a sus hermanas. Raúl no pudo marcar el número y se desvaneció en el sillón. Juan llamó al 911, que enseguida envió ambulancias y policía, a pesar de que él no supo describir qué pasaba. También llamó a su tío, que vivía al lado y en cuanto sus primos llegaron empezaron a abrir todas las ventanas. María e Inés recuperaron la conciencia recién en el hospital. Todos recibieron oxígeno y quedaron en observación dos días. 
La familia, instintivamente, hizo lo que la Dra. Marchan señala como clave: ante los primeros síntomas: retirar a las personas del lugar contaminado, abrir puertas y ventanas, mantener los ambientes ventilados.
La médica destaca la importancia de considerar la posibilidad de este tipo de intoxicación frente a los primeros síntomas, ya que lo más común es confundirla con otras enfermedades. Ahora, ¿cuáles son esos síntomas?: dolor de cabeza, náuseas o vómitos, mareos, cansancio, letargo o confusión, desmayo o pérdida de conocimiento, alteraciones visuales, convulsiones, estado de coma. El problema es que muy frecuentemente los síntomas de intoxicación con monóxido se confunden con intoxicaciones alimentarias, cuadros gripales, problemas neurológicos o cardíacos
Es así que la Dra. Marchan también señala el típico caso del ama de casa o la empleada con jaquecas crónicas, quienes pueden estar expuestas a una constante intoxicación de monóxido. Aclara que no importa si los equipos son nuevos y están recién instalados, las fugas pueden producirse de cualquier manera, y muchas veces una caldera con pérdida de monóxido puede ser más mortal que una pequeña estufa o brasero.
En el caso de los Van Gelderen, al buscar el origen del problema comprobaron que la caldera, que estaba en el lavadero, justo debajo de la sala de estar, tenía una fuga. GasNatural también encontró que el regulador que debía marcar catorce de presión indicaba dieciocho, y esto contribuyó al mal funcionamiento de los equipos.
La instalación de las calderas en el interior de las casas es una causa muy común. Luego del accidente en su familia, María investigó y descubrió que no hay una ley que regule la ubicación de los conductos de las calderas, solo queda en los arquitectos sugerir que todo lo que genera combustión sea colocado afuera. El de ellos fue un accidente con un origen similar, por tanto, al que sufrió la familia de Talar del Lago.
Existen detectores y mediciones de monóxido de carbono. Al respecto, Margarita Marchan señala que que la persona que realiza las mediciones debe conocer el funcionamiento ya que un mal uso de los detectores puede dar resultados equivocados. Los cuidados nunca son demasiados.
Por Agustina Schiffelbein
RECUADRO 1:  Por consultas o más información
El servicio de toxicología del Hospital de Niños R. Gutiérrez atiende  las 24 horas todos los días: 4962-6666/2247.
El mail de la Dra. Marchan es Margarita.marchan@gmail.com
Red solidaria también lanzó una campaña a través de las redes sociales. Es un plan de concientización para que todos mantengan una ventana abierta cinco centímetros y se pueda evitar casos de intoxicación por monóxido. https://www.facebook.com/hashtag/abrílaventana
RECUADRO 2 (ACOMPAÑAR CON EL LOGO E ILUSTRACION DE GASNATURAL)
: Recomendaciones de GasNatural Fenosa
• No instalar calefones, estufas infrarrojas, catalíticas o de llama abierta, en baños, dormitorios o ambientes cerrados. Solo deben colocarse artefactos de tiro balanceado. 
• Al colocar artefactos, deberá asegurarse que haya una entrada de aire desde el exterior a modo de ventilación suficiente. 
• Todas las instalaciones de gas, la colocación de artefactos y su reparación deben ser efectuadas por gasistas matriculados. 
• Verificar el buen funcionamiento de los tirajes o conductos de ventilación, de modo que no estén obstruidos, estrangulados, fisurados desconectados o abollados. 
• No realizar combinaciones ni conexiones de conductos de ventilación de dos artefactos diferentes (calefones y campanas extractoras). Cada conducto de ventilación debe ser individual. 
• Revisar periódicamente el estado de las instalaciones internas de gas del hogar por medio de un gasista matriculado. 
• Controlar que la llama del quemador de los artefactos (poner especial énfasis en el calefón) sea de color azul y de geometría uniforme, si fuese amarilla significa que está produciendo monóxido de carbono. En este caso, apagar el artefacto y hacer revisar el quemador por un gasista matriculado. 
• Dejar una ventana o puerta semiabierta al exterior mientras se utiliza brasero o estufa de kerosén y sacarlas afuera de la vivienda antes de retirarse a descansar. 
• No utilizar artefactos de calefacción para secar prendas. 
• No usar hornos para calefaccionar ambientes. 
• Verificar el cierre correcto de las canillas de agua caliente, especialmente durante la noche, para evitar el funcionamiento continuo de calefones. 
• Utilizar artefactos aprobados por el Enargas. 
• Evitar la sobreocupación de ambientes con artefactos de calefacción. 

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