
La zona de McDonald’s primero, Nordelta Centro Comercial después, eran lugares obligados para que los chicos se encuentren y compartan momentos de viernes o sábado a la noche entre amigos. Ésta pasó a ser una de las primeras salidas “de grandes” que los chicos de 13 años comenzaron a hacer. Con los años, y sobre todo desde el verano pasado, se incorporó a las salidas la plaza de North Coral Plaza y la zona del Portal. Una zona apartada, tapada entre edificios, con poca iluminación y un gran espacio abierto. Allí comenzaron a darse cita lo que se conoce como batallas de freestylers o rappeadas, tan de moda tantos lugares: se juntan adolescentes, muchos de ellos de apenas 12 o 13 años en adelante y ven batallar con la palabra a aquellos “payadores” del siglo XXI que se hablan y contestan con raps improvisados. A mediados de marzo, por ejemplo, se vivió la final entre los freestylers Replik vs. Midel que se puede ver en YouTube.
Lo que podría ser un evento artístico moderno, entretenido e interesante reflejo del arte callejero, como el que organizan por ejemplo en Parque Rivadavia, desde el verano a esta parte se fue transformando en tierra de nadie: sin control, sin cuidado, oscuro y propicio para que sucedan transgresiones a los límites tan comunes entre los menores. El punto culmine fue en abril cuando una chica residente de Nordelta fue víctima de una golpiza por parte de vecinos de los barrios aledaños a ruta 27 que se infiltran entre los grupos de adolescentes para realizar robos pirañas de celulares. Un enfrentamiento dejó a esta niña con golpes en la cara y patadas. Para agravar un poco el panorama, comenzaron a aparecer los vivos de siempre que empezaron con la venta de alcohol en vaso a menores, “mezcladitos”, cigarrillos de a unidad, mirones, carteristas, y dicen también, algunos “arbolitos vendiendo droga”.
Un espacio abierto que se cree cerrado
El problema se agrava porque al parecer para muchos no están claros los límites de la zona comercial de donde vivimos. El punto en análisis es el radio comprendido entre la ruta 27, los edificios Quartier, Coral Plaza, Centro Médico Nordelta y Nordelta Centro Comercial (ver mapa aéreo). Si, porque de “Nordelta” esos lugares sólo lleva la marca, pero toda esa zona es un espacio público. Sí, PÚBLICO. Lo remarcamos porque muchos padres y niños creen que estar allí es lo mismo que estar en el house de su barrio cerrado, pero la realidad es que no es así. Esa zona es un espacio abierto de libre circulación para cualquier habitante del suelo argentino, aquellos bien y aquellos malintencionados.
Si de control y seguridad se trata, mucha gente no sabe a quién recurrir puesto que por un lado parece estar AVN. Y claro no está mal que se piense eso, porque por ejemplo, es AVN la que pone las multas a los autos mal estacionados y pega carteles en los vidrios. Es AVN quien tiene su garita de seguridad en la rotonda de la Petrobras. Además, hasta hace unas semanas no era habitual ver al Municipio por allí. Sin embargo, y gracias a la intervención de la Delegación Municipal de Nuevo Delta, desde mayo el COT sumó a sus rondas esta zona. De este modo, los últimos fines de semana se evitó que la cosa siga creciendo, se demoraron menores que estaban robando. Y ya para fines de mayo, y gracias a la ayuda del frío que comenzó a hacerse más fuerte, no hubo tantos agrupamientos. Capítulo aparte son las empresas de seguridad contratadas por los distintos espacios comerciales, que sufren la falta de respeto de los menores, pero que a su vez no pueden ir más allá de la zona para la que fueron contratados.
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