
Alejandra se destacó siempre por ser una gran trabajadora, llegando por momentos a encabezar obras infantiles, al mismo tiempo que trabajaba en Sugar y Hola Susana. “Realmente creo que me tocó vivir lo mejor. Tanto de la televisión, como de Calle Corrientes. Los noventas fueron espectaculares, fue la época de oro”, relata.
Después de más de dos décadas ininterrumpidas de arduo trabajo, Alejandra decidió abocarse a su familia. “Me mudé a Tigre porque quería estar más tranquila y en contacto con la naturaleza”, comenta.
Es en el año 2010 cuando algunas amigas vecinas de Castores y el Golf la convocan para que dicte talleres de comedia musical para sus hijas. El éxito fue inmediato y la cantidad de alumnos comenzó a crecer rápidamente. A tal punto que, a principios de 2013, decidió abrir su propio estudio ubicado en Riviera Park. El mismo posee un salón de 110 metros cuadrados especialmente montado en piso elástico para cuidar el cuerpo, además de una sala preparada acústicamente para aquellos alumnos que practican canto. Hay propuestas para todas las edades. Ofrece comedia musical, danza clásica, ritmos latinos (bachata, salsa, pop), ritmos urbanos (hip hop, regaetton, zumba), pole dance y percusión corporal , donde se fomenta la improvisación y la creatividad, la coordinación corporal y la experimentación rítmica. Igualmente, Alejandra planea seguir expandiendo sus instalaciones, ya que actualmente cuenta con más de 250 alumnos. Su lema es “Todo el mundo puede bailar” y destaca la actividad como un medio terapéutico para sus alumnos. “No hay que frustrar el deseo de expresar. Yo quiero que la gente venga, se relaje y se olvide de sus problemas. Todo se puede, es sólo cuestión de animarse”, sostiene.
Todos sus alumnos presentan muestras teatrales en el teatro Niní Marshall de Tigre, donde, por decisión de La Coneja, no hay protagónicos. “Queremos que todos se sientan parte, por eso las obras se preparan en base a cada actor, todos tienen su momento”, declara. El grupo de comedia musical de mayores, conformado por 17 adultos, también se presenta en el Velma Café de Palermo. Estas obras personalizadas corren a cargo de Omar Lopardo (quien las escribe), Laura Jais (profesora de canto) y la misma Alejandra como coreógrafa.
La integración es muy importante, ya que el estudio cuenta con alumnos desde los 3 a los 60 años. Se fomenta la formación de amistades y el disfrutar de la música, el canto y la danza, siempre resaltando la importancia de superarse a uno mismo, de trabajar la autoestima, el compañerismo y la no competencia. “Somos un equipo de 10 profesores y todos trabajamos de forma integral y en equipo. El valor agregado de mi escuela es que va más allá de las disciplinas que enseñamos. Me gusta conocer a todos mis alumnos y compartir momentos especiales con ellos”, concluye Alejandra.
Por Facundo Cabrera.




