Silencio salvaje: un viaje al corazón del Iberá

Por Mercedes Cordeyro

@viaja2net 

Salimos de Buenos Aires antes del amanecer. El auto avanzaba hacia el noreste, cruzando rutas dormidas y pueblos que se desperezaban con los primeros rayos de sol. Atrás quedaban el ruido, las bocinas y la ansiedad urbana. Adelante, nos esperaba una travesía hacia uno de los rincones más puros del país: los Esteros del Iberá. Un viaje al territorio del agua, la fauna y el tiempo detenido.

Después de unas 10 horas de ruta, con paradas para cargar nafta, estirar las piernas y dejarnos sorprender por paisajes rurales, llegamos al corazón de Corrientes. El último tramo fue el más desafiante pero sabíamos que habíamos elegido ir al lado B de los Esteros, un lugar donde no nos sentiríamos turistas sino locales. Así, entre espejos de agua y pastizales, apareció la tranquera de la Estancia San Juan de Poriahu con su escarapela de chapa, uno de los secretos mejor guardados del Iberá.

Una casa, mucha historia

Ubicada a 12 kilómetros de  la localidad de Loreto sobre la ruta nacional 118 en  Corrientes, la estancia es más que un hospedaje: es una casa viva, testigo de generaciones. Una estancia histórica que data del siglo XVII. Esta estancia jesuítica, enclavada en el corazón de los Esteros del Iberá, ofrece una experiencia auténtica que combina la historia colonial con la biodiversidad única de los humedales correntinos.

Atendida por sus dueños, Marcos nos recibe como si llegaramos a casa, nos cuenta un poco del lugar y nos invita a pasar a lo que es la casa familiar y que hoy funciona como hospedaje y allí nos dividimos los cuartos entre quienes fuimos. Este viaje fue un viaje familiar y el lugar es ideal porque éramos 3 parejas y algunos niños y jóvenes y ocupamos la casa principal y una de las casas laterales que cuenta con dos habitaciones más con sus baños..

La tierra del agua

Esteros del Iberá es uno de los humedales más grandes del planeta, y probablemente el menos explorado. Este inmenso sistema de lagunas, esteros, bañados y embalsados es el hogar de más de 4.000 especies de flora y fauna. Aquí viven carpinchos,  ciervos de los pantanos, yacarés, aguará guazú es, monos carayá, lobitos de río y más de 350 especies de aves.

En San Juan de Poriahu uno abona un valor todo incluido diario que incluye el hospedaje, las comidas y las excursiones. Allí se convive con esa fauna de forma orgánica. Las excursiones no tienen horario fijo ni formato prefabricado. Se adaptan al ritmo de la naturaleza y de los hospedados. 

Una mañana se sale en lancha para navegar por los canales del estero; otra tarde se cabalga hasta el monte nativo donde anidan los chajás. Hay caminatas guiadas, safaris fotográficos y momentos donde simplemente se observa. El espectáculo está garantizado.

Tiempo y raíz

La estancia funciona también como una cápsula del tiempo. No solo por el paisaje que permanece casi intacto, sino por la conexión con lo esencial. Las charlas se disfrutan sin pantallas de por medio. La rutina diaria está atravesada por la lógica del campo y los ciclos de la naturaleza.

Cada comida es una ceremonia: tostadas de pan de campo con dulces caseros,en el desayuno, guisos de campo, carnes de la zona, tortas fritas por la tarde. La mesa es también el lugar donde Marcos, nuestro  anfitrión  cuenta historias: de jaguares que regresan a Iberá, de científicos que pasaron por allí, de los primeros esfuerzos por preservar el ecosistema cuando nadie hablaba aún de turismo sustentable y sobre todo mucha historia.

Volver distinta

Al tercer día, mi reloj interno ya no funcionaba. Dormía con el sonido de los sapos y me despertaban las aves. Aprendí a distinguir al carpincho macho por su tamaño y al ciervo por el brillo de sus ojos. Descubrí que en el Iberá no se va simplemente a descansar: se va a desarmarse, a sacarse las capas urbanas de encima. A entender que somos uno con un todo. A reconectarnos con la esencia.

Cuando llegó el momento de partir, la sensación fue extraña: irse no era solo dejar atrás un lugar, sino salir de un estado. Volví distinta. Y con la certeza de que hay destinos en Argentina que todavía guardan magia, porque resisten la prisa y el ruido.


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Mercedes Cordeyro es periodista especializada en viajes y creadora de contenido. Recorre destinos con mirada crítica, social y emocional. En redes, comparte experiencias reales para viajeros auténticos.

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