4 de febrero: Día Mundial del cáncer

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), se proyecta que el número de casos de cáncer en América llegaría en 2045 a 6,7 millones y que un 40% de casos de cáncer podrían prevenirse si evitamos factores de riesgo

Cada 4 de febrero se conmemora el Día Mundial contra el Cáncer, una de las enfermedades más legendarias, investigadas y letales de la humanidad. Esta fecha tiene como objetivo concientizar sobre la importancia del diagnóstico precoz, usar todos los métodos diagnósticos y preventivos para la población, y ganar acceso a tratamientos de calidad para todo el mundo.

4 de febrero: Día Mundial del cáncer

La Dra. María Abril Acosta, oncóloga clínica de DIM CENTROS DE SALUD, explica que «el cáncer es un amplio grupo de enfermedades que comienzan en las células de casi cualquier lugar del cuerpo. Normalmente, las células crecen y se dividen para producir nuevas que son indispensables para mantenernos sanos. Algunas veces este proceso se descontrola: nuevas células se siguen formando cuando el cuerpo no las necesita y otras viejas no mueren cuando deberían hacerlo, formando una masa de tejido llamado tumor. Estos pueden ser benignos o malignos».

Al respecto, la especialista amplía: «Los benignos no son cancerosos ya que las células de este tipo de tumores no se diseminan a otras partes del cuerpo, generalmente se pueden extirpar y en la mayoría de los casos no reaparecen. Los tumores malignos son cancerosos, dado que sus células tienen anomalías, se dividen sin control, pueden invadir y destruir el tejido a su alrededor, entrar al torrente sanguíneo o al sistema linfático y diseminarse a otros órganos».

Según la OPS, los tipos de cáncer más comúnmente diagnosticados en hombres son: próstata (8,6%), pulmón (11,7%), colorrectal (10,2%) y vejiga (5,9%). En el caso de las mujeres, los más frecuentes son: mama (30,7%), pulmón (10,3%), colorrectal (9,6%) y cuerpo uterino (6,4%). Además, advierte que el 40% de los casos podrían prevenirse evitando factores de riesgo clave, y el 30% pueden ser curados si se detectan a tiempo y reciben el tratamiento adecuado.

Por eso, la Dra. Acosta responde algunas preguntas sobre los factores de riesgo, los estudios preventivos por edad y género, y los avances en tratamientos.

1. ¿Cuáles son los principales factores de riesgo?

Algunos factores de riesgo, como la edad, los antecedentes familiares y las alteraciones genéticas, no pueden modificarse. Sin embargo, otros como el sobrepeso, el sedentarismo y el consumo excesivo de alcohol sí pueden evitarse para reducir el riesgo de cáncer de mama y colon.

Para prevenir diversos tipos de cáncer, se recomienda una dieta rica en fibras, frutas y vegetales, reducir el consumo de carnes rojas y grasas animales, mantener un peso saludable, hacer ejercicio regularmente, evitar el alcohol y el tabaco, y protegerse del humo.

En el caso del cáncer de piel, es clave evitar la exposición solar entre las 10 y 16 horas, usar ropa clara, sombreros, anteojos y protector solar de al menos 30 FPS. Los bebés menores de un año no deben exponerse al sol.

Por último, la vacuna contra el VPH, gratuita y obligatoria a los 11 años, previene el 80% de los casos de cáncer de cuello de útero.

2. ¿Qué estudios preventivos podemos hacer?

Se recomienda que las mujeres de 50 a 69 años se realicen una mamografía cada dos años junto con un examen físico de las mamas. A partir de los 25 años, también es aconsejable realizarse un papanicolau y una colposcopia. Si el PAP es negativo durante dos años seguidos, puede espaciarse a cada tres años. El riesgo de cáncer de cuello de útero aumenta con la edad, por lo que es clave mantener estos controles después de la menopausia.

Las personas de 50 a 75 años, incluso sin síntomas, deben realizar chequeos periódicos para detectar y tratar el cáncer colorrectal a tiempo. Quienes tengan antecedentes de cáncer de colon o pólipos deben consultar sobre la necesidad de estudios tempranos.

Entre los exámenes disponibles, el test de sangre oculta en materia fecal (TSOMFI) es simple y puede realizarse en casa. La colonoscopía, en cambio, permite examinar el colon en detalle y extirpar pólipos para prevenir el cáncer.

Para detectar el cáncer de próstata en etapas tempranas, se recomienda un análisis de sangre para medir el Antígeno Prostático Específico (PSA) y un examen rectal digital.

3. ¿Cuáles son los tipos de cáncer más frecuentes en Argentina?

Varios tipos de cáncer pueden prevenirse. Otros pueden detectarse tempranamente, lo que favorece las posibilidades de curación. Existen varios tipos de cáncer, entre ellos los más frecuentes en Argentina son el cáncer de mama, el cáncer de cuello uterino, cáncer colorrectal, cáncer de próstata, cáncer de pulmón y cáncer de piel.

4. ¿Qué hacemos ante un diagnóstico de cáncer?

Ante un resultado con una imagen sospechosa de cáncer o un examen físico que detecte una lesión visible y/o palpable, se deberá realizar una biopsia para definir el tratamiento. La biopsia consiste en la extracción de células y tejidos que un médico patólogo observa en un microscopio para verificar si hay signos de cáncer. Ante un diagnóstico confirmado de cáncer, se realizan estudios adicionales para evaluar su extensión y decidir el mejor tratamiento. Ante un diagnóstico de cáncer, siempre hay algo por hacer.

5. ¿Qué avances hay en materia de investigación y tratamientos?

En muchos centros de investigación, se estudian las causas, el diagnóstico y el tratamiento del cáncer. Los científicos han avanzado en la comprensión de cómo los cambios en el ADN pueden transformar células normales en cancerosas, lo que permite mejorar los diagnósticos y tratamientos. Técnicas como la inmunohistoquímica y otras pruebas de laboratorio resultan clave en este proceso.

El conocimiento de los cambios genéticos que originan los tumores ha llevado al desarrollo de terapias dirigidas, que actúan sobre estas alteraciones específicas. A diferencia de la quimioterapia, estos tratamientos son más selectivos, mejor tolerados y con menos efectos adversos. Además, se ha descubierto que los cánceres de un mismo órgano pueden diferir a nivel molecular, lo que influye en su respuesta a los tratamientos.

Los estudios clínicos son fundamentales para el avance en oncología. Actualmente, se prueban nuevos fármacos, combinaciones y métodos de administración, así como enfoques innovadores como la terapia biológica, la inmunoterapia y el tratamiento génico. La participación en estos ensayos es clave para seguir mejorando las opciones terapéuticas.

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