Alianza entre Fundación Nordelta y Shell Nordelta
La alianza entre Fundación Nordelta y el Servicentro Los Remeros de Shell (Nordelta) nació tímidamente hace dos años para convertirse en un modelo de integración que genera valor social, económico y ambiental.
En un mundo en plena transformación, el desarrollo sostenible ya es uno de los temas inamovibles en la agenda mundial. Estados, empresas y organizaciones buscan generar y ampliar su impacto social, ambiental y económico.
Según su definición, una estrategia de triple impacto implica un desarrollo donde el rédito se genere sin comprometer los recursos. Es un modelo basado en tres conceptos: valor económico; mirada social e impacto ambiental. Cada vez más, emprendedores y empresas generan modelos de negocios comprometidos con aportar soluciones a algún problema social y/o ambiental.
Y esto no es excluyente de las empresas, que buscan rentabilidad, sino también forma parte de la estrategia de las organizaciones del tercer sector, que además de implementar sus programas sociales, procuran generar alianzas con esta impronta.
El caso de Fundación Nordelta es un claro ejemplo de cómo una organización de la sociedad civil puede trabajar en esta línea, facilitando el compromiso solidario en el llamado segundo sector de la economía. Desde 2001, la misión de la Fundación fue mejorar la calidad de vida de las familias que habitan las comunidades vulnerables aledañas a Nordelta. Con este objetivo, transcurrieron los años, los programas, los miles de destinatarios, tanto en Las Tunas, el barrio donde la Fundación comenzó su tarea, como en otras comunidades como Alge, El Lucero y San Luis.
Así es como en 2018, la Fundación realizó una nueva definición de su misión luego de un profundo análisis, que es “generar junto a comunidades vulnerables aledañas a Nuevo Delta, oportunidades para su desarrollo integral, promoviendo la participación activa de instituciones y vecinos como agentes de cambio”. Esta nueva estrategia, está acompañada de una nueva definición de roles, que incluye las alianzas institucionales, justamente con el objetivo de promover iniciativas de integración junto a organizaciones comerciales y educativas que generen valor social, económico y ambiental para los barrios y Nuevo Delta.
“Así nos acercamos a un nuevo modelo de negocio que hoy se conoce como Triple Impacto, que está vinculado a la economía circular y una nueva modalidad que día a día encuentra más seguidores, y está íntimamente ligada al modelo de desarrollo sostenible”, sostiene Silvia Schwartz, Coordinadora del Área de Alianzas Institucionales de la Fundación.
“Fundación Nordelta ha construido un modo de trabajo en el cual las alianzas y las redes interinstitucionales alimentan y potencian el impacto. De este modo, ha trabajado en sus inicios hace casi 20 años. Las empresas aliadas son de vital importancia no sólo por la participación en eventos y campañas sino en el sostenimiento en el tiempo y el compromiso de mediano largo plazo; lo cual agrega valor y nutre de manera constante la relación. En este punto, el mundo de las empresas y la responsabilidad empresarial como modo de interacción hoy se ha convertido en inversión social”, agrega Silvia.
“Es muy importante para Fundación Nordelta trabajar en alianza con empresas ya que permite fortalecer vínculos, hacer proyectos e impactar socialmente”, señala Marita Ciotti, Directora Ejecutiva de la organización.
En este sentido, una de las alianzas más destacadas de la Fundación es la que sostiene con el Servicentro los Remeros de Shell (Nordelta), que comenzó hace dos años.
Marcela Pardal es Gerenta de Estación, y referente en esta alianza. Ella afirma que, a partir de percibir ciertas necesidades en la comunidad más próxima, sintieron la urgencia de responder. “Ahí nos acercamos a la Fundación y con ello logramos tener al equipo mucho más comprometido, orgullosos del lugar donde trabajan y sintiéndose partícipes de Shell, de la Estación y agregando valor a la comunidad”, cuenta. Y añade que “comenzamos a interiorizarnos más sobre cómo contribuir no sólo en acciones puntuales sino como filosofía de nuestra empresa. Y nos comunicamos con la Fundación Nordelta”.
El enfoque de desarrollo integral de las personas en la Fundación, fue una de las cosas que más atrajo a Shell debido a las problemáticas de las familias que habitan las comunidades vulnerables aledañas a la estación. Ubicada en la Avenida Agustín García y la calle Dellepiane, la estación limita con Nordelta y también con barrios en situación de vulnerabilidad donde la Fundación ya estaba trabajando, como Alge, y El Lucero. Además, está próxima a los barrios Cebey y Soeva, donde la Fundación llegó estos meses con su campaña de asistencia inmediata.
“Todas nuestras estaciones requieren de un plantel promedio de 25 a 30 personas, que, en su mayoría, viven en la comunidad que nos rodea. Eran ellos los que nos acercaban las inquietudes y necesidades más urgentes del sector de la comunidad más desprotegida”, confirma Leandro Creatore, ingeniero químico y propietario de la estación. “Siempre he concebido la empresa como un actor social de muchísima responsabilidad, para con sus empleados, sus familias, la comunidad donde es instalada y el medio ambiente que la rodea. Todos los días uno toma decisiones que afectan a todas estas partes que la componen”, añade.
Patricio Ciurletti, gerente de Ventas del área de Buenos Aires de Shell, coincide y afirma que “Raizen Argentina como licenciataria de la marca, es una compañía con alta sensibilidad social, quien además participa en distintas acciones en apoyo a la comunidad por lo que todas las acciones que realizan las estaciones de servicio de la marca son ampliamente valoradas”.
Y si de reconocimientos se trata, Shell Nordelta recibió importantes distinciones en los últimos años de parte de Shell Argentina. Una, la más reciente y que les permitirá competir a nivel país, fue por la gestión de Salud, Seguridad y Medio Ambiente. En este último punto, la estación trabaja con una política de separación de residuos, ahorro de energía y meta 0 en cuanto a incidentes. La otra, que vienen recibiendo desde 2017, se denomina “Smiling Stars”, y premia la excelencia en atención al cliente, la calidad de la Estación y la interacción con la comunidad, donde se enmarca la alianza con Fundación Nordelta.
Aprendizajes y futuro
La alianza entre Fundación Nordelta y Shell Nordelta, que también incluye a Burger 54, local que funciona en el mismo predio, comenzó con campañas como Vuelta al Aula, una iniciativa anual de la Fundación para entregar útiles a los niños y niñas antes del comienzo del ciclo lectivo, y se consolidó con la organización de las Ferias del Usado en un predio cedido por la estación.
“Desde el primer día integramos a los equipos de trabajo a la alianza. Mantuvimos reuniones frecuentes, compartimos almuerzo para que la articulación sea completa. Es decir, traspasa lo institucional y logra humanidad y compromiso de cada uno de los actores parte. Para nosotros contar con Shell Nordelta entre nuestros aliados es sinónimo de compromiso e innovación”, comenta Silvia. Y destaca la importancia del desarrollo local y la territorialidad para construir acciones para y con la comunidad cercana.
“Desde el primer momento Shell nos acompañó, nos ayudó a difundir nuestras iniciativas y facilitó espacios para nuestros eventos”, agrega Marita.
Marcela subraya como unos de los aprendizajes de esta alianza, “cómo con tan poco se puede ayudar a muchos, que la gente y el trabajo hacen que las cosas pasen, sucedan y se transformen en hechos, en cosas reales y palpables”. Y apuesta a seguir colaborando y alimentando estas alianzas para seguir ayudando y generando impacto en la comunidad.
“Es un proyecto sin límite de tiempo, con mucho compromiso y futuro y queremos seguir trabajando con distintas empresas para generar impacto”, destaca Marita.
Para Silvia, “mirando al futuro, este presente nos encuentra fortaleciendo alianzas con los ingredientes conocidos y con los nuevos que nos impulsan a crecer. Alianzas que potencian es una síntesis y un nuevo punto de partida”.
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