Las emociones y las fiestas

Las emociones y las fiestas

Atracón de comida

Las fiestas de fin de año suelen transformarse en uno de los momentos en donde los balances personales invaden las vidas de las personas. Solemos preguntarnos si se alcanzaron las metas personales que se fijaron al comenzar el 2020, evaluar si la situación profesional mejoró, si se obtuvo un mejor trabajo o si se tiene una buena relación de pareja; estos suelen ser los temas que encabezan las listas.

Las emociones y las fiestas
Las emociones y las fiestas

Pero este año, con la pandemia por el coronavirus, los niveles de estrés tuvieron tendencia a incrementarse. Una diversidad de sentimientos y la exacerbación de emociones: alegrías, tristezas y tensiones que tienen que ver con situaciones individuales, familiares y sociales que se vienen transitando, en el marco de nuevos y viejos deseos, proyectos y esperanzas.

Estas emociones pueden devenir en lo que conocemos como atracón. El “trastorno por atracón” o también conocido por apetito desenfrenado, es un trastorno grave de la alimentación en la que una persona suele ingerir cantidades extraordinarias de alimento y se siente incapaz de parar de comer. Casi todas las personas pasan por situaciones como estas, pero si se transforma en algo habitual puede generar un trastorno de la alimentación. 

Para los que sufren algún tipo de trastorno alimentario, esto no les es ajeno. El tener que enfrentarse al banquete festivo puede generar: miedo, angustia, ansiedad; y más aún más si se vive en un contexto familiar de tensión, en donde pensar en la comida y el cuerpo funciona como burbuja para escaparse y aislarse, de esa situación amenazante. Esas emociones se suelen sentir como negativas, e impactan significativamente en la mente y el cuerpo. El tratar de ejercer el control sobre ellas puede implicar el uso de “estrategias” poco saludables: atracones para no hablar ni expresar, el exceso de consumo de alcohol, actividades del tipo compensatorias buscando “eliminar” el dolor, etc”. explica  Mara Fernández, psicóloga especialista en trastornos alimenticios (M.N. 36031) y creadora de @hablar_sana aporta su visión 

Es necesario contar con herramientas psíquicas de regulación emocional para poder dar respuesta y afrontar el malestar que se atraviesa. Aceptar que no es obligatorio estar de acuerdo con todos, y permitirse expresarlo puede ser un gran primer paso.

“Ahora bien, lo que ocurre en el marco de las fiestas es que muchos “saben” que se van a “comer todo” durante esos días, lo cual implica ciertas conductas anormales en ellos: dejar de comer un día previo, comer hasta generar un atracón, vómitos posteriores, entre otros”, explica Agustina Murcho, Lic. en Nutrición especialista en TCA y creadora de @nutricion.ag.

“Un punto fundamental es no pasar hambre real, que el cuerpo no necesite permanentemente nutrientes. A veces uno piensa que no comer durante X cantidad de horas le hará “mejor” y lo que ocurre es que, al restringir alimento el cuerpo luego los va a pedir, desencadenando en atracón o en picoteo. Esto, sumado a que emocionalmente estamos movilizados producto de un año distinto, de encuentros afectuosos y momentos de mucha emoción como se viven en esas fechas, terminaremos comiendo mucho más, con más emociones que nos desagradan, con culpa y aumentando de peso”, agrega.

Lo recomendable es lograr un hábito de comida sana y evitar realizar dietas y conductas alimentarias que pueden devenir en trastornos alimenticios, sin la necesidad de eliminar ningún alimento de nuestra vida. Para esto la guía de especialistas es fundamental. Hoy post fiestas es el momento de comenzar a evaluar la calidad de alimentación y activar hábitos saludables.

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