En un jardín de una casa en Santa Fe, un nene de seis años patea una pelota contra un paredón. La madre lo llama para almorzar, pero él sigue pateando. No quiere hacer otra cosa más que jugar al fútbol. Unos años más tarde, en un gimnasio de la provincia de Córdoba, una nena de diez años mira fijamente un punto negro en el centro de un blanco, respira hondo y dispara. Su padre y su entrenador quedan sorprendidos al ver el tiro. El nombre del nene es Sebastián Battaglia y la nena se llama Fernanda Russo.

Sus historias, repletas de logros, aprendizaje, crecimiento y alegrías estuvieron vinculadas con el deporte desde una edad muy temprana. Ambos coinciden en que los beneficios del mundo deportivo en la infancia son diversos y muy útiles, pero para poder aprovecharlos y que esos beneficios no se vuelvan problemas, hay que tener algunos cuidados.
“Los beneficios del deporte en la infancia son múltiples, el tema es el cómo”, así comienza la respuesta de Sebastián Blasco, psicólogo deportivo; al analizar el impacto del deporte en los niños. “No hay que perder de vista que el objetivo del deporte para los chicos es puramente lúdico”, cuenta Sebastián, que trabajó como psicólogo con el plantel de Racing Club desde el año 2012 al 2016 y además, fue miembro del equipo técnico de la Selección Nacional de fútbol Sub-17 en el año 2017.

Muchas veces familiares y entrenadores, en su afán de ver a sus hijos o alumnos triunfar, confunden objetivos, prioridades y formas que resultan dañinas. “Es muy triste que algunos chicos deban enfrentarse a situaciones de ese estilo”, opina Fernanda, que hace unos meses fue campeona en los Juegos Suramericanos Cochabamba 2018 en la categoría de aire comprimido 10 metros. “Hay que tener en claro que las ganas de mejorar y de triunfar deben ser del deportista y no del entorno”, añade la tiradora argentina al reflexionar sobre estas situaciones de exigencias y presión.
En este contexto, es muy importante que al niño que recién empieza a conocer el deporte lo acompañen padres, entrenadores, familiares y amigos de la mejor manera posible. “Mi familia fue muy importante, me permitieron seguir mi sueño”, comenta Battaglia al recordar sus inicios. “Al momento de mudarme a Buenos Aires fueron ellos los que me acompañaron en mi decisión”, explica el eterno número 5 de Boca.
El caso de Fernanda es similar. El apoyo de sus padres y entrenadores fue fundamental para poder comenzar su carrera. “Mis papás y mis entrenadores fueron los primeros en creer en mí”, cuenta Fernanda, que hoy se encuentra balanceando su vida social, deportiva y académica en Buenos Aires, “su apoyo fue incondicional y les estoy muy agradecida por la forma en que acompañaron mis decisiones”.

El deporte, en todas sus formas, fútbol, tiro, esgrima, natación, hockey y todas las demás variables, aparece como un mundo divertido, desafiante y beneficioso para todos los niños. Para poder aprovechar todas sus enseñanzas, valores y conocimiento, debemos estar atentos a los modos, acompañar a los más chicos con cuidado y sin perder de vista el objetivo del deporte a temprana edad.
Si por alguna de esas casualidades, Fernanda se cruzase con la Fernanda que recién inicia en el deporte, le diría que deje que las cosas fluyan y que nunca deje de disfrutar. Battaglia haría algo parecido y le diría al niño de seis años que no deja de patear, que siga pateando, que aproveche el deporte para crecer, conocerse y aprender. El consejo de Sebastián Blasco a los niños que comienzan es que “se diviertan”.
El Battaglia de seis años o la Russo de diez no van a leer esta nota. Es imposible. Pero no es imposible que algún chico, con apellido diferente, que recién comienza a conocer el deporte y al que le espera un camino muy lindo de experiencias, crecimiento y superación, lea estas líneas y le sirvan.
Por Mateo Pettinato

