La Fundación de los Colores enseña el oficio del maquillaje profesional en contextos vulnerables. Esta organización desarrolla actualmente su actividad en 22 localidades: una de ellas es en Las Tunas, en la Fundación Grupo Educativo María de Guadalupe. Su fin es brindar una herramienta para la inserción laboral, fomentando que cada alumna sea su propio motor.
Para Nathalie Stevens, la responsable del proyecto, no hay frase más cierta que: ‘a la persona no le des pescado, enséñale a pescar’. “Durante los años que trabajé en empresas cosméticas multinacionales, vi cómo el maquillaje generaba movilidad social: buscaban perfiles de empleadas domésticas por su motricidad fina y las capacitaban. Y en el último tiempo, vi que no habían maquilladoras profesionales en el mercado”, cuenta Stevens. Con esto en mente, pensó cómo recrear la posibilidad de generar una salida laboral a través del maquillaje. Así es como en 2015 creó La Fundación de los Colores.
A tres años de haber comenzado, hoy hay una red de más de 250 alumnas egresadas con el diploma avalado por la Universidad de Flores que certifica que son maquilladoras profesionales. Pero además de recibir un título, recibieron estímulos de parte de personas que las trataban de igual a igual, les pusieron la vara alta y les mostraron respeto. “Vi como mujeres empezaron a cambiar sus conductas, a cambiar su forma de vestirse, a estar más sensibles para con ellas mismas. Algunas no tienen espejo en su casa, entonces el hecho de volver a encontrarse con su rostro, después de años de no hacerlo, es psicológicamente muy fuerte”, afirma la fundadora. “El maquillaje empodera, verte bien te hace sentir mejor, buscar tu mejor versión”, agrega.

La exigencia que caracteriza a la fundación fue cuestionada, pero la cabeza detrás del proyecto afirma: “Nosotros queremos ayudar a que saquen lo mejor de cada una, y eso se logra con la exigencia. Una persona ve lo que vos reflejás en ella. Si vos le reflejás que puede lograr 10, capaz logre 11, capaz 9, pero lo más importante es que ella vio que vos veías un 10, más allá del resultado que consiga”.
Todas las capacitadoras del curso son maquilladoras egresadas de la fundación. “Esto es muy impactante porque el primer día ven del otro lado a una mujer fuerte, empoderada, impecable… y todas quieren ser como ella, pero creen que nunca van a poder porque la vida y la sociedad les reflejó ese ‘no puedo’”, cuenta la fundadora. Pero la capacitadora puede adelantarse a lo que están sintiendo porque lo vivió. Puede mostrarles con el ejemplo que ese puede ser su futuro, si se comprometen e invierten su energía en eso. “Yo era súper vergonzosa cuando tomé el curso hace tres años, no quería ni que me miren. Hoy como capacitadora siento la responsabilidad enorme de poder generar ese cambio en ellas, que puedan proyectarse en mí”, afirma Marlene Contreras.

Al recordar su trayectoria, Verónica relata: “Al poquito tiempo de egresar, Nathalie me ofreció formarme para ser capacitadora… y eso implicaba pararme frente a alumnas como lo hacía ella. Yo estaba segura de que no podía, me moría de la vergüenza antes. Pero de todas formas, tomé el curso para capacitarme y la acompañé como asistente, en silencio. Hasta que un día tuve que dar una clase porque ella supuestamente estaba ‘afónica’ dice, con comillas voladoras y entre risas— y ni yo podía creer lo que sentí en ese momento. La conexión que tuve con las alumnas me hizo darme cuenta que de esta forma puedo devolver la oportunidad que me dieron a mí. Después, cuando Nathalie me ofreció trabajar en la fundación, dejé mi trabajo de empleada doméstica y me empecé a dedicar 100% a esto. Hoy me llena el alma ver el cambio que atraviesa cada una de las mujeres que pasa por acá”.

La Fundación de los Colores hace alianzas con distintas empresas para que las maquilladoras egresadas puedan conocer un nuevo público y tener oportunidades en otros niveles socioeconómicos. “En los eventos nos presentamos como una organización que revaloriza el oficio del maquillaje profesional, el hecho de que dictamos en contextos vulnerables queda en segundo plano. Porque justamente queremos sacar los rótulos, que no se definan por la pertenencia al lugar donde viven. Ellas son maquilladoras profesionales y eso es lo que importa. Se las reconoce y contrata por la calidad de su trabajo”, cuenta Stevens.
Lejos de las consignas o las palabras vacías, con su enfoque más empresarial, La Fundación de los Colores fomenta la acción y la proactividad. Le otorga las herramientas necesarias a las mujeres que más lo necesitan y en esto radica su mayor éxito, como grafica su fundadora: “Nosotros queremos que las mujeres vuelen”.
Por María Delfina Carmona
Facebook: La Fundación de los Colores
Instagram: @fundaciondeloscolores
www.lafundaciondeloscolores.wordpress.com





