
Llegaba el turno del Coro Santa Bárbara que con la dirección de Marcelo Ortiz Rocca, acompañado en el teclado por José Eleicegui, formaba esta vez con 24 voces que cubrían con solvencia cada una de las cuatro cuerdas. Podríamos decir que el repertorio elegido se podía separar en dos partes, aunque su ejecución fue continuada. Una primera donde interpretaron Niño Dios D’Amor Herido de Francisco Guerrero, En Los Brazos de la Luna de Alfonso Letelier y Que Dios te Bendiga de Peter Lutkin los dos primeros villancicos muy emotivos y el último, sobre la base de una bendición bíblica y cuya tradición dentro de la vida del coro señaló y sustentó su espíritu en ocasiones muy duras en sus 10 años de amistad. Su interpretación, con esta tradición viva fue enormemente emotiva y no faltaron las lágrimas escamoteadas entre los aplausos que lo coronaron. Allí se rompe la tensión y como descanso el coro comenzó con una obra de James Taylor, That Lonesome Road, para entrar en nuestra música ciudadana con la interpretación coral del Invierno de Piazzolla y continuar con un Candombe del 6 de Enero de los autores uruguayos Montenegro y Yabor, reservando para el cierre la obra de Cetera y Foster, You are the inspiration. Los bises pedidos con insistencia por el público nos transportaron en el cierre, hasta Luisa Fernada, una conocida zarzuela que fue seguida por todos con una atención llena de alegría.
Un generoso ágape reunió a los coros y sus agradecidos espectadores y marcó el cierre de esta jornada y anticipo de la próxima, el 17 de noviembre, en que se presentaran el Coro Nacional de Niños y harán de entrada musical la Orquesta Infanto Juvenil de Benavidez. Será un concierto de contrastes musicales pero en el cual los niños serán los principales protagonistas y a él están convocados especialmente los alumnos de los numerosos colegios de la zona y en especial a sus coros.
Por Carlos Ricur
Foto de Carmen Hollman
				


	
	
	
	
	
