Con el verano en marcha y el consumo en su punto más alto, un especialista de la Universidad Austral explica qué hábitos simples permiten reducir el gasto mensual sin resignar confort, tanto en casa como en el auto.
Con temperaturas altas y casas que dependen del aire acondicionado durante gran parte del día, el consumo vuelve a ser una preocupación central para muchos vecinos de Nordelta y los barrios de la zona.
A eso se suman más traslados, escapadas y un mayor uso del auto, un combo que impacta de lleno en las facturas de luz, gas y combustible. Sin embargo, con pequeños ajustes cotidianos es posible ahorrar hasta un 25% sin cambiar la rutina.
Según el ingeniero Carlos R. Mendizábal, profesor del Instituto de Energía de la Universidad Austral, mantener el aire acondicionado entre 24 y 25 grados, enfriar solo los ambientes que se usan y combinarlo con ventiladores permite bajar el consumo eléctrico. También recomienda prestar atención al uso de electrodomésticos, evitando ciclos innecesarios y priorizando cargas completas.
En cuanto al transporte, una conducción más suave, a velocidades moderadas y con el vehículo en buenas condiciones ayuda a reducir notablemente el gasto de combustible, especialmente en rutas y autopistas.
En la cocina y el baño, regular la llama, bajar el fuego una vez que el agua hierve y ajustar la temperatura del calefón o termotanque son gestos simples que también suman al ahorro.
“El ahorro no es resignar confort, sino usar mejor lo que ya tenemos”, señalan desde la Universidad Austral. En un contexto de costos en alza, revisar hábitos y tomar conciencia del consumo se vuelve una herramienta concreta para cuidar el bolsillo sin perder calidad de vida.
