En verano, las actividades en piletas, mares y ríos pueden representar un riesgo para los ojos de los más chicos, mientras que el aire acondicionado también puede afectar la vista de toda la familia. La Dra. Vanesa Cecilia Arriaga, especialista en oftalmología pediátrica de DIM CENTROS DE SALUD, comparte consejos para prevenir problemas oculares en la infancia.
«Lo ideal es cuidarse todo el año, pero en verano un poco más. Es necesario utilizar gafas de sol homologadas, incluso en días nublados. No solo debemos proteger nuestros ojos de la radiación solar, sino también del agua – en el mar, ríos o piscinas- y controlar el aire acondicionado porque son factores que pueden afectar a nuestra vista», explica la profesional.
Los adultos deben prestar aún más atención en proteger los ojos de los niños. «Es muy importante cuidar sus ojos dentro y fuera del agua. Hacerlo desde los primeros meses de vida evitará el posible desarrollo de patologías oculares, ya que el ojo del niño es más sensible que el del adulto y también tiene memoria, como ocurre con las quemaduras solares en la piel», asevera la especialista.
Las patologías más comunes durante la infancia en verano son las siguientes:
- Irritación ocular por exposición al sol y al viento
- Reacciones a alérgenos
- Infecciones víricas y bacterianas causadas por contagio en las zonas concurridas
- Traumatismos oculares a causa de actividad deportiva
- Picaduras de insectos en la zona periocular
¿Cómo prevenir el desarrollo de patologías oculares?
1. Gafas homologadas con filtro solar
«Lo primero que debemos hacer es elegir, bajo el asesoramiento de un óptico, unas gafas de sol homologadas y adecuadas, con filtro Ultra Violeta (UV). Hay que tener especial cuidado si el niño tiene ojos claros, ya que son más sensibles a los rayos de sol. También hay que fijarse en la montura; mejor que sea de plástico o silicona y si tiene goma para sujetarlas ayudará a que no se las quiten y conseguirá que se olviden de que las llevan puestas. Deben ser ellos quienes las elijan para que les resulten cómodas y las utilicen. Recomendamos acompañar a las gafas con el uso de sombreros, viseras o gorras para aumentar la protección frente la radiación solar, que es más intensa desde las 11 a 17 hs del día», detalla la doctora.
2. ¿Cómo actuar dentro del agua?
Lo más recomendable es que los niños utilicen gafas de buceo o natación cuando se bañen en la piscina, en el río o en el mar, para evitar así una posible irritación en los ojos. «En la mayoría de los casos, ante un ojo irritado, lo habitual es que se froten y se pueda producir una infección o una erosión de la córnea. Por lo que es recomendable evitar el frotamiento ocular», revela la oftalmóloga.
«Es muy importante acostumbrarlos desde pequeños a mantener una buena higiene y a lavarse las manos con frecuencia. Por ejemplo, en la playa, los niños se llenan de arena y frotarse los ojos les puede producir irritación. Especialmente en verano, al pasar más tiempo fuera de casa, en la calle, se ensucian más y tocarse los ojos con las manos sucias puede provocar infecciones».
3. El control del aire acondicionado
Durante los viajes en auto, es muy importante que el frío del aire acondicionado no impacte directamente en los ojos, ya que puede causar, entre otros problemas oculares, el síndrome del ojo seco. «Una patología que produce quemazón, sensación de arenilla, ojos pesados, escozor o molestias oculares. En los casos más leves puede ser suficiente aplicar lágrimas artificiales en forma de colirio o gel junto con la higiene de los párpados», agrega la doctora Arriaga.
4. ¿Qué hacer si el niño tiene el ojo rojo?
«Mientras no duela y no tenga secreciones, suele tratarse de episodios pasajeros que se resuelven de forma rápida. En estos casos, simplemente lavar el ojo con agua fría y aplicar lágrimas artificiales frías suele ser suficiente. Eso sí, si el ojo rojo está acompañado de picor, puede que se trate de alergia ocular», advierte la profesional.
En esta temporada, la conjuntivitis es una afección frecuente. Además del enrojecimiento ocular, pueden presentarse secreciones, por lo que es fundamental tratarla con los colirios adecuados indicados por un profesional de la salud.
«Las conjuntivitis de origen viral son altamente contagiosas, lo que hace imprescindible mantener una higiene rigurosa tanto en el hogar como al interactuar con otras personas. Se recomienda evitar el uso de piscinas y no compartir toallas. Si, además de los síntomas habituales, se experimenta dolor en los ojos o sensibilidad a la luz, es posible que se vea afectada la córnea, lo que podría derivar en queratitis o úlceras corneales, condiciones que requieren atención médica inmediata», explica la especialista.
«En caso de secreciones, es importante acudir a un médico. Si los síntomas no mejoran en pocos días o persisten el dolor y la fotofobia, es fundamental consultar con un oftalmólogo para obtener un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado».
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