Familia homoparental

Familia homoparentalExisten hoy nuevas formas de parentalidad que difieren del modelo tradicional de la familia heteroparental, es decir, con padres de distinto sexo. En la actualidad, y ésto sucede hace ya varios años, existe la conformación de la familia homoparental con padres del mismo sexo.

Éste es un nuevo modelo que ha sido aceptado no sólo desde la unión legal entre dos personas en matrimonio, sino que, además, las parejas homosexuales tienen hoy la posibilidad de adoptar. No sólo los homosexuales sino también las diferentes construcciones familiares que existen entre lesbianas, gays, transexuales y bisexuales, gozan de la posibilidad de una unión legal y del derecho a la adopción. Sin olvidar el modo familiar con un solo padre o madre, es decir monoparental, mediante adopción u otros métodos, que se suma a estas nuevas versiones de entramados familiares.

Esta realidad del siglo XXI existe como tal y nos muestra nuevos modelos de familia que recorren la cultura occidental. No sólo nos encontramos frente a la realidad de estos nuevos tipos de uniones matrimoniales, junto con la posibilidad de la adopción y la maternidad/paternidad, sino que nos enfrentamos, además, a un nuevo modo de reproducción que, gracias al avance de la tecnología, permite acceder a la paternidad a aquellas personas que de un modo natural no lo hubieran conseguido, entran aquí también el grupo de parejas heterosexuales que no logra alcanzar la reproducción naturalmente.

De este modo vemos una mutación de la civilización en la cual la familia ya no es igual a lo que era años atrás. Este cambio merece una consideración desde lo cultural, lo social, desde el ámbito político y desde lo académico. Es un nuevo tipo de sociedad que deberá ser tenida en cuenta también desde las teorías que trabajan cuestiones individuales, sociales, familiares y culturales, es decir, teorías que atañen al ser humano en su conjunto. Desde las conceptualizaciones psicoanalíticas es necesario pensar y analizar estos nuevos tipos de constitución familiar y sus posibles consecuencias.

En lo concerniente al psicoanálisis, es importante poder plantear qué sucede en el contexto intersubjetivo que constituye al sujeto como tal. No es asunto psi el considerar los motivos que llevaron a la legalización de estos nuevos modelos, sino analizar lo que pudiera acontecer en las vivencias de aquellos niños que sean parte de una familia de estos nuevos tipos de conformación, como es el caso, por ejemplo, de familias homoparentales con padres del mismo sexo.

Para poder pensar esta situación, es pertinente establecer en qué consiste una familia y en cuáles son las necesidades básicas que no pueden dejar de satisfacerse para que un niño sea lo suficientemente sano.

Tenemos sabido en psicoanálisis que la constitución adecuada del psiquismo del sujeto está permitida justamente por el atravesamiento del complejo de edipo y la prohibición del incesto. Ejes fundamentales para que un individuo pase de la endogamia en la cual nace a la exogamia necesaria para el mantenimiento de la vida en sociedad y la supervivencia de la especie.

Esta formulación parte de la base de un modelo parental heterosexual. Por lo cual es apropiado, para poder pensar la nueva familia homoparental, observar si es que esta situación se da de un modo similar respetando las funciones del edipo más allá del sexo de los padres, o si será necesario construir nuevas teorizaciones que den cuenta de lo que sucede en estos nuevos modelos familiares.

Si pensamos en la familia, los cambios desde la idea tradicional se vienen dando desde hace ya mucho tiempo. Con el divorcio nos enfrentamos a un cambio en la estructura familiar en el cual mamá, papá y hermanos no alcanza para describirla. Nuevas parejas y medio-hermanos obligaron a una reacomodación en la idea clásica de la familia de orígen.

Si le agregamos unión legal, concubinato o elección de casas separadas, tenemos otro tanto para pensar fuera del ideal tradicional. Y de un modo más profundo y complejo la existencia de las parejas del mismo sexo con hijos nos hace reflexionar.

En países del continente europeo la temática no es tan actual. Hace ya muchos años conviven estos distintos tipos de familias. Si bien no son numerosos los estudios que tratan específicamente el tema de la familia homoparental, tampoco existen datos negativos sobre los hijos que han tenido padres homosexuales. Inclusive hay estadísticas que demuestran que las denuncias de abusos de menores vienen de familias con padres heterosexuales, por lo cual no veríamos ninguna incidencia desde la particularidad homosexual hacia la perversión que pudiera ejercerse sobre los hijos. Tendríamos que pensar entonces que hay diferencias entre personas perversas que maltratan y abusan de sus hijos y otras que no lo son, y que esto no está relacionado a la homosexualidad o a la heterosexualidad de los padres.

De un modo similar, según estudios que lo confirman, la posibilidad de constituirse en homosexual estaría presente en igual medida en los distintos tipos de familias, sin que la homosexualidad de los padres funcione como un empuje hacia una elección homosexual de los hijos.

Por otro lado no puede negarse que estas familias tendrán su particularidad, ni tampoco intentar borrar las diferencias. Aceptar lo distinto y pensarlo como tal es la mejor opción. Sin dudas, así como el homosexual debe convivir con una mirada diferente de sí desde la sociedad, algo similar tendrán que atravesar los hijos de padres homosexuales. No olvidemos que, además, los hijos heredan inconscientemente la historia infantil de los padres y con ello las dificultades que ellos atravesaron. Pero mencionar esto no deja por fuera que también las familias con padres heterosexuales tendrán su historia consciente e inconsciente, y los hijos deberán atravesar las vicisitudes que las particularidades de cada una de ellas les trajera.

Pensando en la adopción, hoy está permitido que padres del mismo sexo adopten. Y junto con esta opción existen otros modos de paternidad homosexual. Desde la utilización de las técnicas de fecundación asistida, donación de óvulos y de espermatozoides, alquiler de vientre, como así también aquellas familias con padres homosexuales que anteriormente y producto de una relación heterosexual tuvieron hijos y hoy esos hijos son parte de una familia homoparental.

Lo importante aquí a tener en cuenta es que estos hijos tendrán particularidades, deberán llevar sobre sí la historia de sus padres y deberán constituir a partir de allí su propia identidad. Tarea difícil si la hay, pero no más que aquella que deberá transitar cada sujeto en la constitución de sí mismo, en el atravesamiento de las particularidades de su vida, junto a la historia de sus padres, en la conformación de su identidad, independientemente de la elección sexual de sus padres. La dificultad es para todos los casos. Constituirse como sujeto es una tarea ardua que merece una adecuada conjunción de una multiplicidad de factores.

En lo referente a la adopción cabe mencionar que los hijos adoptados presentan características particulares que los diferencia de los hijos naturales, pero que de ningún modo desmerecen los beneficios de la adopción. De un modo similar podemos pensar la adopción de padres homosexuales. Ésta tendrá sus particularidades que la diferenciará de la adopción de padres heterosexuales, pero que en modo alguno rebajan las virtudes que dicha adopción tendrá sobre niños que de otro modo no gozarían de la posibilidad de ser parte de una familia que los constituya.

Es importante destacar que aquí tanto como en el caso de los hijos naturales, tiene gran relevancia el “deseo de hijo” que los padres de los distintos tipos de familias posean. Ésto es fundamental para que pueda desplegarse un adecuado entramado histórico en la intersubjetividad que permitirá la formación de un sujeto suficientemente sano, formando la base de lo que será la identidad. Tanto los hijos de padres heterosexuales como los hijos de padres homosexuales se conforman en la relación con ellos, es decir, en el vínculo con los otros que cumplen la función materna y paterna.

Estamos frente a un cambio de paradigma respecto a la parentalidad, por lo cual es necesario no sólo aceptar el cambio, sino adaptarse a él encontrando el modo de entenderlo, analizando y teorizando la situación.

Por Lic. en psicología Constanza Bonelli (UBA)

*Candidata de la Asociación Psicoanalítica Argentina

licbonelli@gmail.com

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