Nordelta nunca deja de sorprender con sus postales de fauna silvestre. Esta vez, la noticia que circula entre los vecinos es la curiosa amistad entre un conejo y una manada de carpinchos en el barrio Alameda.
El protagonista es un conejo que, según cuentan, hace más de dos años decidió sumarse al grupo de carpinchos y desde entonces convive en total armonía con ellos. No se deja agarrar, pero es fácil de identificar: siempre aparece acompañando a sus amigos de cuatro patas y, en una ocasión, tras escaparse unos días por la troncal, volvió a “su familia” como si nada hubiera pasado.
Los vecinos lo describen como un animal que “se autopercibe carpincho”, y las imágenes de esta convivencia insólita ya despertaron ternura en toda la comunidad.
Carpinchos: símbolo de Nordelta
Los carpinchos se convirtieron en los últimos años en los verdaderos embajadores de Nordelta. Su calma, sociabilidad y capacidad de adaptación sorprendieron incluso a los expertos en fauna. El boom mediático de 2021, cuando su presencia en los barrios generó debate nacional, puso en primer plano la necesidad de pensar en corredores biológicos y políticas de convivencia entre urbanización y naturaleza.
Hoy, lejos de aquella polémica, los carpinchos ya son parte del paisaje cotidiano: se los ve pastando en los parques, nadando en las lagunas y, como en este caso, entablando vínculos inesperados.
Naturaleza que sorprende
El caso del conejo integrado a una manada de carpinchos confirma algo que los especialistas en comportamiento animal repiten: muchas especies tienen la capacidad de generar lazos de sociabilidad más allá de lo esperado. En Nordelta, donde los vecinos conviven día a día con zorros, aves rapaces, coipos y carpinchos, cada encuentro se convierte en un recordatorio de que la vida silvestre está más cerca de lo que creemos.
Así, la imagen del conejo que encontró una familia entre carpinchos suma una nueva página a la historia natural de Nordelta: una convivencia tan curiosa como tierna, que vuelve a demostrar que la naturaleza siempre tiene la última palabra.
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