Como cada 8 de diciembre, Tigre volvió a vivir una de sus tradiciones más queridas: la celebración por el Día de la Inmaculada Concepción, patrona del distrito. Miles de vecinos, familias y visitantes se acercaron para acompañar la histórica procesión a pie, la Santa Misa al aire libre y la clásica caravana náutica por el río Luján, uno de los rituales más identitarios de la ciudad.
El intendente Julio Zamora, acompañado por la secretaria de Desarrollo Social y Políticas de Inclusión, Gisela Zamora, encabezó la jornada y dejó un mensaje marcado por el contexto actual: “Tenemos la esperanza de que el trabajo sea el elemento de equilibrio e integración de nuestra comunidad”, afirmó.
Un llamado a la unidad en tiempos difíciles
Zamora destacó la importancia de “salir de las diferencias a través del diálogo”, en un momento de incertidumbre para muchas familias. También valoró el apoyo reciente del Concejo Deliberante al presupuesto municipal que permite sostener las políticas sociales del distrito. “Hay un Estado local que va a seguir cuidando a su comunidad”, remarcó.
Una fiesta popular que crece cada año
La jornada comenzó en la parroquia Inmaculada Concepción, desde donde partió la procesión a pie rumbo a Lavalle y Paseo Victorica. Allí se celebró la Misa presidida por el obispo auxiliar de San Isidro, Raúl Pizarro, acompañado por el párroco José Luis “Cote” Quijano y representantes eclesiásticos de distintas localidades.
Quijano, que acompaña la celebración desde hace una década, destacó el crecimiento de la convocatoria: “A pesar de las circunstancias sociales, cada vez participa más gente. El éxito está en caminar juntos”, expresó.
El momento más esperado: la procesión náutica
Como cada año, la imagen de la Virgen recorrió el río Luján a bordo de una embarcación de Prefectura Naval, escoltada por una larga caravana de lanchas y botes que acompañaron el paso desde el Puerto de Frutos hasta el Museo de Arte Tigre (MAT).
Vecinos apostados en la costa y visitantes del High Tea solidario del MAT siguieron el paso de la Virgen con emoción. Gisela Zamora también compartió su reflexión:
“Es importante estar cerca de toda nuestra comunidad, sin olvidar a quienes más sufren. Hay que acompañar a los adultos mayores, a las personas con discapacidad y a las infancias que atraviesan un contexto complejo”, señaló.
Música, organización y un cierre lleno de emoción
Luego de la procesión, tuvo lugar el acto central con palabras del padre Quijano, del obispo Pizarro y del intendente. La música estuvo a cargo del grupo A Viva Voce y artistas locales.
Durante toda la jornada, un operativo coordinado por el COT garantizó la seguridad con presencia del SET, Tránsito y Defensa Civil.
Osvaldo, vecino de Caseros, resumió lo que muchos sintieron:
“Se lo recomiendo a cualquiera. Es algo que nunca se olvida”.
Y Andrea, vecina del centro de Tigre, agregó:
“Es una fiesta hermosa. Me transmite alegría y paz”.
Una tradición que define a Tigre
La devoción por la Virgen se celebra en el distrito desde 1854, y desde 1949 la procesión náutica se transformó en un sello distintivo. Desde 2007, el trabajo conjunto del Municipio y la comunidad católica revitalizó este clásico tigrense, hoy convertido en una verdadera fiesta popular que une a generaciones.
