Viudas Negras: estereotipo de la mujer de country

Por Mercedes Cordeyro

La serie Viudas Negras recientemente estrenada en Flow es recomendable por su calidad actoral y su narrativa con halos de humor negro y algo de suspenso. Pero también encara una crítica y estereotipa a la mujer de country o barrio cerrado con situaciones parecidas a las vividas en Nordelta y con menciones específicas a este emprendimiento. Una mirada crítica unilateral hacia las habitantes de barrios cerrados que acentúa la grieta.

Viudas Negras: estereotipo de la mujer de country

Escenas donde las empleadas domésticas ingresan a los barrios cerrados en los charters pero separadas de los propietarios porque dicen que ellos no soportan compartir ni su olor. La revisión de los bolsos a la salida por los guardias de seguridad. La forma de dirigirse de las amigas a sus empleadas son algunas de las escenas que intentan hacer una crítica a las mujeres de country. 

El contraste entre la chica de barrio y la chica de country se acentúa en varias escenas. Incluso se critica y pone en tela de juicio el trabajo en las fundaciones de las protagonistas como parte de una puesta en escena para “parecer que les importan los demás”.

De qué trata la serie

Dos amigas que se ganan la vida como viudas negras Maru (Pilar Gamboa) y Mica (Malena Pichot). Su forma de operar:conocen hombres, los seducen, van a las casas, los drogan y les roban. Ambas trabajan a las órdenes de Paola (María Fernanda Callejón), que las provee de los “objetivos” y de los barbitúricos necesarios para hacer la tarea. Hasta que un día se les va la mano, y en el proceso matan a Marcos Gussi (Pachu Peña), un poderoso empresario de la noche. El dúo desaparece del lugar sin dejar rastros, el grupo se disuelve y, producto de la culpa, las amigas no se hablan nunca más.

Viudas Negras: estereotipo de la mujer de country

Trece años después, Maru formó una familia y vive junto a su marido (Alan Sabbagh) y a su hija en un barrio cerrado, y tiene tres amigas con las que comparte sus días y ayudan en una fundación. Ella cortó lazos con su madre y hermano y adquirió el estilo de vida y modismos de sus nuevas amigas (un trío brillantemente artificial compuesto por Marina Bellati, Mónica Antonópulos y Paula Grinszpan). 

Mientras tanto Mica, de vuelo más bajo y humilde logró abrir un pequeño centro de estética en Flores. Dos hechos las llevarán a reencontrarse: un video de la noche del crimen y la reaparición de Paola para que hagan un trabajo más.

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1 Comment
  1. Vivo en Nordelta hace 11 años, lamentablemente la mayoría son como la muestra la serie, que si supieran interpretarla también te muestra que una de las protagonistas no es “estereotipada” como las otras claramente insufribles, y esa otra también vive en Nordelta, así que creo que muestra muy acertadamente cómo es la realidad, pero claramente predomina el prototipo “insufrible”.