Milei, año Uno: el impacto en la política tributaria

Transcurrido el primer año de gobierno de Javier Milei, y considerando que la política impositiva fue uno de los pilares de su campaña, un informe del Centro de Estudios Tributarios de la Universidad Austral, elaborado por Diego Rivas y Lucio Cardinale-Lagomarsino, analiza qué decisiones tomó en materia tributaria a lo largo de 2024 y cómo se compara con los primeros años de gestión de los últimos presidentes.

El primer año de gestión de cualquier gobierno suele ser el de mayor popularidad y apoyo, con mandatarios recién electos y un electorado expectante ante las primeras medidas del gabinete entrante. Es, por lo general, en este período cuando se adoptan las decisiones más trascendentales del plan de gobierno, antes de que la agenda se vea absorbida por los problemas coyunturales del día a día. En la historia reciente de nuestro país, los años siguientes tienden a arrastrar a las gestiones hacia una dinámica de urgencias constantes, que limitan el margen político para impulsar reformas estructurales.

Milei, año Uno: el impacto en la política tributaria

La política tributaria es parte de estas decisiones estructurales, y los gobiernos en general intentan imponer su agenda tributaria lo más pronto posible. Las últimas tres presidencias argentinas reflejan esta situación.

Mauricio Macri asumió en diciembre de 2015 y a los días de asumir firmó el decreto 133/2015 que reducía los derechos de exportación de diversos productos. Al año de asumir, en diciembre de 2016, sea probó la ley 27.346 que incrementó la escalas y las deducciones del impuesto alas ganancias de las personas físicas y sucesiones indivisas, a la vez que estableció el mecanismo de actualización anual de escalas y deducciones.

Alberto Fernández, por su parte, también en el mismo mes de su asunción tuvo la aprobación de la Ley 27.541 de Solidaridad y Reactivación Productiva que, entre sus numerosos capítulos, incluía varias modificaciones impositivas como la creación del impuesto PAIS, el incremento del impuesto sobre los bienes personales y la suspensión de la reducción de las cargas sociales y del impuesto a las ganancias de sociedades que había pautado la reforma tributaria del 2017.

Javier Milei, recientemente, envió su paquete fiscal al Congreso que, finalmente, fue aprobado (ley 27.743) e incluyó rebaja de las alícuotas del impuesto sobre los bienes personales, pero también una restitución del impuesto a las ganancias de los trabajadores. Más adelante, en diciembre de 2024, no prorrogó el impuesto PAIS, y un mes después redujo temporalmente los derechos de exportación de ciertos productos.

Como se puede ver, el primer año de gobierno nunca pasa desapercibido en términos tributarios en nuestro país. Si observamos los datos de presión tributaria de los últimos 20 años, el gobierno de Macri fue el único de los últimos 5 mandatos (CFK I, CFK II, MM, AF y JM) que tuvo una baja en la presión tributaria en el primer año de su gobierno (-0,7 p.p.). Por su parte, los dos gobiernos de Cristina Fernández tuvieron un incremento de alrededor de 1 p.p. en la presión tributaria en los primeros años de gestión(2008 y 2012), misma situación que tuvo el de Alberto Fernández. Milei tuvo un pequeño incremento de 0,2 p.p.

Milei, año Uno: el impacto en la política tributaria

En los cuatro gobiernos previos al de Milei, los principales cambios en política tributaria se concentraron en el primer año de gestión. Cristina Fernández impulsó en 2008 aumentos en retenciones y tributos a la seguridad social, ejes que marcaron su mandato. Entre 2011 y 2015, los ajustes más relevantes también se dieron en Ganancias y seguridad social. Mauricio Macri redujo en 2016 el peso de Ganancias, retenciones y aportes patronales; aunque las retenciones subieron en 2018, los cambios iniciales fueron los más significativos de su gestión. Por último, Alberto Fernández subió Bienes Personales e implementó el impuesto PAIS en 2019, medidas centrales en su esquema tributario.

Los datos del primer año de Milei no reflejan -al menos todavía- una baja significativa de impuestos, ya que, pese a reducir el impuesto sobre los bienes personales, restituyó por completo el impuesto a las ganancias para los trabajadores. La variación de la presión impositiva en el primer año de gestión fue casi nula (incremento de 0,2 p.p.), con aumentos en el peso del impuesto PAIS y los derechos de exportación, y bajas en el peso del IVA y el impuesto sobre los bienes personales.

Restará ver si se mantiene la tendencia de los últimos gobiernos de que el primer año marca la ruta de toda la gestión, o si Milei romperá con este patrón. Para el segundo año tendrá, en principio, el efecto de la eliminación del impuesto PAIS en diciembre de 2024 y la baja de los derechos de exportación a ciertos productos. ¿Será distinto esta vez? Es el interrogante que se plantean los investigadores.

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