
Además, la gastronomía tuvo su lugar destacado con puestos de tortas, los lomitos a cargo de voluntarios de la fundación, los helados de Guapaletas, los cursos de cocina de la Fundación Essen, y muchas actividades para chicos, como los talleres artísticos del equipo de librerías Matilda. También regresó la tómbola, todo un clásico de la feria, con regalos para cada uno de los números que se vendieron.
Decenas personas pasaron por las más de siete horas que duró la feria (la entrada constaba de un bono contribución para las obras con las que colabora la fundación), la cual regresará como siempre en su formato navideño en el mes de noviembre.










