La importancia de la imagen corporal en la adolescencia

La importancia de la imagen corporal en la adolescenciaLa adolescencia es la etapa en la cual se constituye la identidad. Es un momento donde los cambios físicos, psíquicos, químicos y sociales son muy importantes. Por ello, los adolescentes se enfrentan a un período de mucha dificultad. Es necesario abandonar el cuerpo de la niñez, duelar a los padres de la infancia y elegir el modelo que hará de base para la creación de la persona que quieran ser.

Desde la pubertad comienza la preocupación sobre la imagen corporal, que podríamos definirla como un constructo psicológico complejo que se refiere a una representación mental sobre nuestro cuerpo y sobre lo que somos. No es una mirada objetiva sino un esquema subjetivo sobre nosotros mismos. Este se constituye desde los valores que nuestros padres nos transmitieron en la crianza, junto a concepciones personales e inmerso en una cultura que nos transmite los estereotipos que nos son exigidos. Esta influencia multifacética en la elaboración de la imagen corporal, que incide también en la construcción de la identidad, es la que deben enfrentar los adolescentes y no es una tarea fácil.

Me interesa destacar la influencia negativa que los medios de comunicación plasman en los estereotipos inalcanzables que exige incansablemente nuestra cultura y que nos afectan ya desde edades muy tempranas, previas inclusive a la pubertad. Modelos que alejados de lo natural, de lo posible, incluso de lo vital, llevan a los jóvenes a caer en errores sobre la valoración de lo que es realmente importante a la hora de elegir quienes quieran ser.

Las exigencias culturales de un modelo de extrema delgadez, que borra casi por completo lo femenino de la imagen impuesta para las chicas, o aquel que promueve cuerpos irreales a los cuales sólo se puede acceder mediante cirugía estética; o inclusive, para los varones, cuerpos sobredimensionados con musculatura que sólo puede alcanzarse con la utilización de fármacos y dietas que poco tienen de saludable, es el medio en el cual se forman los adolescentes y es allí donde deben construir su imagen corporal y su identidad.

Actualmente, los adolescentes, a diferencia de años anteriores, viven en un mundo mediatizado por las redes sociales en el cual la instantaneidad, la imagen, la mirada de los demás, la aceptación o el rechazo, es el entorno en el cual deben desarrollarse. Si bien es parte de toda adolescencia, la actual y la pasada, el constituirse a partir de la devolución de la mirada de los otros sobre nosotros mismos, la característica de inmediatez y masividad propia de la era de las redes sociales refuerza el valor de lo exterior en la autopercepción. En la filosofía occidental la imagen exterior está valorada por encima de los valores internos. Es como una cultura de la cáscara, del envase, en la cual se pierde de vista que no hay belleza exterior si no hay belleza interior. Y es allí, en este diagrama de situación, en donde el adolescente debe saber elegir lo que para cada uno es mejor.

Las exigencias son difícilmente alcanzables por lo cual es bastante frecuente encontrarnos con alteraciones de la imagen corporal, que pueden derivar en patologías graves como los trastornos de la alimentación, como bulimia y anorexia; trastornos relacionados a la actividad física, como la vigorexia (exceso de ejercicio físico); medidas compensatorias y utilización de fármacos con la intención de alcanzar la delgadez en las chicas y el hiperdesarrollo muscular en los chicos. Asimismo, patologías como el aislamiento social y el recurso de la utilización del alcohol y de las drogas como parte de un desajuste en el equilibrio emocional del psiquismo adolescente que se encuentra en plena formación.

Existen distintos grupos de pertenencia que el joven puede elegir. Cada uno conforma una imagen que se crea desde la vestimenta, los gustos musicales, las elecciones de las actividades que realizan, un modo particular de hablar y de actuar, entre otras cosas. Acceden a estos grupos porque se sienten atraídos por características que les resultan identificatorias, a la vez que es el grupo el que termina de constituir la imagen que el adolescente tiene de sí en la devolución de la mirada que le da al aceptarlo. El tema del rechazo o aceptación es esencial en los códigos de las redes sociales. Hay una preocupación excesiva por las respuestas que los demás den a cada imagen subida a la red. Un “me gusta” o un “no me gusta” tienen un valor sobredimensionado en lo que cada uno piense de sí y cobra mayor fuerza por la inmediatez y la masividad.

Los cambios físicos y psíquicos en la adolescencia generan incomodidad e inseguridad. Son frecuentes las burlas, el rechazo por lo distinto, la descalificación frente a los fracasos o frente las incapacidades, la intolerancia a la diferencia y la sobrevaloración del “¿qué dirán?”. Todo esto es vivido en un momento de permanentes cambios en el estado de ánimo de los adolescentes, derivados del hecho de encontrarse en esta transición.

La imagen corporal está cultural y socialmente determinada. Se conforma teniendo en cuenta la mirada de los otros y no sólo la propia. No es fija, va variando a lo largo de las distintas etapas de la vida. Influye en nuestro modo de percibirnos a nosotros mismos y al mundo en general. Es una construcción psicológica que no siempre coincide con la realidad. Está totalmente influenciada por el vínculo con los padres y con el grupo de pares. La imagen corporal es crucial para el futuro social de los jóvenes ya que determinará la calidad de las relaciones sociales, laborales y personales que establecerán.

Podemos pensar en algunas estrategias que pueden ser útiles a la hora de mejorar la imagen corporal. Desde el adolescente, dar importancia y destacar las propias virtudes, aceptando y tolerando las dificultades. Apreciar los valores internos sobre los externos. Tolerar las diferencias y resaltar la conciencia social. Poder comprender que los estereotipos de las exigencias culturales responden a necesidades de consumo y nada tienen que ver con las necesidades personales. Desde los padres, expresarles afecto a sus hijos y mostrar interés por ellos. Destacar sus virtudes y no sus defectos. Mantener la armonía en el hogar y ayudarlos cuando lo necesiten. Ponerles límites y brindarles la libertad de expresarse. Resaltar el valor principal de la belleza que reside en que cada ser es único. Desde la sociedad, promover modelos más sanos de moda. Motivar una mirada de conciencia social resaltando la importancia de los valores internos sobre los estéticos. Mostrar modelos que se acerquen a lo natural del cuerpo dejando de lado los utilizados hoy en día, que para ser tales están trabajados con técnicas de photoshop en los medios gráficos o ponen en evidencia conductas poco sanas para alcanzar cuerpos hiperdelgados en las chicas o hiperdesarrollados en los varones, por lo tanto no son reales o naturales. No promover las cirugías estéticas que reproducen casi de modo serial un mismo modelo antinatural. Destacar valores como la amistad, la empatía, la tolerancia y la generosidad hacia los demás y resaltar que la belleza radica esencialmente en la singularidad e irrepetibilidad de cada ser.

Lo importante en la constitución de la imagen corporal y la identidad en el adolescente es que ellos puedan tomar contacto con los valores que muestran lo que somos sobre lo que parecemos, intentando profundizar la mirada sobre sí mismos y sobre los demás.

Por Lic. Constanza Bonelli (Psicóloga UBA mat:: 31906)

*Candidata de la Asociación Psicoanalítica Argentina

Para sugerir temas, escribir a licbonelli@gmail.com

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