¿Cómo se definen los síntomas?

síntoma

El conflicto es el núcleo substancial que encontramos cuando profundizamos en la teoría psicoanalítica del síntoma. Desde un enfoque dinámico, diremos que este es el resultado de un intento de solución de aquel.

Es la transacción entre las dos fuerzas que se enfrentan en dicho conflicto, entre un deseo y la fuerza opuesta a ese deseo. Si queremos pensarlo en términos de instancias, se podrá hablar de oposición entre ‘inconsciente’ y ‘consciente’, o bien de ‘ello’ y ‘súper yo’.

Un deseo pretende realizarse, a través de la conducta, en la vida de un sujeto. Ese deseo, por varios motivos -sociales, éticos, normativos, educativos- , es calificado como indebido, prohibido, y debe ser reprimido. Por lo tanto, se produce un enfrentamiento entre ese deseo y las fuerzas que se le oponen. Dichas fuerzas lo reprimen.

Hasta allí tendríamos solucionado el conflicto; un deseo quiso aparecer en la conciencia y las fuerzas opuestas lo han reprimido. No hay noticias en la conducta de lo sucedido.

Esta represión se mantiene en forma continua; entendamos que la represión no es un acto único, sino que es un proceso, un movimiento que se ejerce de un modo permanente. Esto es así porque el deseo reprimido intenta aflorar nuevamente a la conciencia, de manera que la represión, una vez que se ha ejercido, debe mantenerse. ¿Cómo lo hace? A través de la resistencia que será la fuerza que impedirá que aquel deseo, aquel impulso reprimido por indebido, aflore a la conciencia venciendo la represión que, de algún modo, lo había enfrentado y enterrado.

Algunas veces el estado de equilibrio no puede mantenerse, sino que, por factores desencadenantes -ya sea por reforzamiento del deseo o por algún acontecimiento que lo evoque, o por debilitamiento de las fuerzas que lo reprimieron-, aquello que había estado en lo inconsciente intenta aflorar a la conciencia.

Esta nueva lucha, provoca intento de solución y de auto curación. De este modo, el sujeto se convierte en dueño de ese episodio y podrá manejar la situación sin que dicho acontecimiento necesite del síntoma para ser recordado. Esta memoria se resiste a manifestarse como recuerdo pasible de ser verbalizado y lo hace en cambio a través de la conducta, muchas veces de un modo sintomático, inhibe al acontecimiento la posibilidad de convertirse en pasado.

Es decir, represión mediante, olvido aparente, lo congela en un presente constante.

La meta final del tratamiento psicoanalítico es llegar, como última etapa, como estación final del recorrido, a escribir su propia autobiografía, su narración, su relato.

Dr. José Eduardo Abadi

Médico-psiquiatra-psicoanalista

jeabadi@gmail.com

www.joseeduardoabadi.com.ar

 

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