Se inauguró el proyecto de fingers en Nordelta Río

Tapa

El proyecto surgió hace aproximadamente 5 años cuando un grupo de propietarios de amarras de Bahía Grande pensó en modificar la estructura del sistema de amarre de sus embarcaciones,  emulando lo existente en otros puertos deportivos del exterior, que aplicaban mejores técnicas, más eficaces y cómodas, las cuales podrían convertir a la Bahía Grande en un puerto de calidad internacional.

 Se reunieron con autoridades de Nordelta S.A. y de la Asociación Vecinal Nordelta, y trabajando en conjunto analizaron las soluciones que otros puertos deportivos del exterior ya habían implementado. El Director por amarras de la Asociación Civil Bahía Grande junto con otros amarristas lideraron la transformación. El sistema de amarre reemplazado era por popa al pontón de hormigón de la marina y por proa a un boyarín fijado al fondo de la bahía mediante una base de hormigón. El río tiene en la zona una cota de movimiento de aproximadamente dos metros y medio, con lo cual las marinas flotantes registraban un movimiento importante con la marea, ya que el amarre de popa se movía con el barco, pero el de proa se mantenía fijo al fondo de la bahía. Con el sistema existente de amarre el trabajo de la marinería era permanente y había que estar adecuando los cabos de las embarcaciones en forma constante. Considerando que tienen más de 100 embarcaciones, los marineros no daban abasto y se presentaban situaciones de riesgo en forma permanente.

 El nuevo sistema de amarre implementado tiene como elemento central a los fingers, pontones flotantes de hierro galvanizado con un peso aproximado de dos toneladas, que permiten un amarre lateral de embarcaciones de hasta 60 pies. En los puertos de Auckland (Nueva Zelanda), Sidney (Australia), Barcelona y Miami, poseen un sistema de fingers similares a los construidos en Bahía Grande. El amarre de cada embarcación con esta mejora se realiza por popa al pontón de hormigón, y por una de las bandas al finger. La proa de esta manera queda liberada. En cuanto a las marinas que no permitían la instalación de fingers, se implementó el sistema de palmeras con orinques flotadores para el amarre de proa de las embarcaciones.

 También se modificó la forma en que las marinas se vinculan al lecho de la Bahía. Las marinas se fijaban al lecho con cadenas a bases de hormigón. Esta fijación tenía el gran inconveniente del mantenimiento de las cadenas ya que sufrían una corrosión importante por la acción del agua, e inclusive algunas llegaron a cortarse al ser sometidas a fuerzas importantes.

Es por ello que para reforzar estas fijaciones al lecho, en las marinas de Capitanía, del hotel y de Miradores, que están ubicadas cerca del tablestacado y su profundidad es acotada, se colocaron postes guía de eucaliptus impregnados, hincados en la tosca del lecho de la bahía para fijar los pontones. En la marina central se fijó al lecho mediante 22 tramos de cadenas de fondeo galvanizadas en caliente, engrilletadas a bases de hormigón, cada una de las cuales pesa unos 1.600 kilos.

 El proyecto de mejora del sistema de amarre en Bahía Grande no sólo consistió en la instalación de fingers y palmeras con sistema orinque, sino que incluyó también la remodelación del icónico faro para convertirlo en sede de la Administración del Puerto de la Bahía Grande y el Canal Mayor.

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