Hong Kong: modernidad y sobrepoblación

hong-6Hong Kong es el lugar ideal para los amantes de las grandes ciudades. Con una población de 7 millones de habitantes, es una de las ciudades más numerosas del mundo. Y esto se hace evidente en cuanto uno llega: los micros públicos son todos de dos pisos y la masa de gente que está esperando cruzar en un semáforo provocan la sensación que uno no será capaz de llegar al otro lado de la calle.

Hasta 1997, Hong Kong fue colonia del Reino Unido y, desde ese momento, se convirtió en una región administrativa especial de la República de China. Tiene su propia bandera, su propia moneda (Hong Kong dólar), y sus propias leyes que entre otras cosas permiten que la gente se manifieste en las calles, cosa impensada en China. Este convenio vence en el 2047, ese año Pekín definirá los pasos a seguir.

Hong Kong se divide en tres regiones:

1)      La región de Kowloon, que es la zona peninsular unida a China, es la más antigua, con muchas opciones de hoteles y restaurantes. Muy habitada, hay muchísimos edificios en los que se puede apreciar desde ropa hasta comida colgada secándose en las ventanas. Esta zona, aunque un poco caótica, es muy interesante para recorrer. Durante la noche hay infinidad de mercados en la calle, uno de los más conocidos es el Ladies Market donde uno puede encontrar desde el souvenir más pequeños hasta zapatos, libros, enceres para la cocina, medicinas naturales, ropa… Realmente es un paseo en sí mismo recorrer estos mercados. También hay zonas comerciales más tradicionales, en especial de electrónica y una infinidad de restaurantes tanto occidentales como de comida local.

2)      La región de la Isla donde se encuentran los rascacielos y las zonas más modernas tiene como atracción principal el Victoria Peak, una montaña de 550 metros de altura a la que se accede por medio de un tranvía muy pintoresco. Éste asciende por la ladera de la montaña y en la cima uno se encuentra con un centro comercial muy completo, con paseo de compras y comidas. A la cima, los más valientes pueden llegar caminando por senderos. Una vez allí, desde la terraza uno puede tomar fotos imponentes de la ciudad.

3)      La región de los Nuevos Territorios: que es la zona rural de Hong Kong.

Para cruzar de la zona peninsular a la Isla hay varios taxis acuáticos. Una vez del otro lado del rio, ya en la zona de la isla, una buena opción  hacer el city tour con un micro turístico pertenecientes a Big Bus. Esta compañía se encuentra en diversas partes del mundo y resulta muy conveniente este servicio, especialmente si uno cuenta con poco tiempo en la ciudad que visita. La empresa cuenta con varios micros que tienen un recorrido fijo, pero lo interesante es que uno puede bajar en la parada que desee, y volver a subir en el micro siguiente. Cuando uno sube al micro, le entregan unos auriculares, el comentario grabado es en varios idiomas y cada quien elige el que prefiere. De esta manera el recorrido es acompañado por la explicación correspondiente a la zona visitada.

Luego de visitar Victoria Peak, el micro se dirige a la zona de Aberdeen. Un pequeño puerto al sur de la isla, donde conviven humildes sampanes (barcazas) con lujosos yates. En estos sampanes habitan familias, y uno puede recorrer este lugar en barquitos turísticos, que zigzaguean entre estas viviendas acuáticas. En esta misma zona también se encuentra el famoso restaurante flotante: Jumbo, donde sólo se llega por agua. Por fuera es una inmensa embarcación con forma de pagoda. Por dentro es un lujoso restaurant, donde uno de sus platos principales es el Dim Sum, una variedad de “empanaditas” al vapor, con diferentes rellenos: carne vacuna, cerdo, mariscos y vegetales que vienen presentadas en típicos canastos de bamboo.

Una vez finalizado el almuerzo, y una vez más en el micro, se completa el recorrido de toda la isla, se cruza nuevamente a la península y con la misma empresa, se puede realizar el tour de noche. Una buena idea es recorrer otra vez los mercados nocturnos, ya que cada visita es diferente a la anterior. Los vendedores aceptan el regateo y suelen ser persistentes a la hora de hacer una venta, todo esto aporta al folklore local y no dan ganas de volver al hotel, a pesar del cansancio acumulado durante el día.

Al día siguiente, el plan es cruzar nuevamente a la Isla, ya sin el servicio de micros del día anterior, una buena manera de vivir como un local es tomar el subte y un colectivo regular y regresar a las zonas que más llamaron la atención y a las que por falta de tiempo no se había bajado. Uno de estos lugares puede ser Stanley, ubicado en un pintoresco y tranquilo pueblo de pescadores; ahí se encuentra el conocido Mercado de Stanley, un laberinto de negocios, donde una vez más se pueden encontrar todo tipo de artículos. Además es un lugar muy tranquilo a orillas del mar de China, donde la gente suele ir a descansar de la vorágine de la gran ciudad. Aquí además del mercado se puede encontrar (como en la mayoría de las calles de Hong Kong) típicos templos humeantes de incienso, donde dan ganas de quedarse durante horas viendo la devoción de la gente que los visita.

También podemos encontrar gran cantidad de restaurantes a la vera de la costanera, donde con una vista privilegiada de la bahía se pueden degustar platos tanto locales como occidentales.

Ya de regreso al hotel, pasamos por la Bahía Repulse, una hermosa zona de playas y de hoteles, varios de gran categoría. Esta vez no llegamos a visitar la zona de Nuevos Territorios, queda pendiente para el futuro. Apenas fueron dos días, pero definitivamente Hong Kong es una ciudad que vale la pena repetir.

Por Laura Soiza

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