Los primeros propietarios de Islas del Canal se mudaron al complejo en marzo de 2013, ya hace más de dos años. Pero aún siguen los reclamos por problemas con las terminaciones de los edificios, que han llegado incluso al nivel de un reclamo judicial contra la constructora.
Islas del Canal es un complejo de tres edificios entre Bahía Grande y Puerto Escondido. Son 96 departamentos de 2, 3 y 4 ambientes, con un jardín en medio que mira al canal del río Luján, una gran pileta y amarras para barcos. “Tenía que estar terminado de diciembre de 2012, pero recién en marzo de 2013 nos entregaron las unidades, con muchos detalles sin terminar; desde entonces comenzaron nuestros reclamos”, señalan Susana y Jorge Hummel, y Cristina Lema, parte de un grupo de 12 propietarios que inició una acción judicial reclamando por esos “detalles”, muchos de los cuales son problemas de construcción complejos, según cuentan.
La demanda que hicieron los propietarios quedó definida en la justicia con la carátula “Perrota, Pablo José y otros contra Grupo Monarca SRA sobre daños y perjucios/incumplimiento contractual”. El primer paso de toda demanda es una mediación. Allí confluyeron los 12 vecinos de Islas y la constructora, representada por María Cecilia Monarca. El 10 de diciembre pasado cerraron un “Acuerdo Parcial” que fue protocolizado por la mediadora Ana María Guzzo.
El planteo incluía 12 puntos. El primero es la “Instalación de gas”. “Es que por el asentamiento de los edificios, hubo una pérdida en la instalación, y se comprometieron a a extender la cañería para alcanzar los niveles actuales”, cuentan los vecinos. El segundo punto era la impermeabilización de las azoteas: el matrimonio Hummel tiene un departamento en el último piso, y el techo del living muestra rastros de humedad y goteras. “Tenían que poner una nueva membrana y hacer una prueba hidráulica para confirmar que no hubiera nuevas filtraciones”, cuentan.
Gallaretas consultó en reiteradas ocasiones a Grupo Monarca sobre el tema de esta demanda. Lo hizo por vía de llamados telefónicos y mails. Quedaron en que lo hablarían con sus abogados, para ver en qué situación estaba el reclamo. Pero al cierre de esta edición no habían contestado las consultas.
Los departamentos de Islas del Canal tienen todos parrilla. Y eso generó otro de los reclamos, porque los tirajes son deficientes, se quejan los vecinos. La constructora se comprometió a realizar modificaciones tanto dentro de las parrillas como a hacer una prolongación de las chimeneas para que el humo no afecte a las unidades del 5to piso, que tienen problemas cada vez que un vecino de un piso inferior prende fuego para hacer un asado.
El complejo cuenta con una pileta climatizada cubierta. Y allí se generaron otros de los problemas reclamados, porque la ventilación del área no era suficiente, generando condensaciones de agua en los vidrios y hongos en las paredes. La constructora se comprometió a colocar ventilaciones en las ventanas para evitar los excesos de humedad en el ambiente, y a repintar las paredes afectadas.
También fueron motivo de reclamo las carpinterías de las ventanas del edificio. “Por las características que tienen, hay condensaciones y filtraciones”, señalan los vecinos. Hubo un compromiso de retirar contramarcos, ajustar marcos, inyectar poliuretano y volver a armar las carpinterías, según consta en el Acuerdo.
Otro punto reclamado fue que en el Hall de Acceso entraba agua, por lo que debía reemplazarse el piso. Y también el sellado de fisuras que aparecieron en los muros de los edificios, producto del asentamiento lógico de la obra. El listado incluía también obras en las escaleras de acceso, la sala de máquinas de ascensores y los colectores pluviales.
En cambio, los propietarios desistían por la misma mediación a los reclamos que habían hecho sobre la instalación eléctrica, la cobertura de las cocheras exteriores, la ampliación del riego por aspersión, las reformas en el sector de juego de niños, o la modificación del acceso a las cocheras.
“Las partes acuerdan que las obras precitadas que no hayan sido iniciadas comenzarán dentro del plazo de los 14 días de la firma del presente”, señaló el acuerdo firmado por los propietarios y la constructora. Eso daba plazo hasta fin del año pasado. Un cuadro anexo detalló los plazos de terminación de cada obra en particular.
“Hubo obras que ya estaban entonces en marcha, y otras que arrancaron en enero. Pero luego, en mayo, ya no vino nadie mas, las obras se pararon”, reclaman ahora los propietarios.
En los reclamos acordados con la constructora quedaron fuera los que cada propietario hizo por los problemas de su unidad, ya que se trataba de cuestiones de la totalidad. Pero tampoco fueron incluidas otras cuestiones que hacen a todo el edificio, porque por su complejidad no podían ser resueltas ahora. “La mas importante tiene que ver con la realización de un paseo peatonal todo alrededor de la costa del complejo”, dicen los propietarios. Hoy el paseo existe en un primer tramo, desde el ingreso hasta las puertas de los edificios 1 y 2. Pero sólo llega hasta allí. “Además de que estaba previsto en todo el recorrido, al no hacerse, el jardín termina de manera abrupta, sin ninguna protección, y un chico que esté jugando en el área de la pileta puede terminar cayéndose al río –agregan-. Además, ese vallado funcionaría como protección para frenar el ingreso de extraños. Días atrás un grupo de jóvenes llegó en lancha, amarraron, entraron en la pileta y se fueron, sin que nadie supiera quiénes eran”.
Tampoco incluyeron otro tema que les preocupa, que son los niveles del piso. Concretamente, que las cocheras, las bombas de agua, los pozos de los ascensores están semienterrados. “Quedaron a una cota de entre 1,60 y 2,50 cuando en Nordelta las obras están en general por arriba de 4 metros. Por eso estamos pidiendo algún tipo de protección por si hubiera una creciente que pueda inundar esos espacios”, añaden.
